por Ruth Salles
“¿Quién inventó Brasil?
Era tu Cabral, era tu Cabral…”
En 1934, eso decía la marcha de carnaval de Lamartine Babo. Sólo que no era Cabral. Muchos años antes esta tierra nuestra ya era conocida por los navegantes celtas, quienes le dieron el nombre de Hy Bresail u O'Brasil, que significaba, de la raíz celta “bress”, tierra de la buena suerte. En el libro de Gustavo Barroso “Nos Bastidores da História do Brasil” ya se habla de esto, y el historiador Robert Southey también dijo que el nombre de Santa Cruz, dado por el Rey Don Manuel, no caló porque la tierra era conocida desde hacía mucho tiempo. mucho tiempo con el nombre de Brasil.
Cuando Cabral, después de llegar aquí, se fue a la India siguiendo las órdenes del rey, una carabela partió para Portugal con dos cartas: una de Pero Vaz de Caminha, describiendo la tierra, y otra del médico del rey y especialista en navegación Mestre João, dando todas las información científica sobre la ubicación de la tierra. De hecho, fue el primero en hablar de la constelación de la Cruz del Sur como guía para los navegantes. Pues Mestre João, en su carta, dice al rey: “Haga traer Vuestra Alteza un mapamundi que tiene Pero Vaz Bisagudo y desde allí podrá ver el sitio de esta tierra”.
Pues bien, en esta tierra se encontró un hermoso árbol, muy conocido por los árabes, un árbol que daba gran tinta. Esta tinta, llevada por ellos desde el este a Europa, fue llamada por los italianos berzil. Ahora bien, los historiadores piensan que no fue este árbol, que se encuentra aquí, el que dio nombre a nuestra tierra, sino todo lo contrario. La palabra berzil pronto se fusionó con el ya conocido nombre de la tierra, aunque mucha gente, poéticamente, habla de madera color brasa, etc. etc.
Bueno… Pero confieso que hasta el día de hoy me gusta cantar la canción de Lamartine Babo:
“¿Quién inventó Brasil?
Era tu Cabral, era tu Cabral…….”
Destacado: dibujo en pizarra de la profesora Ana Beatriz Ghirello.
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