[print-me target="body"]
pieza de Calderón de La Barca
traducción y adaptación de Ruth Salles
LOS GRADOS
Don Pedro Calderón de La Barca, figura ímpar do teatro espanhol, nasceu em 1600, em Madri, e faleceu em 1681. Suas peças tinham tamanha popularidade, que sua morte representou verdadeira calamidade pública. Fiel espelho dos costumes de seu tempo, Calderón foi o autor que mais documentou em seus dramas as ideias e os sentimentos do século XVII, como por exemplo a humildade e a fidelidade dos vassalos perante a inviolável autoridade do rei. Calderón não cria “tipos”, como Molière, mas suas personagens são simbólicas. Em “A Vida é Sonho”, Segismundo é o símbolo do ser humano em luta consigo mesmo. Predestinado para o mal, ele vence os desígnios dos astros e alcança a virtude. O pai de Segismundo, rei astrólogo, tenta conjurar sua predestinação encerrando-o numa torre. Na primeira saída da torre, o príncipe se mostra brutal e impulsivo, iniciando o cumprimento dos desígnios. De novo é encerrado na torre, mas esta segunda reclusão representa mais um retiro interior, em que amadurece dentro do homem o verdadeiro livre arbítrio. Segismundo tentará, então, não agir mais a partir de uma visão nebulosa da vida (sonho), em que campeiam impulsos e paixões, como sua inclinação por Rosaura. Conseguirá assim o domínio de seu reino e o amor de Estrela. Segundo o poeta, a predestinação não deve ser absoluta.
Por eso, Basilio pone a prueba a su hijo, diciendo:la tendencia más violenta,
el más cruel de los planetas
que nos quiere apurar,
sólo inclina el libre albedrío,
pero no pueden forzarlo.
“la inclinación más violenta,
el planeta más malvado,
solo cuesta el albedrío,
no fuerzan el albedrío.”
Estos serían los versos que más nos muestran el significado de “La vida es sueño”.
OBSERVACIÓN: En esta versión en portugués, traté de condensar el texto como me lo pidieron, para que la pieza tenga solo 1 hora de duración, lo que sería más adecuado para los estudiantes. Esto, por supuesto, restaba algo a las rimas que, en mi primera versión bastante condensada, estaban más de acuerdo con el original del poeta.
CARACTERES
Basilio, rey de Polonia.
Segismundo, su hijo.
Astolfo, duque de Moscú.
Clotaldo, viejo.
Corneta, bufón, sirviente de Rosaura
Estrella, cariño.
Rosaura, señora.
Guardias de la Torre (4).
Soldados de Astolfo.
Damas estrella.
El séquito del rey Basilio.
Servidores de la corte (4).
Soldados rebeldes.
La escena tiene lugar en la corte polaca, en una fortaleza (torre) en un lugar lejano y en el campo.
Escenarios:
– escarpa delante de la puerta de la torre.
– salón del palacio real, en la corte.
– dos habitaciones dentro de la torre.
– campo cerca de la batalla.
PERSONAJES POR ESCENA
PRIMER DÍA
Escena 1 (torre) – Rosaura, Corneta; Segismundo, Clotaldo; cuatro guardias de la torre.
Escena 2 (palacio) – Astolfo y sus soldados; Estrella y sus damas; el rey Basilio y su séquito; Clotaldo, Rosaura y Clarim.
DÍA DOS
Escena 1 (palacio) – Basilio y Clotaldo; bugle; Segismundo y 4 criados; Astolfo; Estrella; Rosaura (como Astreia); el séquito del rey.
Escena 2 (interior de la torre) – Segismundo; Clotaldo; 2 guardias y corneta; Albahaca.
TERCER DÍA
Escena 1 (dentro de la torre) – Corneta; 3 soldados rebeldes; Segismundo; Clotaldo.
Escena 2 (palacio) - Basilio y Astolfo; Estrella; Clotaldo; Rosaura.
Escena 3 (campo) – Segismundo y 3 soldados rebeldes; Rosaura; bugle; Basilio, Clotaldo y Astolfo; Estrella, damas y séquito del rey.
PRIMER DÍA
Escena 1
Por un lado hay una colina empinada; por el otro, una torre, cuya base sirve de prisión a Segismundo. La puerta que da al espectador está abierta. La acción comienza al anochecer.
(Rosaura, vestida de hombre, aparece sobre las rocas y desciende; detrás de ella viene Bugle. Rosaura habla, mirando hacia un supuesto caballo dejado atrás.)
Nota:
grifo - bestia fabulosa, con cabeza de águila y garras de león.
hipogrifo - animal fabuloso, mitad caballo y mitad grifo. (NUEVO TESTAMENTO)
ROSAURA:
- Hipogrifo violento,
que corres tan rápido como el viento,
si en estas rocas duras
disparas, te arrastras y chocas,
te dejo arriba
y sigo a pie mi triste destino.
– Polonia, recibes
mal por un extranjero, por escribir
con sangre tu llegada
en vuestras tierras de tan dura entrada.
Mi suerte tan deseada.
¿Y dónde encuentra piedad un desgraciado?
clarín:
– ¿Solo un desgraciado? Somos dos,
que de la patria llegamos;
dos que ya hemos rodado sobre estas piedras.
tuve malos momentos,
¿Y no habláis de mí en vuestros lamentos?
ROSAURA:
- Silencié tu nombre,
porque en el silencio el dolor no te consume.
un pensamiento filosofo
que si el hombre se queja de un dolor
provoca otro dolor.
CLARIM (con desdén):
– “Un filósofo pensó…”
Probablemente algún borracho barbudo.
Con una buena bofetada,
¡Quería ver si no se quejaba!
Pero que hacer ahora
solo y perdido en esta hora,
en el desierto de esta montaña
cuando el sol ya desciende en el horizonte?
ROSAURA:
– Clarín, si mi vista
No te equivoques, muy cerca puedes ver
extraña construcción...
clarín:
- Es una torre. Esta muy cerca.
ROSAURA:
– Qué oscuridad más allá de la puerta abierta…
El sol se esconde...
¡Cuánta oscuridad está derramando la torre!
incluso parece
que de allí nace y crece esta noche. (Se oye un ruido de cadenas.)
¡Qué ruidos escucho!
clarín:
– ¡Arrastre de cadenas!… Menudo rumor.
escucha en las mazmorras!
SEGISMUNDO (apareciendo en la puerta, con grilletes y vestido de pieles; luz en la torre):
- ¡Oh Dios mío! ¡Ay de mí!
¿Por qué Dios me trata así?
que crimen cometi
¿Solo porque nací?
Oh Dios que me castigas,
¿No nacieron los demás?
un pájaro sereno vuela
con gran velocidad
y se va, feliz y tranquila,
tu nido, sin piedad.
Y yo, que tengo más alma,
¿Tengo menos libertad?
La bestia nace y, aún temprano,
en extrema necesidad,
indefenso y hambriento,
aprender crueldad atroz.
Y yo, con mejor instinto,
¿Tengo menos libertad?
El pez nace y ya se ve
y en todas partes se vuelve.
Si te da al sur o al norte
No te hagas cargo de tu suerte.
Y yo, con más gusto,
¿Tengo menos libertad?
El río nace y se desata
como serpiente de plata
a través del campo abierto
a su alegre vuelo.
Y yo, que tengo más vida,
¿Tengo menos libertad?
Esta es mi pasión:
en un volcán feroz transformado,
Quería arrancarlo de mi pecho
piezas de corazón.
ROSAURA:
– Siento lástima… y un miedo atroz.
SEGISWORLD:
– ¿Quién escuchó mi voz?
ROSAURA:
– Fue solo una triste (¡ay de mí!)
que en estos fríos acantilados
escuché lo que estabas diciendo.
SEGISWORLD:
– Ay, mato seguro,
que escuchó mi debilidad.
clarín:
- Soy sordo. ¡No escuché nada!
ROSAURA:
- Si eres humano, sería suficiente.
que a tus pies me postraría
para que me liberes.
SEGISWORLD:
Tu voz me golpea muy dentro...
¿Quién es? No sé nada sobre el mundo.
Bueno, desde que nací,
(si esto es nacer…) yo acabo de vivir
aquí en este desierto absorto,
miserablemente esquivo,
como un esqueleto viviente,
como un muerto animado.
solo tu puedes
detener mi rabia tan triste.
ROSAURA:
- Y yo, asombrado de verte
y sorprendido de encontrarte,
ya no se ni que decirte
y ni siquiera que preguntarte.
Yo soy…
CLOTALDO (adentro): – ¡Guardias de esta torre!
¿Quién de ustedes se acobardó?
o se durmió y así se fue
que entren aquí dos hombres,
violando esta prisión?
SEGISMUNDO (a Rosaura):
– Es Clotaldo, mi guardián.
CLOTALDO (llama a dos guardias):
- ¡Ayudar! ¡Aún es tiempo!
Hasta que se defiendan,
¡Mátalos a ambos o arrestalos!
GUARDIAS 1 y 2 (desde el interior):
- ¡Traición!
CLAMP (con modales): – Señores guardias,
¡Solo ven y arrestanos!…
Es más fácil que matar...
(Aparece Clotaldo, con una pistola, y los guardias, con el rostro cubierto.)
CLOTALDO (a los guardias a un lado))
– Mantened vuestros rostros velados.
no puede ser revelado
cual es tu identidad
CLAMP (bromeando, temeroso):
– ¿Jugando enmascarado?…
Clotaldo:
- Oh tú, que por no saber
cual es el decreto del rey,
penetraste estos páramos
secreto ante la ley,
entregar armas y vidas.
De lo contrario, esta arma suelta
dos balas decisivas.
SEGISWORLD:
- ¡Vaya! tengo que desgarrarme
en las rocas con manos y dientes
ante esta pobre gente
usted consiente en matar.
CLOTALDO (a los guardias y señalando a Segismundo):
- ¡Lo encerré en su cadena!
¡Cierra la puerta de la torre!
SEGISWORLD:
– Tirano, si yo fuera libre,
sería como un gigante
contra ti. lo hiciste bien
para quitarme la libertad.
CLOTALDO (pensativo):
- Tal vez porque no lo tienes.
hoy sufres tanto mal.
(Los dos guardias toman a Segismundo y lo encierran en prisión.)
ROSAURA:
- Ya que la arrogancia te ofende,
seria ignorancia en mi
No pidas con humildad
para los dos lástima.
clarín:
– Si ni el orgullo ni la humildad
moverte a la piedad,
yo, ni humilde ni orgulloso,
Te pido que nos apoyes.
CLOTALDO (a los otros dos guardias):
- ¡Hola!
GUARDIAS 3 y 4: – ¡Señor!
CLOTALDO: – Desarmar
¡estos dos! luego sellé
sus ojos. no debe ver
ni cómo ni de dónde vienen.
ROSAURA (a Clotaldo):
- Te doy mi espada,
que no se rinde a nadie.
Y como lo mandas aquí
Solo puedo entregártelo a ti.
CLAMP (dando su espada a uno de los guardias):
- El mío no vale nada.
Cualquiera puede tomarlo.
ROSAURA (a Clotaldo):
- Ya que me voy a morir, consiente
para dejarlo como regalo
o regalo muy apreciado
por el dueño que lo usó.
que misterio encierra
No lo sé, pero sé que lo tiene.
Tal vez sea mi error,
o simplemente porque pertenecía
Para mi padre.
CLOTALDO: ¿Quién fue tu padre?
ROSAURA:
– Nunca lo conocí.
Clotaldo:
– ¿Por qué viniste a Polonia?
ROSAURA:
– Para vengar una afrenta.
CLOTALDO (toma y mira la espada; habla aparte, turbado):
– Ah, ¿qué es esto? ¡Santo cielo!
(a Rosaura):
– Esta espada, ¿quién te la dio?
ROSAURA:
- Una mujer.
CLOTALDO: – ¿Y de dónde
se te ocurrió esta extraña idea
que hay un misterio en la espada?
ROSAURA:
– El que me dio la espada dijo:
“Ve a Polonia y lucha
para que los nobles lo vean.
Sé que alguien te ayudaría.
Pero no dije quién sería.
este alguien...
CLOTALDO (aparte): – ¡Dios mío! (Camina de aquí para allá)
Esta es la espada que yo
Me fui con la bella Violante,
ser un signo llamativo
de quien lo usaría;
y que reconoceria
como mi amado hijo.
Hijo mío, ¿es esto condenado?
¿Qué hacer? ¡Sálvame, oh suerte!
Llévalo directamente al rey
es llevarlo a su muerte.
Pero si eres joven indignado,
por lo tanto, es deshonrado.
Ah... entonces no es mi hijo,
¡ni siquiera mi noble sangre!
Pero si viniste aquí para vengarte
tomando un riesgo tan serio,
es mi hijo, tiene mi sangre,
¡porque tienes tanto coraje!
Pero mi deber es la ley,
¡y debo llevarlo ante el rey!
(a Rosaura y Clarim):
– ¡Venid, venid, forasteros!
Debo llevarlos al rey.
seré tu compañero.
(Todos se van.)
escena 2
Salón del palacio real, en la corte.
(Entran por un lado Astolfo y sus soldados; por el otro la Infanta Estrela y sus damas. Toque de tambores y trompetas. Luego entrará Basilio y su séquito.)
ASTOLPH (dirigiéndose a Star):
– ¡Ay, Estrella, tu mirada,
que tiene brillo de cometa
y claridad tan tranquila,
los tambores y las trompetas
quiere honrar.
Oh reina de mi alma,
¿No ves lo febril que estoy?
ESTRELLA (tímida):
– Astolfo, eres amable…
ASTOLF:
- No dudes de lo que digo,
pero, Estrella, somos primos,
los sobrinos del rey Basilio,
viejo, viudo y sin hijos.
Y dijo que quería
un acuerdo entre los dos.
Y si los dos nos amamos
y si pronto nos casamos,
la corona será nuestra
en un futuro muy cercano!
ESTRELLA:
- Quería ser tuyo...
Ya se insinúa tu amor,
pero la mía, aunque intacta,
no está satisfecho,
por esta foto
que siempre estuvo en tu pecho.
ASTOLFO (se escuchan tambores):
- Yo explicaría esto,
pero el momento no es el adecuado.
parece que viene el rey
con su seguimiento.
ESTRELLA:
- ¡Démosle nuestro abrazo!
BASILIO (entrando con su séquito):
– ¡Sobrinos, vengan a mis brazos! (se vuelve hacia todos)
- Ya saben, queridos sobrinos,
mis vasallos, mis amigos,
que el mundo me dio el titulo
doctor en esta ciencia
de estas estrellas cristalinas,
en el que prevalecen los signos.
Pero sabiendo a veces
Puede ser una daga muy delgada.
¡Escúchame, por lo tanto, te lo suplico!
Mi esposa Clorilene
me dio un hijo vergonzoso… (zumbido general)
Nacido en un mal horóscopo,
donde los dos faros divinos,
la luna y un sol sangriento,
entró en el desafío.
El eclipse más horrendo tuvo lugar
ya que el sol, con su sangre,
lamentó la muerte de Cristo.
Así nació Segismundo,
dándote malas señales,
porque su madre murió.
Y vi que él sería
príncipe duro y cruel,
y que yo (digo con vergüenza)
Me rendiría a tus pies.
Y entonces, por eso,
vive en una torre,
pobre, miserable y cautivo.
Con él solo está Clotaldo,
quien lo instruyó en las ciencias
y también en la ley divina.
Pero hoy creo que es ley
se convierte en rey;
y no hay ley que me diga
que, para alejar a los tiranos,
úsame de tiranía,
y que cometo delitos
solo para prevenir
mi hijo de cometerlos.
las predicciones inapropiadas
tal vez se puedan ganar:
la tendencia más violenta,
el más cruel de los planetas
quien nos quiere apurar
sólo inclina el libre albedrío,
pero no pueden forzarlo.
Y por eso decidí
déjalo gobernar
sin saber que es mi hijo.
Si eres prudente y amable
él será vuestro legítimo rey;
sin embargo, si es cruel,
este cautivo vuelve a la torre.
Y os doy reyes mucho más dignos:
mis dos queridos sobrinos
por matrimonio juntos.
ASTOLF:
- Si me toca a mí responder,
que aparezca Segismundo,
porque le basta ser hijo tuyo.
TODA LA CORTE:
- Que el príncipe nos sea dado
y que sea nuestro rey!
BASILIO:
– ¡Mañana lo tendrás!
TODOS:
– ¡Viva el gran Rey Basilio!
(Se van todos con Estrela y Astolfo. El rey se queda. Entran Clotaldo, Rosaura y Clarim.)
BASILIO (a Clotaldo):
– ¡Bienvenido a ti!
CLOTALDO: — Oh rey,
sucedió un evento inesperado,
que rompe los límites de la ley.
Este joven recién llegado,
llegó sin querer a la torre,
y el príncipe fue visto.
BASILIO:
– Ah, Clotaldo, no te preocupes.
Revelé nuestro secreto,
y tu serás el instrumento
de un gran evento. (señala a Rosaura y Clarim)
Denle libertad a estos presos. (el rey se va)
CLOTALDO (aparte):
– ¡Los cielos fueron amables conmigo!
No diré que este es mi hijo.
(a Rosaura y Clarim):
– ¡Sois libres, forasteros!
ROSAURA (haciendo una reverencia):
- Tus pies yo beso. Ahora
Vengaré la grave ofensa.
Clotaldo:
- Toma la espada. Ella es suficiente para ti.
Por la espada que era mía
¡Lavará tu honor! (se tropieza y dice):
Quiero decir que ella era mía
porque estaba en mi mano.
ROSAURA:
- Ahora juro venganza,
aunque mi enemigo
ser muy poderoso...
Clotaldo:
- Revela tu nombre.
Así que no le doy a ese hombre
no solo una ayuda.
ROSAURA:
- Confío en ti completamente.
Quien me ofendió fue Astolfo,
sí, el duque de Moscú.
Clotaldo:
– Pero… ¿tú no naciste en Moscú?
Un vasallo no se siente
ofendido por tu principe
y legítimo señor.
ROSAURA:
– Bueno, fue una gran ofensa.
Clotaldo:
-Hasta golpeando tu cara,
tu señor no te ofende.
ROSAURA:
– Bueno, fue una ofensa mayor.
Clotaldo:
– Entonces revela cuál fue.
ROSAURA:
- Inspiras tanto respeto,
tanto cariño en mi pecho,
que solo me atrevo a decir
que este traje es un disfraz.
Y si Astolfo se atreve
casarse con Estrela,
me ofende Es suficiente. (Rosaura y Clarim se van)
CLOTALDO (pensando, angustiado):
- El enemigo es poderoso,
yo vasallo, ella mujer...
no se como puedo
desentrañar este laberinto.
abismo inimaginable,
todo el cielo es un presagio,
y el mundo entero un prodigio! (sale de)
FIN DEL PRIMER DÍA
DÍA DOS
Escena 1
Salón del palacio real, en la corte.
(Entram Basílio e Clotaldo, conversando.)
Clotaldo:
– Fiz tudo como ordenaste.
Com a agradável bebida
cujo poder deixa o homem
transfeito em cadáver vivo,
desci ao cárcere estreito
de Segismundo. Falamos
sobre a águia majestosa,
rainha das aves todas.
Sendo o assunto majestade,
ele disse com orgulho:
“Fui à força subjugado
em prisão escura e fria,
porém, de livre vontade,
a ninguém me renderia.”
Para acalmar sua dor,
ofereci-lhe a bebida
que o fez cair em torpor.
E foi trazido ao palácio,
e está dormindo em teu leito.
BASILIO:
– Clotaldo, tudo o que fiz
foi pensando no pior.
Pois se amanhã Segismundo
for de novo encarcerado,
quando acordar vai pensar
que o que viveu foi sonhado.
Clotaldo:
– Razões não me faltariam
para provar que te enganas,
mas é tarde, pois parece
que teu filho já desperta.
Devo dizer-lhe a verdade?
BASILIO:
– Sim, pode ser que, ao sabê-la,
saiba o perigo que corre
e mais facilmente o vença. (Basílio sai)
CLARIM (entra mancando e esfregando as costas, fala à parte ou ao público):
– Para entrar neste palácio,
levei quatro cacetadas
de um guarda que, de repente,
cresceu de dentro da farda.
Quem quer ver o que se passa,
sempre tem uma janela
bem maior que a de quem tenta
comprar bilhete de entrada:
é a falta de vergonha
de entrar sem ser convidado.
Clotaldo:
– Olá, Clarim, que há de novo?
clarín:
– Há, senhor, que aconselhaste
Rosaura a mudar de trajes.
Clotaldo:
– Sim, usar trajes de homem
pareceria leviano.
clarín:
– E há, senhor, que mudando
o seu verdadeiro nome,
passa por sobrinha tua
e dama de honra de Estrela,
e já vive em seu palácio,
enquanto EU vivo na rua.
Há que ela está alegrinha,
servida como rainha,
enquanto EU morro de fome
e ninguém sabe meu nome.
Pois o meu nome é Clarim,
e quando o Clarim soar
vai ser para anunciar
o que acontece aqui dentro.
Pois essas duas palavras,
que são criado e clarim,
não combinam com segredo.
Clotaldo:
– Entendo bem o que dizes,
mas hás de ser bem cuidado
se por ora me servires.
clarín:
– Segismundo se aproxima!
(Entra Segismundo seguido por 4 criados que lhe ajeitam a capa.)
SEGISWORLD:
– É bem difícil de crer
em tudo que estou a ver.
De seda e rendas trajado,
eu, cercado de criados?
Não posso dizer que é sonho,
pois sei que estou acordado.
Mas, seja lá o que for,
que me venham já servir
como a um grande senhor.
Clotaldo:
– Deixa-me beijar-te a mão!
SEGISWORLD:
– É Clotaldo, mas então…
Clotaldo:
– Então, digo-te a verdade:
tu és o príncipe herdeiro
da Polônia. E estavas preso
por causa da lei dos astros,
que mil tragédias previa
para este império no dia
em que usasses a coroa.
Porém teu pai, confiando
em teu poder de vencer
esse horóscopo tão triste,
mandou trazer-te da torre
ao palácio, onde dormiste.
Teu pai é o rei, meu senhor.
SEGISWORLD:
– Ah, vil, infame, traidor!
Tu contra a lei me negaste
a majestade da sorte?
Pois eu te condeno à morte!
1º CRIADO:
– Não, senhor!
SEGISMUNDO: – Se algum de vós
quiser tentar protegê-lo,
atiro-o pela janela!
2º CRIADO:
– Foge, Clotaldo!
CLOTALDO: – Ai de ti…
Que soberba vais mostrando… (sai)
1º CRIADO:
– Contudo, senhor, Clotaldo
obedecia a seu rei.
SEGISWORLD:
– Não se deve obedecer
ao rei, se a lei não é justa.
E comigo não discutas!
clarín:
– O príncipe disse bem.
Tu te portas muito mal.
2º CRIADO:
– Quem te permitiu falar?
clarín:
– Eu mesmo.
SEGISMUNDO: – E tu quem és?
clarín:
– Quem sou? Um intrometido,
e nesse ofício sou chefe.
Sou o maior mequetrefe
que jamais foi conhecido.
SEGISWORLD:
– Só tu me agradaste aqui.
clarín:
– Sou um grande agradador
de todos os Segismundos.
ASTOLFO (entrando):
– Tu és o sol da Polônia
e alegras os horizontes,
pois surgiste como o sol
quando sai de trás dos montes.
SEGISWORLD:
– Neste caso, Deus te guarde.
ASTOLF:
– Não me prestas homenagem
porque não sabes quem sou.
Sou o duque de Moscou,
Astolfo, e também teu primo.
SEGISWORLD:
– Se peço a Deus que te guarde
não te presto uma homenagem?
Então da próxima vez
peço a Deus que não te guarde.
1º CRIADO (à parte, a Segismundo):
– Ele é pessoa importante…
SEGISWORLD:
– Mais importante sou eu.
ESTRELLA:
– Bem-vindo sejas, senhor!
SEGISMUNDO (a Clarim):
– Quem é essa deusa humana
de beleza soberana?
clarín:
– Pois é tua prima Estrela.
SEGISMUNDO (a Estrela, que se mostra tímida):
– Permite beijar-te a mão,
onde a própria aurora veio
buscar luminosidade.
2º CRIADO (a Segismundo):
– Modera teu galanteio.
Convém ser mais comedido
estando Astolfo presente.
SEGISWORLD:
– Não te metas!
2º CRIADO: – Eu só digo
o justo e conveniente.
Pois já disseste que o certo
é fazer só o que é justo.
SEGISWORLD:
– Nada me parece certo
quando vai contra meu gosto.
E então também soubeste
que atiro pela janela
aquele que me aborrece. (sai da sala arrastando o 2º criado)
ASTOLF:
– Que é isso?!
ESTRELA: – Oh, devemos todos
impedi-lo de matar! (ela sai correndo atrás do 1º criado.)
SEGISMUNDO (voltando):
– Joguei-o no mar gelado!
Vem nadando enregelado.
ASTOLF:
– Pois mede com mais vagar
tuas ações. A distância
que vai de uma fera ao homem
é a mesma que o espaço
que vai da torre ao palácio. (ele sai)
BASÍLIO (entrando):
– Que houve aqui?
SEGISMUNDO: – Não foi nada.
Atirei no mar gelado
um homem que me amolava.
CLARIM (a Segismundo):
– É o rei. Já estás avisado.
BASILIO:
– Grande dor estou sentindo.
Pois não estarás vencendo
o prognóstico dos astros
cometendo desatinos.
Agora, com que amor
poderei abrir-te os braços?
SEGISWORLD:
– Sem teus braços passarei
como até hoje passei.
Não importa que me abrace
um pai que sequer me deu
a vida de um ser humano.
BASILIO:
– Quem dera que eu não tivesse
chegado a te dar a vida
para ouvir o que disseste
com audácia empedernida.
SEGISWORLD:
– Se não me deras a vida,
não me queixara de ti.
Queixo-me porque foi dada
e depois me foi negada.
BASILIO:
– Nem agradeces o fato
de te termos libertado?
SEGISWORLD:
– Tirano do livre arbítrio
para o qual o homem é feito,
não me dás mais do que aquilo
ao qual eu tenho direito.
E o tempo em que me roubaste
vida, honra e liberdade?
BASILIO:
– És bárbaro e atrevido.
Pois ouve bem este aviso:
deves ser humilde e brando,
pois quem sabe estás sonhando. (sai)
SEGISWORLD:
– Sei que sonhando não estou.
ROSAURA (em trajes femininos, entra e fala à parte):
– Procuro por Estrela,
mas encontrar Astolfo eu não desejo,
pois Clotaldo aconselha
que por enquanto Astolfo não me veja. (vê Segismundo)
O príncipe! É melhor
que eu me retire.
SEGISMUNDO: – Ó mulher! Detém-te!
Se partires agora,
este dia anoitece antes da hora.
(reconhecendo-a)
Mas, como? Que estou vendo?
Já vi essa beleza tão perfeita.
ROSAURA (à parte):
– E eu já vi reduzida esta grandeza
a uma torre estreita.
SEGISWORLD:
– De novo me palpita o coração…
Quem és, mulher tão bela?
ROSAURA:
– Eu sou uma infeliz dama de Estrela.
SEGISWORLD:
– Mais pareces o Sol,
que ofusca de uma Estrela o resplendor.
ROSAURA:
– O elogio agradeço.
Responde-te, eloquente, o meu silêncio.
Melhor fala, senhor, quem mais se cala.
Eu te peço a licença de sair.
SEGISWORLD:
– Pedir com tal violência é exigir.
ROSAURA:
– Se não me dás licença de sair,
devo sair sem que me dês licença.
SEGISWORLD:
– Ah… Tanta resistência
é veneno fatal para a paciência.
Hoje mesmo, ainda há pouco,
joguei pela janela, como louco,
um criado obstinado.
(Clotaldo entra e fica à parte, sem ser visto por Segismundo.)
ROSAURA:
– Mas, que faria um homem
que não possui de humano mais que o nome,
um bárbaro tirano,
atrevido cruel e desumano?
SEGISWORLD:
– Então, se me injurias,
pelo que fiz e pelo que não fiz,
hás de queixar-te então,
do que fiz ou não fiz, com mais razão.
Que todos saiam! Que se feche a porta!
(Saem Clarim, o 3º e o 4º criados.)
ROSAURA:
– Oh, meu Deus, estou morta!
SEGISMUNDO (vendo aparecer Clotaldo):
– Mas, de novo por ti sou provocado?
E para que entraste?
Clotaldo:
– Para dizer que sejas
mais pacífico se reinar desejas.
Por isso me interponho.
Cuidado! Tudo pode ser um sonho.
SEGISWORLD:
– Provocas minha ira.
Matando-te verei se isto é mentira.
(Segismundo saca da adaga. Clotaldo o detém com a mão e se põe de joelhos.)
ROSAURA:
– Correi todos! Clotaldo vai ser morto! (ela sai)
ASTOLFO (entrando e se pondo entre os dois):
– Príncipe generoso,
põe na bainha tão valente espada!
SEGISWORLD:
– Só quando ensanguentada.
ASTOLF:
– Neste velho a teus pés, tão respeitado?
SEGISWORLD:
– Então defende a vida!
Em ti me vingo da insolência antiga.
(Astolfo empunha a espada e lutam. Entram Basílio, Estrela e séquito.)
BASILIO:
– Basta! Estou ordenando! (os dois embainham as espadas)
SEGISWORLD:
– Era este velho que eu ia matando.
BASÍLIO (a Segismundo):
– E nem respeitas seus cabelos brancos?
SEGISMUNDO (apontando os cabelos brancos do rei):
– Por que respeitaria?
Pode até ser que os teus, em poucos dias,
estejam a meus pés.
Ainda não estou vingado
do modo injusto como fui criado. (ele sai)
BASILIO:
– Antes que isso aconteça,
tornarás a deitar tua cabeça
num sono bem pesado,
crendo depois que tudo foi sonhado. (Saem o rei, Clotaldo e o séquito.)
ASTOLFO (a Estrela):
– Ah, poucas vezes os astros,
prevendo desgraças, erram.
Quanto aos bens, nem sempre acertam.
Desgraças vaticinaram
a Segismundo e acertaram.
Mas para mim, bela Estrela,
previram troféus e bens,
e só recebo desdéns.
ESTRELLA:
– Tens anseios de quem ama.
Porém são por outra dama,
cujo retrato, outro dia,
sempre ao pescoço trazias. (entra Rosaura, que se esconde)
ASTOLF:
– Farei com que esse retrato
seja trocado por outro.
Vou já buscá-lo. (à parte) – Perdoa,
Rosaura formosa e boa… (Astolfo sai. Rosaura aparece.)
ESTRELLA:
– Astréia!
ROSAURA: – Senhora minha!
ESTRELLA:
– Vou casar-me com Astolfo.
Mas, ao ver o meu desgosto
pelo retrato de outra
que guarda sempre consigo,
foi buscá-lo prontamente,
para me dar e trocá-lo
pelo meu. Oh, por favor,
espera aqui que ele chegue,
pois isso é constrangedor
Dize a ele que te entregue.
És tão sábia e tão discreta…
De amor deves entender. (ela sai)
ROSAURA:
— Quem dera não entender…
Valha-me Deus! Que fazer?
Não posso dizer quem sou.
Clotaldo, que me salvou,
pediu que eu espere a hora
de reaver minha honra.
Mas, se não digo quem sou
e Astolfo vem me encontrar,
como vou dissimular?
ASTOLFO (entra com o retrato na mão):
– Senhora, o retrato é este. (vê Rosaura)
Mas… oh, Deus!
ROSAURA: – De que te espantas?
ASTOLF:
– De ouvir-te, Rosaura, e ver-te.
ROSAURA:
– Eu, Rosaura? Tu te enganas,
me tomas por outra dama.
Sou Astréia, e não mereço,
devido à minha humildade,
causar-te perplexidade.
ASTOLF:
– Rosaura, não dissimules,
pois nunca se engana a alma
que, se te vê como Astréia,
só te quer como Rosaura.
ROSAURA:
– Não sei o que estás dizendo,
mas, a Estrela obedecendo,
vim aqui e te esperei.
Pediu-me, de sua parte,
que me entregues o retrato,
e a ela devo entregá-lo.
ASTOLF:
– Dize a teus dois instrumentos,
teus olhos e tua voz,
que desafinam bastante
nos dando um concerto atroz.
Porque desafina sempre
a mentira de quem fala
com a verdade de quem sente.
ROSAURA:
– Repito: dá-me o retrato
que tens na mão.
ASTOLFO: – Pois se queres
levar avante a comédia,
Astréia, dirás a Estrela
que lhe envio o original,
o qual tu podes levar,
porque ele está em ti mesma.
ROSAURA (tenta tirar-lhe o retrato):
– Eu venho por um retrato!
Solta-o, solta-o, ingrato!
ASTOLF:
– Já basta, Rosaura minha.
ROSAURA:
– Eu, tua? Mas, como mentes!
(Ambos agarram a corrente do retrato. Estrela entra)
ESTRELLA:
– Astréia, Astolfo, que é isso?
ROSAURA:
– Senhora, tu me mandaste
esperar por um retrato,
e eu, lembrando-me de outro,
guardado na minha manga,
quis vê-lo e caiu ao chão.
Astolfo então o pegou
e o prende em sua mão.
Não sei porque não devolve.
Mas tu verás que esse é meu,
pois tem os meus traços nele.
ESTRELLA:
– Devolve, Astolfo!
ASTOLFO: – Senhora…
(Ela o tira de sua mão e o contempla.)
ESTRELLA:
– Toma, Astréia. Sai agora.
ROSAURA (sai, dizendo à parte):
– Venha agora o que vier,
consegui o meu retrato.
ESTRELA (a Astolfo):
– E onde está o outro retrato?
ASTOLF:
– Perdão, mas não posso dá-lo.
ESTRELLA:
– Então tenta me esquecer,
pois não quero mais te ver. (sai)
ASTOLF:
– Ah, Rosaura, que fizeste?
De onde, como e por que
à Polônia tu vieste? (sai.)
escena 2
Prisão do príncipe dentro da torre, com dois aposentos contíguos.
(Entram Clotaldo e Clarim, seguidos de 2 guardas, que carregam Segismundo e o deitam no chão. Segismundo está vestido de peles novamente.)
clarín:
– Não despertes, Segismundo,
pois trocaram tua sorte.
E tua glória fingida
foi uma sombra da vida
e uma chama da morte.
Clotaldo:
– A quem sabe discursar
se dê local adequado,
para lá se exercitar.
(aos guardas):
– Agarrai este também!
(aponta um compartimento contíguo)
Prendei-o naquela cela!
CLARIM (reagindo):
– Eu?! Mas, por sorte dos astros,
quis matar meu pai? Não quis!
Joguei do balcão abaixo
algum Ícaro infeliz?
Não. Então com que fim
me prendem?
CLOTALDO: – Porque és Clarim.
clarín:
– Pois então serei corneta.
E seu som é tão rachado,
que o jeito é ficar calado.
(Clarim é levado pelos guardas. Fica Clotaldo. Entra Basílio embuçado.)
BASILIO:
– Clotaldo!
CLOTALDO: – Senhor!
BASÍLIO: – Eu vim
ver o infeliz Segismundo.
Clotaldo:
– Caiu num sono profundo.
SEGISMUNDO (acordando):
– Onde é que estou? Que foi isto?
BASILIO (a Clotaldo):
– Vou escutá-lo escondido. (afasta-se e se oculta)
SEGISWORLD:
– Eu, na torre acorrentado?
Então foi tudo sonhado?
Clotaldo:
– Começas a acordar?
SEGISMUNDO (pasmo e solene):
– É hora de despertar.
Clotaldo:
– Dormiste todo esse tempo?
SEGISWORLD:
– Sim, e pelo que estou vendo
acho que ainda estou dormindo.
Se o que vi nítido e certo
foi um sonho de uma hora,
pode ser também incerto
tudo o que estou vendo agora.
Clotaldo:
– Pois conte-me o que sonhaste.
SEGISWORLD:
– Sonhei que estava em palácio,
e mil nobres me aclamavam
como príncipe. E chegaste
dizendo que eu era herdeiro
da coroa da Polônia.
Mas, tomei-te por traidor,
Clotaldo, e até quis matar-te.
Clotaldo:
– Para mim tal crueldade?
SEGISWORLD:
– Eu de todos me vingava.
Uma mulher eu amava.
Mas o sonho se acabou.
Só isto aqui não se acaba… (Basílio sai cabisbaixo)
Clotaldo:
– Como antes conversávamos
sobre as majestosas águias,
com um império sonhavas.
Mas, mesmo em sonho, devias
honrar a quem te criou
com toda a dedicação.
Mesmo em sonhos, Segismundo,
mais vale uma boa ação.
SEGISWORLD:
– É verdade. Dominemos
esta fúria, esta ambição,
pois pode ser que sonhemos…
O rei sonha estar reinando,
e os aplausos recebidos
no vento é que são escritos.
Sonha o rico sua riqueza
que mais cadeias lhe tece;
e no mundo, em conclusão,
todos sonham o que são.
Que é a vida? Uma ilusão,
pois que toda vida é sonho,
e os sonhos sonhos são.
FIM DA SEGUNDA JORNADA
TERCER DÍA
Escena 1
Os dois compartimentos da prisão na torre.
(Segismundo dorme em sua cela; Clarim está acordado na sua; os 3 soldados revoltosos que aparecem em seguida confundem a entrada das celas.)
clarín:
– Ah, quem se chama Clarim
ser obrigado a calar,
só mesmo por sortilégio.
Mas tal castigo eu mereço,
pois calei sendo criado,
que é o maior sacrilégio.
(Ouvem-se sons de tambor, clarins e vozes.)
1º SOLDADO REVOLTOSO (de fora, chama os outros):
– Esta é a torre em que está preso!
Entremos!
CLARIM (com alívio): – Graças a Deus!
Se dizem que estou aqui
é porque me vêm buscar. (de repente sente medo)
Mas… que vão querer de mim?
2º SOLDADO REVOLTOSO (entrando com os outros):
– És nosso príncipe amado!
3º SOLDADO REVOLTOSO (entusiasmado):
– E jamais consentiremos
num soberano estrangeiro!
CLARIM (à parte):
– Parece que falam sério…
Será uso neste reino
prender um homem por dia,
torná-lo rei e, num instante,
trazê-lo a esta torre fria?
É o que vejo. Então vou
representar meu papel.
1º SOLDADO REVOLTOSO:
– Podes nos dar os teus pés
para podermos beijá-los?
clarín:
– Sinto, mas não posso dá-los,
pois preciso muito deles.
Seria mesmo horroroso
um rei tão defeituoso.
2º SOLDADO REVOLTOSO:
– Ao rei teu pai nós dissemos,
que só a ti pretendemos
ter como príncipe. Sai
a restaurar o teu reino!
3º SOLDADO REVOLTOSO:
– Viva! Viva Segismundo!
CLARIM (à parte):
– É “Segismundo” o que ouço?
Então aqui todo homem
que é feito príncipe à força
sempre recebe esse nome.
SEGISMUNDO (desperta e entra na cela de Clarim):
– Ouvi meu nome aclamado.
clarín:
– Já gorou meu principado.
1º SOLDADO REVOLTOSO:
– Quem é Segismundo?
SEGISMUNDO: – Eu.
2º SOLDADO REVOLTOSO (espantado):
– Mas, que foi que aconteceu?
3º SOLDADO REVOLTOSO (a Clarim):
– Fingiste ser Segismundo?
CLARIM (protesta):
– Isso não! Isso é que não!
Fostes vós que me chamastes
e me segismundeastes!
1º SOLDADO REVOLTOSO (a Segismundo):
– Príncipe, aqui te aclamamos
como senhor de nós todos.
Teu pai, o grande Basílio,
teme que cumpram os astros
seus perigosos desígnios.
E assim pretende dar
ao príncipe de Moscou
o que a sorte te negou.
Entretanto, o povo inteiro
já despreza a profecia
e renega o estrangeiro.
2º SOLDADO REVOLTOSO:
– Viemos aqui buscar-te.
Nós te estamos protegendo.
Vai reaver o teu reino!
3º SOLDADO REVOLTOSO:
– Lá fora, nesse deserto,
temos numeroso exército.
VOZES (ouvidas vindo de fora):
– Viva Segismundo! Viva!
SEGISWORLD:
– Mas então, meu Deus, que é isto?
Eu não quero majestades
ilusórias, que desmaiam
à primeira luz da aurora.
A isso não me disponho.
Pois já fui desiludido
e bem sei que a vida é sonho.
1º SOLDADO REVOLTOSO:
– Se pensas que te enganamos,
vê bem com teus próprios olhos
quantos homens lá nos montes
aguardam as tuas ordens!
Aquilo com que sonhaste
foi aviso do futuro.
SEGISWORLD:
– Foi aviso… Dizes bem.
E, se o aviso procede,
ah, sonhemos novamente,
posto que a vida é tão breve.
Por tão grande lealdade,
a vós todos agradeço.
Tereis em mim quem vos salve
do jugo de um estrangeiro.
O desígnio dos astros
hei de tornar verdadeiro.
O rei se verá prostrado
aos pés do príncipe herdeiro.
CLOTALDO (entrando):
– Que alvoroço é este?
OS TRÊS SOLDADOS REVOLTOSOS: – Viva!
SEGISWORLD:
– Clotaldo!
CLARIM (à parte): – Acho que o príncipe
já o atira morro abaixo. (Clarim sai na ponta dos pés)
Clotaldo:
– A teus pés venho prostrar-me
e já sei que vais matar-me.
SEGISWORLD:
– Levanta-te, pai, confia!
Hás de ser meu norte e guia,
pois me criaste. Abraça-me!
No sonho de agora eu quero
agir bem. Nada se perde
em ser bom, mesmo sonhando.
Clotaldo:
– Mas não posso aconselhar-te
contra teu pai. Vem e mata-me.
SEGISWORLD:
– Não. Tu não mereces tal,
pois és um homem leal.
3º SOLDADO REVOLTOSO:
– Clotaldo, nós pretendemos
o real príncipe herdeiro.
Clotaldo:
– Tal fidelidade é justa
depois da morte do rei;
mas o rei estando vivo
é o senhor absoluto.
SEGISWORLD:
– Clotaldo, se julgas certo,
vai servir ao rei meu pai.
CLOTALDO (inclina-se):
– Humilde, beijo teus pés. (sai)
SEGISMUNDO (aos soldados):
– Ao palácio! E bem depressa!
Destino, não me despertes! (saem ao som de tambores)
escena 2
Salão do palácio real.
(Basílio e Astolfo conversam.)
BASILIO:
– Astolfo, quem no mundo poderia
deter a fúria de um corcel sem freios,
ou estancar um caudaloso rio,
ou segurar, valente, algum penhasco
que vem rolando pelo monte abaixo?
Pois tais façanhas são muito mais fáceis
que deter todo o povo rebelado…
ASTOLF:
– Senhor, que então se adie o soberano
poder que tua mão me prometera;
dá-me um cavalo, e parto para a guerra!
BASILIO:
– Quem fugir ao perigo há de encontrá-lo.
Conservei o perigo bem guardado,
e foi assim que eu mesmo me perdi
e, protegendo a pátria, a destruí.
ESTRELA (entrando, a Basílio):
– Ó senhor, se a presença de teu vulto
não vem deter as ondas do tumulto,
logo verás em sangue mergulhado
o solo deste reino desditado.
CLOTALDO (entrando):
– A torre foi tomada por inteiro.
O povo resgatou a Segismundo.
E ele disse que há de mostrar ao mundo
que o presságio se torna verdadeiro.
BASILIO:
– Meu cavalo! Vou eu mesmo, em pessoa,
lutar e defender minha coroa!
ESTRELLA:
– E eu, senhor, irei do vosso lado.
(Saem Astolfo, Basílio e Estrela. Toque de batalha. Quando Clotaldo vai sair, entra Rosaura e o detém.)
ROSAURA:
– Espera, ouve o que digo.
Toda noite, Astolfo e Estrela
se encontram em seu jardim.
E tenho a chave: ei-la aqui.
Pois bem sei que resolveste
lavar-me a honra por mim.
Assim, corajoso e forte,
a Astolfo darás morte.
Clotaldo:
– Pensei em matar Astolfo.
Porém, quando Segismundo
pretendeu assassinar-me,
se Astolfo não se opusesse,
eu decerto morreria.
E devo tirar a vida
de quem quis salvar a minha?
ROSAURA:
– Sê generoso comigo,
Clotaldo, e me lava a honra!
Clotaldo:
– Eu serei, sim, generoso,
pois te darei os meus bens.
O reino, tão dividido,
muitas desgraças já tem.
Não serei quem as aumente.
Ao reino serei leal,
e contigo, generoso,
e a Astolfo, agradecido.
ROSAURA:
– Então eu tratarei disso!
Clotaldo:
– Mas ele será teu rei!
ROSAURA:
– Deus não há de consentir!
Clotaldo:
– Mas perderás vida e honra!
Não mudas de idéia?
ROSAURA (saindo): – Não!!
É inútil falar do assunto!
CLOTALDO (saindo atrás):
– Pois, filha, se vais perder-te,
nós nos perderemos juntos!
escena 3
Campo próximo à batalha.
(Entra Segismundo vestido de peles e 3 soldados revoltosos. Soam tambores.)
SEGISMUNDO (consigo mesmo):
– Acalmemo-nos. Tanto aplauso incerto
me pesará quando estiver desperto,
por tê-lo conseguido e após perdido.
(Som de clarim. Entra Rosaura em trajes de pastora, espada e adaga.)
ROSAURA:
– Generoso Segismundo,
luzente sol da Polônia,
que amanheças para o mundo!
Já duas vezes me viste
em diverso traje e forma.
Vestida de homem na torre,
depois, de dama, na corte.
Hoje é a terceira vez:
vestida como mulher,
mas armada como homem.
SEGISMUNDO (à parte):
– Se o que antes vi foi sonhado,
como é que esta dama agora
me fala de tal passado
com lembranças tão notórias?
Contudo, se foi verdade
ou foi sonho, não importa.
ROSAURA:
– Oh, ajuda esta infeliz
que aqui a teus pés se arroja.
Lá na corte de Moscou,
de nobre mãe eu nasci.
A meu pai, não conheci.
Mas tive a honra ferida
por Astolfo, que rompeu
seu compromisso comigo
e vai casar com Estrela.
Aqui encontrei Clotaldo.
Ele salvou minha vida
e aconselha que não devo
me vingar matando Astolfo,
lavando assim minha honra.
Vendo eu hoje que é de ti
que partirá a vingança,
vim ajudar-te. Partamos!
Pois para mim muito importa
impedir aquelas bodas!
SEGISWORLD:
– Adoro esta formosura,
vivamos a ocasião!
Mas, por um desejo humano,
perder a luz da razão?
Pensemos no que é eterno.
Tentarei lavar-lhe a honra,
mas, tentado perto dela,
fujo de vê-la. – Soldados!
enfrentemos a batalha!
ROSAURA:
– Oh, senhor, então te ausentas?
Minha dor não te comove?
SEGISWORLD:
– Pelo bem de tua honra,
pareço cruel agora. (sai, seguido dos soldados)
ROSAURA:
– Ó céus, ele dá-me enigmas
como se desse respostas.
CLARIM (entrando):
– Olá, senhora!
ROSAURA: – Onde estavas?
clarín:
– EU? Preso naquela torre,
tentando escapar da morte
que ora ia, ora voltava.
Mas, agora estou a ponto
de dar uma clarinada.
ROSAURA:
– Por que?
CLARIM: – Por saber segredos… (som de tambores)
Porém, que ruído é esse?
ROSAURA:
– Tambores… Que estás a ver?
CLARIM (olhando ao longe):
– Do palácio sitiado
sai um esquadrão armado,
resistindo a Segismundo.
VOZES (de um lado):
– Viva nosso invicto rei!
VOZES (do outro lado):
– Viva nossa liberdade!
(Rosaura e Clarim saem. Entram Basílio, Astolfo e Clotaldo fugindo.)
BASILIO:
– Não há rei mais desditado
e nem pai mais perseguido.
Foram vãs as tentativas
de lutar contra o destino.
Clotaldo:
– Ó senhor, cuida e defende-te.
ASTOLF:
– Há um cavalo ali na mata.
Foge nele enquanto é tempo,
que eu defendo a retirada.
BASILIO:
– Não! Se a divina vontade
quer que a morte hoje me aguarde,
eu mesmo vou esperá-la,
enfrentando-a cara a cara.
(Toque de combate. Entram, por um lado, Segismundo, Rosaura, Clarim e soldados revoltosos; por outro lado, Estrela e séqüitos.)
BASÍLIO (a Segismundo):
– Se me estavas procurando,
aqui me tens a teus pés. (ajoelha-se)
Serve-te deste tapete,
que são meus cabelos brancos.
Cumpre o desígnio dos astros.
Pisa sobre minha fronte
e calca minha coroa!
SEGISWORLD:
– Corte ilustre de Polônia,
vosso príncipe vos fala.
Na página azul do céu,
grifou o dedo de Deus
o que está determinado.
E tais figuras celestes
não enganam e não mentem.
Porém só se engana aquele
que, ao tê-las decifrado,
faz delas um uso errado.
Pois foi o que sucedeu.
Meu pai, temendo uma espada,
tornou-a desembainhada.
Agora, pôs-se a meus pés
pela sentença dos astros.
Ele bem tentou vencê-la.
Não pôde. Poderei eu?
Eu, sem ter cabelos brancos,
sem ter ciência ou valor?
(ao rei, erguendo-o):
– Ergue-te, pai e senhor.
Estende-me tua mão.
E, já que o céu demonstrou
o quanto erraste tentando
vencer os altos desígnios,
meu pescoço aguarda humilde
que nele agora te vingues. (ajoelha-se)
BASILIO:
– Meu filho, um ato tão nobre
faz com que sejas de novo
gerado em minhas entranhas.
És príncipe! Tuas façanhas
também hão de coroar-te!
TODOS:
– Viva Segismundo! Viva!
SEGISWORLD:
– Já que meu valor deseja
alcançar grandes vitórias,
que a mais alta delas seja
vencer a mim mesmo agora.
Que Astolfo dê em seguida
a sua mão a Rosaura.
Pois sua mão é uma dívida
de honra, e eu vou cobrá-la.
ASTOLF:
– A lei manda não casar-me
com uma dama que não sabe
quem é seu pai.
CLOTALDO: – Não prossigas.
Ela é nobre como tu.
Sim, Rosaura é minha filha.
ASTOLF:
– Que dizes?
CLOTALDO: – Digo a verdade.
ASTOLF:
– Então, com grande alegria,
cumpro aqui minha palavra.
SEGISWORLD:
– E eu desejo casar-me
com a luminosa Estrela. (a ela):
– Estende-me tua mão!
ESTRELLA:
– Eu não sou merecedora
de tanta felicidade!
SEGISWORLD:
– E a Clotaldo, que serviu
a meu pai com lealdade,
darei eu qualquer mercê
que me pedir que lhe dê.
ASTOLF:
– Que caráter tão mudado!
BASILIO:
– Seu talento nos surpreende!
ROSAURA:
– Como é discreto e prudente!
SEGISWORLD:
– Estais todos admirados?
Mas meu mestre foi um sonho,
e em minha torre encerrado
receio acordar de novo.
Embora sonho não seja,
pensar que é sonho já basta.
Pois assim soube que a vida,
como um sonho, um dia passa.
Muito bem quero vivê-la,
antes que ela se desfaça.
(para el publico):
– E peço perdão a todos
de nossas menores falhas;
pois é próprio de almas nobres
poder assim perdoá-las.
FINAL
Sobre a escolha da peça
Para escolher uma peça com objetivo pedagógico, estude bem que tipo de vivência seria mais importante para fortalecer o amadurecimento de seus alunos. Será um drama ou uma comédia, por exemplo. No caso de um musical, é importante que a classe seja musical, que a maioria dos alunos toquem instrumentos e/ou cantem. Analise também o número de personagens da peça para ver se é adequado ao número de alunos.
Enviamos o texto completo em PDF de uma peça gratuitamente, para escolas Waldorf e escolas públicas, assim como as partituras musicais da peça escolhida. Acima disso, cobramos uma colaboração de R$ 50,00 por peça.
A escola deve solicitar pelo email [email protected], informando o nome da instituição, endereço completo, dados para contato e nome do responsável pelo trabalho.