Leyenda de la naturaleza - autor desconocido
En el principio del mundo -dicen- todo era mar y tierra. De un lado, Água Grande, el mar inmenso, salvaje, espumoso. Por el otro, la Tierra Negra, enorme, vacía de árboles y animales.
Entre los dos, un día, estalló la guerra. Comenzó una terrible pelea. Negra, inmensa, dura, la Tierra marchaba contra el Agua Grande. El Agua, envolviéndose en un escudo de espuma, rugió tremendamente y clavó sus dientes en el flanco de la Tierra.
Pero, al final, ganó la Tierra. Y victoriosa, empujando hacia atrás la blanda pared del Agua Grande, le arrebató como botín de batalla, a algunas de sus hijas, las lagunas, que estaban prisioneras entre los brazos de la tierra y nunca lograron liberarse.
Por eso, aún hoy, golpeando su espalda, el océano ruge con rabia, como si quisiera entrar en la Tierra. Es la anhelante Água Grande, en un furor maternal, que quiere buscar a sus queridas hijas, los lagos, tan cerca, prisioneras de la Tierra.
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