XIV – Escola Saber do Campo – iniciativa discontinuada

 

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La Pedagogía Waldorf
en la escuela publica

historia – desafíos – perspectivas
de Rubens Salles y Rosineia Fonseca

Ibicoara BA

Cuando comenzamos a dar a conocer este proyecto de investigación, nos contactó Gabriela Martinez Grille, quien se ofreció a contarnos la experiencia de implementar un jardín Waldorf en el municipio de Ibicoara BA, en alianza con la alcaldía local. La experiencia no sobrevivió al cambio de gobierno, pero trae información interesante.

 

Énfasis

1 – Como el número de alumnos de la escuela era pequeño, el proyecto no tuvo la fuerza política para oponerse a la decisión de la nueva administración municipal, que optó por suspenderlo. El interés por la escuela era más de las familias que venían de fuera, que de las familias nativas dedicadas a la agricultura. Para ellos, la necesidad de ir a la escuela comienza cuando los niños tienen 6 o 7 años. Hasta entonces, los hijos se crían en el campo, acompañando a sus padres en la cosecha, en el trabajo, porque no son familias que salen de casa a trabajar. Sabemos que desde el punto de vista de la Pedagogía Waldorf esto es lo mejor para los niños, pero es una pena ver que tendrán que dejar esta infancia libre y sana e ir a una escuela de la ciudad, que para ellos será parece más una cárcel. .

2 – La comunidad Waldorf ya ha creado con éxito algunas escuelas rurales, privadas y públicas. Necesitamos aprender de experiencias anteriores para dialogar con estas comunidades, para que las nuevas iniciativas en las zonas rurales tengan más posibilidades de éxito.

 

Algunos datos básicos de la ciudad

Gabriela es de Uruguay, se graduó en Psicomotricidad y asistió al seminario de Pedagogía Waldorf en Recife. Vino a Brasil para vivir inicialmente en Imbassaí, en 2007, donde conoció a Mayumi Dantas Hori, comenzó a participar en un grupo de estudio sobre los fundamentos de la Antroposofía y comenzó a trabajar con niños en su casa. Era un espacio donde los niños podían ir después de la escuela, niños de 3 a 7 años, y este trabajo continuó hasta 2009. En marzo de 2010, participó en la fundación de la Escola Casa da Mata.

Después de participar en el inicio de esta escuela, Gabriela se mudó a Ibicoara en 2011. Es una región montañosa de la Chapada Diamantina donde se cultiva café y mandioca, turismo ecológico y turismo de aventura. Allí, junto con otras personas interesadas, abrió una nueva escuela infantil, la Escola Saber do Campo, inspirada en la Pedagogía Waldorf.

En enero de 2012, firmaron una petición con la comunidad para pedir apoyo a la ciudad para el mantenimiento de este jardín de infancia, ubicado en el interior del país. Al principio la escuela funcionaba sola, con 7 u 8 alumnos. Con el apoyo de algunas familias y empresarios locales, pudieron alquilar una propiedad y pagar a dos maestros. En 2013 empezó el apoyo de la ciudad, según nos cuenta Gabriela.

gabriela En 2013, volvimos a ir allí para hablar, con una petición, todo de nuevo. Siempre los invitábamos a las fiestas. Entonces acordaron que la escuela sería un anexo rural de la guardería municipal Colibrí y me contratarían como maestra. Dijeron que solo contratarían a una persona como profesor y un asistente para ayudar en la cocina, cuidar el salón y el lugar. […] Ellos cubrieron los costos, los niños no pagaron y yo hice el trabajo con Pedagogía Waldorf aquí en la comunidad. De 2014 a 2016, la Escola Saber do Campo funcionó como un anexo rural de la guardería municipal, y teníamos de 11 a 14 alumnos. Tuvimos el apoyo de la Asociación de Pequeños Productores Rurales y Artesanos de Vale do Campo Redondo para las necesidades que el gobierno de la ciudad no atendió, que cambió su estatuto para acomodar la escuela.

Luego hubo un cambio de alcalde y el nuevo alcalde no quiso renovar esta sociedad y dijo que como había comprado nuevos buses, ahora la ruta de 9 km a la ciudad era mucho más rápida y que no había razón para apoyar una escuela rural. , y que Gabriela y los niños pudieran ir al pueblo. Gabriela nos contó por qué no se podía hacer el mismo trabajo en la escuela del pueblo.

gabrielaLa guardería es una caja de cemento, con una ventana enrejada, alta, no se ve, sin un área externa, un patio central, donde los niños salen del salón totalmente controlados, se tienen que sentar , para las niñas, las maestras ponen un parlante con un micrófono y ahí hacen un grito, un espectáculo impactante. Por todo esto, no fui y terminé esta sociedad. El caso es que el alcalde cambió y las familias intentaron nuevamente traer el anexo rural aquí, volver en el mismo formato y fue negativo por dos años consecutivos. Su argumento es que piensan que los niños están atrasados, poder venir a la ciudad, que tiene más recursos, eso de la modernidad. Creo que es un retraso total ir allí, dejar esta naturaleza, este entorno.

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