obra de William Shakespeare
traducción y adaptación de Ruth Salles
NOTA
William Shakespeare, uno de los más grandes dramaturgos de todos los tiempos, nació en el siglo XVI y murió en el siglo XVII, habiendo dejado, además de dramas históricos, comedias y tragedias, también un volumen de sonetos, cuyo contenido aún se conserva. un enigma para los críticos. Con verdadera genialidad, supo crear todo tipo de personajes, que viven en el escenario desde los sentimientos más simples hasta las pasiones más trágicas.
La comedia SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO, como se desprende del título, se supone que fue escrita para una fiesta de la noche de San Juan. Debe haber sido compuesto alrededor de 1594, pero no fue hasta 1600 que se publicó por primera vez.
Según Almeida Cunha y Oscar Mendes, hay varias fuentes para esta pieza. La historia de Teseo e Hipólita está en Plutarco y Chaucer ("Knight's Tale"). Varias novelas medievales hablan de Oberón, y la disputa entre los reyes de las hadas parece haber sido también inspirada por Chaucer ("El cuento del comerciante"), con Titania apareciendo en las "Metamorfosis" de Ovidio. La idea del amor supremo la encontramos en Jorge de Montemayor (“La novia de Diana”), y volvemos a ver la historia de Píramo y Tisbe en Ovidio y Chaucer.
Esta pieza fue presentada por primera vez en la Escuela en 1975, ligeramente condensada a pedido de la entonces maestra Lucy Pessoa. En 1997 se presentó por 2ª vez, un poco más condensado a pedido de la profesora Ana Lucía Gallo Sacramento. Ahora, para 2007, la versión fue condensada un poco más, a pedido de la profesora Cristina Ferreira Manberger. La traducción se hizo del original, y los extractos que en el original están en versos fueron transpuestos al portugués también en versos.
En cuanto a la música, en 1975 elegimos algunos momentos de la obra THE FAIRY QUEEN, del compositor inglés Henry Purcell, contemporáneo de Shakespeare. Sólo la canción de Novelo, o weaver fue creada especialmente para nosotros por el compositor brasileño Luiz Roberto Oliveira, en un arreglo para flautas, pero al estilo de Purcell.
ruth salles
SINOPSIS
Teseo, duque de Atenas, se va a casar con Hipólita, reina de las amazonas, y ordena a Filóstrato, su jefe de ceremonias, que anime a los jóvenes para las festividades que seguirán a la boda.
Un grupo de modestos artesanos representará la historia de Píramo y Tisbe. El ensayo de la obra será en el bosque.
Mientras tanto, el duque recibe un llamamiento de Aegeus, un importante ciudadano, que quiere obligar a su hija Hermia a casarse con Demetrius. Si no quiere, debe morir o entrar en la vida solitaria del templo de Diana, según la antigua ley ateniense. Hermia, sin embargo, ama a Lysander y los dos deciden huir; pero primero cometen el error de revelar su secreto a Helena, quien ama a Demetrius. Helena, para tratar de complacer a Demetrius, le cuenta sobre la fuga de Hermia y Lysander.
La arboleda, donde se encontrarán los dos amantes y los artesanos, está poblada de hadas y duendes, que vinieron a bendecir el matrimonio del duque Teseo. El rey de los elfos, Oberon, está en una pelea con la reina de las hadas, Titania; quiere quedarse con el joven paje de la reina, y la reina no se lo permite. Decidido a castigar a la reina, Oberón envía a Puck a traer una flor, cuyo jugo, exprimido en los ojos de una persona dormida, hará que se enamore del primer ser vivo que encuentre. Antes de que Puck regrese, Oberon escucha a Demetrius y Helena peleando, mientras buscan a la pareja fugitiva. Demetrius dice que la odia y deja a Helena en el bosque. Oberon le ordena a Puck que unja los ojos de Demetrius con el jugo, mientras que él hará lo mismo con Titania. Demetrio sería reconocido por su atuendo ateniense. Sin embargo, Puck confunde a Demetrius con Lysander, y este último, al despertar, se enamora de Helena, lo que provoca la mayor confusión. Más tarde, Oberon corrige el error de Puck. Al mismo tiempo, por diversión, Puck hace que uno de los artesanos tenga una cabeza de burro. Titania lo ve cuando se despierta y se enamora de él, dándole la página a Oberón. Éste, después de eso, rompe el encanto de Titania y el pobre artesano. También se resuelve la situación de las dos parejas de amantes, y Teseo los invita a casarse en la misma ceremonia que su propia boda.
La obra de Píramo y Tisbe se representa para el duque con gran gracia y la fiesta termina con un baile. Después de que todos se van, las hadas y los elfos bendicen el lugar y, finalmente, cuando se van con Oberon y Titania, Puck se disculpa y pide el aplauso de la audiencia.
CARACTERES
TESEO - Duque de Atenas
AEGEUS - padre de Hermia
LISANDRO y
DEMETRIO - enamorado de Hermia
FILÓSTRATO – Maestro de Ceremonias de Teseo
HIPPOLYTA - reina de las Amazonas, novia de Teseo
HERMIA - hija de Egeo, enamorada de Lisandro.
HELENA – enamorada de Demetrius (debe ser más alta que Hermia)
OBERON - Rey de los Elfos
TITANIA - reina de las hadas
PUCK o Robin Bom-Comarada – espíritu juguetón (siempre saltando medio agachado)
FLOR DE GUISANTE,
TELA DE ARAÑA,
POLILLA y
FRIJOL DE MOSTAZA - hadas
PEDRO MARMELO – carpintero
JOÃO SERROTE – carpintero
TONICO NOVELO – tejedor
CHICO FLUTA – reparador de fuelles
TIÃO HAMBRIENTO – sastre
ZÉ TROMBUDO – hojalatería
COMPROMISOS DE DUENDES Y HADAS, al servicio del rey y la reina
COMPROMISOS de Teseo e Hipólita
Personajes de la farsa trágica:
PRÓLOGO – Quince
PIRAMO – Novela
TISBE – Flauta
PARED – Trombudo
MOONLIGHT – Hambriento
LEÓN – Sierra
La escena tiene lugar en Atenas y en un bosque cercano.
PRIMER ACTO
Escena 1
Atenas, Palacio de Teseo. Entran Teseo, Hipólita, Filóstrato y sus séquitos. Luego entran Egeo, Hermia, Lisandro y Demetrio. Por último, Helena.
TESEO: Hipólita mía, faltan cuatro días.
para nuestra noche de bodas.
Sin embargo, ¿cuánto tiempo se tarda...
HIPÓLITO:
“Ten más paciencia, mi querido Teseo,
pues sólo en luna nueva nos casaremos.
Ella ya está menguando, y pronto, pronto,
brillará como un rayo de plata,
curvo como el arco de Cupido,
lanzando tus flechas de amor
desde el cielo, bendiciendo nuestra boda.
TESEO: ¡Pues bien, preparemos las fiestas! (se dirige a Philostratus):
- Ve, Philostratus, anima a nuestra juventud,
para asistir a las ceremonias!
Organiza espectáculos alegres
y pompas triunfales!
FILÓSTRATO: ¡Sí, señor duque! (él sale)
AEGEUS (entra con Hermia, Lysander y Demetrius):
– ¡Salve Teseo, nuestro excelso duque!
TESEO: Mi buen Egeo, ¿qué quieres de mí?
EGEO:
“Vine a quejarme de mi propia hija. (Señala a Hermia)
¡Sí, de Hermia! – ¡Demetrio, acércate!
- Este chico tiene mi consentimiento.
casarme con ella, señor duque.
Pero ahora les presento a Lysander,
que hechizó el corazón de Hermia.
Y la obediencia que me debía
Lysander se volvió obstinado.
Ahora, Duque, le pido a Su Gracia:
si ante ti Hermia persiste
en no querer casarme con Demetrio,
recurrir a la antigua ley de Atenas,
que permite a un padre disponer de sus hijos.
¡Que mi amada hija sea asesinada!
TESEO:
– ¿Qué dices, Hermia? el padre no debe
sé un dios para tu hija... sé el dios
que te formó con tanta belleza?
Veo en Demetrio a un digno caballero.
HERMIA (seco):
– Lysander también.
TESEO: Pero le falta
el permiso de tu padre. Por lo tanto, debes
considera a Demetrius el mejor novio.
HERMIA:
– Señor Duque, suplico a Vuestra Gracia:
Dije lo que me puede pasar
¡si me niego a casarme con Demetrio!
TESEO:
- O pierdes la vida, mi niña,
o entrar en el templo de Diana,
donde estarás en completo aislamiento.
Crecer, vivir, morir tan solo...
HERMIA:
– Prefiero crecer, vivir, morir,
¡dar mi vida a alguien que no amo!
TESEO:
- Piensa más despacio. en la luna nueva,
el día que me case con Hipólita,
tú decidirás si casarte con Demetrio,
si mueres, o si vas a vivir en el templo.
DEMETRIO:
– ¡Oh dulce Hermia, cásate conmigo!
– ¡Y tú, Lisandro, aléjate de Hermia!
LISANDRO (enojado):
– Demetrius, si eres preferido
del padre de Hermia, cásate con él,
¡pero deja que Hermia sea mía!
EGEO:
– ¡Insolente Lisandro! Realmente es verdad
que, para mí, Demetrio es bueno y digno.
Todo lo que me pertenece será suyo.
LISANDRO:
– Soy tan bien nacido como él.
Nuestras posesiones son iguales. Mi amor
es mayor. Y lo que es más importante:
Soy amado por la joven Hermia.
En cuanto a Demetrio, digo delante de él,
cortejó a la bella Helena y la conquistó.
Y ella está locamente enamorada
por el voluble y desleal Demetrio.
TESEO:
– Esta noticia llegó a mis oídos…
– ¡Pero ven, Demetrio, y tú también, Egeo!
- ¡Hipólita mía, vámonos! ¿Qué tienes? (se entristece por el caso)
Salgamos y dejemos que esta joven
pensando y decidiendo renunciar
a voluntad del padre, para liberarse
de la dura ley de Atenas. (Todos menos Lysander y Hermia se van.)
LISANDRO: – Nuestro amor
te hizo lucir tan pálida, cariño.
Las rosas de tu rostro incluso se han marchitado...
HERMIA:
– Tal vez necesitan ser regados
por las lágrimas de tristeza en mis ojos...
LISANDRO:
– De todo lo que he oído y leído,
el camino del amor no siempre es fácil.
HERMIA:
- Es el destino. Debemos ser pacientes.
LISANDRO:
– Sabio consejo. Sin embargo, escúchame.
Tengo una tía que vive lejos.
Ella es como mi madre.
Y ahí, la ley de Atenas no os afecta.
Podemos casarnos, querida Hermia.
Si me amas, mañana por la noche
huye, sal de la casa de tu padre.
Estaré en el bosque esperándote.
HERMIA:
-Lo juro por el arco de cupido
y por tu mejor flecha dorada
que mañana correré a tu encuentro.
LISANDRO:
- ¡Cumple tu promesa, mi amor!
Mira, aquí viene Helen. (Entra Elena)
HERMIA: – Dios te guarde,
hermosa Helena, pero ¿adónde vas?
ELENA:
– ¿Dices que soy hermosa? Usted no debe.
Pues Demetrio solo ve tu belleza.
Y queria saber como se deletrea
el duro corazón de mi Demetrio.
HERMIA:
– Le hago muecas, y me quiere.
ELENA:
- Tenía mis sonrisas tal encanto...
HERMIA:
“Lo maldigo, y él me ama.
ELENA:
- Tuvieron mis súplicas tanta fuerza...
HERMIA:
“Cuanto más lo odio, más me ama.
ELENA:
- Yo, cuanto más lo amo, más me odia.
HERMIA:
– No es culpa mía, Helena, pero consuélate.
Demetrius nunca volverá a ver mi rostro.
Mañana, Lisandro y yo saldremos corriendo.
LISANDRO:
– El plan que te estamos revelando
es salir de Atenas mañana,
durante la noche.
HERMIA: Y en ese bosque,
donde juntos intercambiamos confidencias,
porque ahí es donde hacemos nuestra cita.
Así que adiós, amigo! y esa suerte
¡Devuélveme a Demetrio! - Adiós, Lisandro.
Ahora nos conviene separarnos.
LISANDRO:
- ¡Adiós! - Adiós, Helena. ese Demetrio
amarte un día tanto como tú lo amas a él.
(Salen Hermia y Lisandro, cada uno para un lado, o uno tras otro.)
ELENA:
– Hay seres más felices, y otros menos…
Antes me decía mi Demetrio
que todo tu amor era solo mio.
Pero cuando vio a Hermia, se olvidó de todo.
Pensándolo bien, le revelaré
El plan de Hermia. Así que te puedo ver.
Hasta sonreirá, agradecido,
y me sentiré recompensado. (Helena se va.)
escena 2
Casa de Membrillo. Entran Membrillo, Sierra, Novela, Flauta, Trombudo y Hambre.
QUINCE: – ¿Está toda nuestra Compañía aquí? Porque os traigo el papel con los nombres de todos los que se consideraron capaces de realizar este interludio en Atenas, el día de la boda del duque y la duquesa.
NOVELO: – Entonces, Pedro Marmelo, zanja ya mismo el asunto explicando en qué consiste este interludio.
MEMBRILLO: - Muy bien. Se trata de una obra de teatro titulada “La comedia más lamentable, la muerte más cruel de Píramo y Tisbe”.
NOVELA: – ¡Buena pieza! ¡Debe ser divertido! Y ahora, mi buen Pedro Marmelo, lee los nombres de los actores de la lista. ¡Maestros, dispérsense!
MEMBRILLO: – Respondo como llamo. – ¡Tónico Novello, tejedor!
NOVELA: – ¡Presente!
QUINCE: – Tonico Novello, fuiste elegido para el papel de Píramo.
BOTELLA: – ¿Quién es Píramo? ¿Amante o tirano?
MEMBRILLO: – Amante, que se mata galantemente por amor.
NOVELA: – Entonces habrá que derramar algunas lágrimas. Si interpreto este papel, que el público se cuide los ojos; Provocaré tormentas. Pero creo que estaría mejor en el papel de tirano; haría un Hércules con un puñado, un rasgar y rasgar para partir un gato en dos.
MEMBRILLO: – ¡De nada! Eres mejor en el papel de amante. – ¡Chico Fluta, reparador de fuelles!
FLAUTA: – ¡Presente, Pedro Marmelo!
MEMBRILLO: – Tendrás que quedarte con Tisbe.
FLAUTA: – ¿Quién es Tisbe? ¿Caballero andante?
MEMBRILLO: - ¡No! ¡Ella es la mujer que Píramo debe amar!
FLAUTA: Ah, no me des el papel de mujer; ¡Mi barba está empezando a brotar!
Membrillo: – No importa; sólo habla con una voz muy fina.
FLAUTA (practicando): – “Ah, Píramo, mi amor, soy tu pequeña Tisbe…”
MEMBRILLO: – ¡Sigamos! – ¡Tío hambriento, sastre!
HAMBRE: – ¡Presente, Pedro Marmelo!
Membrillo: Serás la madre de Tisbe. – ¡Zé Trombudo, hojalatero!
TRUMBUDO: – ¡Presente, Pedro Marmelo!
Membrillo: Tú serás el padre de Píramo, y yo seré el padre de Tisbe. Para concluir, le tocará a João Serrote, el carpintero, hacer el papel de león.
SAW: ¿La parte del león ya está escrita? Si es así, pásamela, que soy un poco lenta para decorar.
MEMBRILLO: - No está escrito porque tu papel es sólo rugir.
BOTELLA: ¡Ay, dame el papel de león! rugiré terriblemente; Rugiré de tal manera que el Duque exclamará: “¡Que vuelva a rugir! ¡Que vuelva a rugir!”.
MEMBRILLO: Si rugieras así, la duquesa y las demás damas darían un grito de terror, que sería más que suficiente para ahorcarnos a todos.
TODOS LOS DEMÁS: – ¡¡¿Para ahorcarnos??!!
BOTELLA: ¿Y si rugo como una paloma? ¿Y si rugo dulcemente como un canario?
MEMBRILLO: - No. Para ti el papel de Píramo es ideal, porque es un caballero encantador, un buen tipo de hombre.
BOWL (convencido de su belleza): – Está bien. Seré Píramo.
MEMBRILLO: - Señores, aquí están los papeles. Decorarlos pronto. Tan pronto como salga la luna, búscame en el bosque cerca de la ciudad. Allí ensayaremos en secreto y nadie descubrirá nuestro plan. La reunión será junto al roble. ¡Adiós!
NOVELA: - Allí estaremos. ¡Adiós!
(todos se van)
SEGUNDO ACTO
Escena 1
Bosque cerca de Atenas. Un hada y Puck entran por lados opuestos; luego Titania y Oberón; finalmente, Demetrius y Helena.
PUCK: Hola, Spirit, ¿por dónde andas?
HADA:- Por los valles, por las montañas;
por las aguas, por el fuego;
Vago más que la luna
que flota en el aire.
Sirvo a la reina de las hadas
y dejo gotas de rocío
en la hierba por donde pasa.
– ¡Adiós, oh el más pesado de los Espíritus!
Pronto, aquí en este bosque surgirá
Reina Titania. me iré
DISCO:
- Cuida que la reina
no seas visto por el rey de las hadas.
Titania ahora tiene una página hermosa.
Y Oberón quiere la página como regalo;
Quieres convertirlo en tu caballero.
Pero Titania, testaruda, no cedió.
Cuando se encuentran, discuten,
tan enojados, los duendes huyen.
HADA:
- Lo eres, si no me equivoco,
ese Espíritu inquieto y astuto,
llamado Robin el Buen Camarada:
el travieso, que asusta a los aldeanos…
la leche se pone agria… se que te gusta bien
desenredar el molino y extraviarse
viajeros nocturnos en el camino.
A cualquiera que te llame dulce Puck,
le darás suerte, lo harás todo.
DISCO:
– Yo soy el Espíritu gozoso del que hablas.
¡Y hablas bien! Divierto a nuestro rey.
Me escondo en el fondo del cuenco
de alguna mujercita parlanchina.
Si voltea el tazón, me desmorono
y derramar cerveza en tu regazo.
Una mujer que cuenta una larga historia.
piensa que soy el banco en el que te apoyas.
Me desmorono, aquí ella viene al piso,
grita, se ahoga, reclama la caída,
mientras los demás se echaban a reír.
¡Mira a Oberón! ¡Abran paso, oh hada!
HADA:
– ¡Aquí también está Titania! ¡Antes no lo era! (los dos se esconden)
(Entran Titania y Oberón, cada uno por un lado, con sus séquitos de elfos y hadas)
OBERÓN:
- Mala cita a la luz de la luna, reina altiva.
TITANIA:
- ¡También creo! - ¡Vamos, hadas!
OBERÓN:
– ¡Presumido! ¡Un momento! Entonces no escuchas
¿Qué tiene que decir tu señor?
TITANIA:
- ¡¿Mi señor?! ¿Por qué crees que soy tuyo?
si hablaras de amor a la bella Phyllida?
Y viniste a bendecir el matrimonio
de la guerrera amazona que amabas?
OBERÓN:
– No te avergüenzas de hablar de Hipólita,
cuando sé muy bien que amas a Teseo?
TITANIA:
- Nuestros celos dañan todo...
Nunca más podremos las hadas lograrlo.
bailamos nuestra ronda al son de los vientos,
sin que tus gritos nos molesten.
Por lo tanto, los vientos, como en represalia,
recogió malas nubes del mar,
derramándolos en los campos y haciéndolos
desborda nuestros ríos y arroyos.
El trigo se ha podrido, surgen enfermedades,
sólo por nuestras diferencias.
OBERÓN:
– La solución depende solo de ti.
Solo pido que me des tu nueva página.
TITANIA:
– Mi página no la doy. renunciar a él.
OBERÓN:
– ¿Cuánto tiempo te vas a quedar en el bosque?
TITANIA:
– Hasta la boda de Teseo e Hipólita.
Si quieres bailar en nuestras rondas,
ven con nosotros, de lo contrario evitaré
los lugares que frecuentas con tu figura.
OBERÓN:
– Dame tu página, y voy contigo.
TITANIA:
– No en todo este reino. - ¡Vamos, hadas!
(Sale Titania con su séquito)
OBERÓN:
- Vete, pronto tendrás tu castigo.
“Ven aquí, mi amable Puck. Una vez,
Vi el arco de Cupido liberarse
una flecha de amor dirigida
a cien mil corazones! pero cayó
en una flor llamada Pansy.
Cuando el jugo de esta flor se derrame
sobre los ojos de alguien que duerme,
este alguien, cuando se despierta se enamora
por el primer ser que se te aparece.
¡Ve a buscar esa flor, Puck! ¡Rápidamente!
PUCK (saliendo):
- Voy a dar la vuelta al mundo
y vuelvo en un segundo!
OBERÓN:
- Verteré el jugo de esta flor.
a los ojos de la dormida Titania.
Y ella despertará enamorada
por cualquiera, incluso un lobo,
un león, un mono, un oso, un toro.
Y, antes de que yo mismo lo desencante,
será fácil obligarla a que me dé la página.
Pero, ¿quién viene? Ellos no pueden verme.
Escucharé lo que digan estos seres.
(Entra Demetrio, seguido de Helena)
DEMETRIO:
- ¡No te amo, Helena, no insistas!
¿Dónde están Lysander y la bella Hermia?
Dijiste que estarían en este bosque.
¡Pero deja de seguirme! ¡Vaya! ¡Vaya!
ELENA:
- Si dejas de atraerme, no te seguiré.
Pero eres un imán duro, duro.
DEMETRIO:
– No tienes miedo de estar en un bosque oscuro
a mi lado, que no te tengo amor?
ELENA:
– Tu buen carácter será mi escudo.
Y mi amor ilumina la oscuridad.
DEMETRIO (saliendo):
– ¡Me escapo y te dejo a merced de las bestias!
ELENA (saliendo):
– Ninguna bestia tiene un alma tan dura…
OBERÓN (aparte):
- Helena, antes de que te vayas de este bosque,
buscará tu amor.
PUCK (regresando):
- ¡Listo! ¡Mira la flor! (se lo entrega)
OBERÓN: - Titania se ha quedado dormida.
Exprimiré el jugo en tus ojos.
También toma algunos. En este bosque,
hay una bella dama enamorada
por un ateniense que la detesta.
Cuando duerma, unge sus ojos;
cuidate de ser la bella dama
la primera persona que ve
al despertar. Conocerás a los jóvenes.
por las vestiduras de Atenea que viste.
Realiza la tarea con cuidado
y regresa antes que el gallo cante.
DISCO:
- No tengas miedo. Hago lo que dijiste. (los dos se van)
escena 2
En el bosque. Oberón está escondido; Entra Titania y séquito; Lisandro y Hermia: Puck; Demetrio y Helena.
TITANIA:
– ¡Venid! ¡Cantad, hadas, cantad!
Luego ve a cumplir con tus tareas:
matar las plagas de capullos de rosa;
vete la lechuza ruidosa
que espanta nuestro espíritu vaporoso.
¡Cántame para dormir! ¡Entonces vete! (Se acuesta detrás de la valla de rosas)
HADAS (cantar):
“Nana, nana, cariño.
Buenas noches. Todo bien.
Viene el viento, viene cantar.
Cantar para arrullarte.
Serpiente, Caracol y Lacrau
no te hará daño,
ni siquiera puedo encantarte
cualquiera que se acerque a ti.” (termina con la repetición de la primera estrofa)
UN HADA:
– Pss…
La reina ya está dormida...
¡Completamos las tareas!
(Las hadas se van. Titania duerme. Oberón entra y aprieta la flor contra sus párpados.)
OBERÓN:
– ¿A quién ves cuando te despiertas?
será tu amado,
ser oso o leopardo
o jabalí erizado.
Cuando un ser muy abyecto
pasar por aquí,
¡entonces despierta, Reina! (Oberón se va. Entran Lysander y Hermia.)
LISANDRO:
- Te desmayas, amor, estás tan cansada.
Perdí la dirección. Vamos a parar
y dormir hasta el amanecer.
HERMIA:
– Me acuesto en la hierba. Aquí está bien.
LISANDRO:
- Y me voy a acostar allí también.
HERMIA:
Y buenas noches, mi querido amor.
Que tu amor dure toda la vida.
LISANDRO:
– ¡Debe durar! Ya sabes, hermosa Hermia,
que prefiero hasta perder la vida
¡Serte infiel, querida! (Se quedan dormidos. Entra Puck)
DISCO:
- Caminé por todo este bosque
y no vi al ateniense,
gotear en tus ojos
el jugo de Pensamiento.
¡Míralo aquí! esta ropa
son incluso el atuendo de Atenas.
Y allí duerme la doncella
que ama a los que la desprecian.
¡Hey sí! que sus ojos
estar encantado ahora! (Goteando el jugo de la flor)
Voy en busca de Oberon
antes de que cante el gallo! (Hojas de disco)
(Demetrius entra sin ver a los dos durmiendo; Helena viene corriendo detrás de él.)
ELENA:
– ¡Amado Demetrio, detente, espera!
DEMETRIO:
- ¡Vaya! ¡No me persigas más, Helena!
ELENA:
- Oh, por mucho que te suplique, no sirve de nada.
Feliz es Hermia con sus hermosos ojos…
¿Soy tan feo como un oso?
¿O es el espejo tan engañoso?
¡Pero a quién veo tirado aquí! Lisandro?
¿Está muerto o durmiendo? pero no veo
sangre o herida. - ¡Despierta, si estás vivo!
LISANDRO (despertándose y levantándose):
– ¡¡Sí!!… ¡Y me tiro al fuego por Helena!
¡Oh diáfana Helena, el amor me conquista!
El vil Demetrio, ¿dónde caminará ahora?
¡Porque mereces morir en mi espada!
ELENA:
– No, Lysander, no digas nada de eso.
¿Qué importa que Demetrio ame a Hermia?
Hermia solo siente amor por ti.
Debes estar feliz.
LISANDRO:- ¿Contento? ¿Con Hermia?
Lamento las horas que pasé con ella.
No es Hermia, es Helena, mi amada.
Con el tiempo, todo madura.
Mi razón madura ahora
y di que eres la doncella más digna!
ELENA:
– ¿Nací para oír semejante afrenta?
¡Te reís de mí! pensé que eras
más amable y educado con una dama.
¡Oh! ¡Si uno me rechaza, el otro me insulta! (Sale Helena.)
LISANDRO:
– Helena ni siquiera vio a Hermia. - ¡Duerme, Hermia!
Sigue durmiendo, y que no puedas
¡Nunca más te acerques a Lisandro!
Porque al igual que los dolores de estómago
por haber comido demasiados dulces,
y así como un hombre crea horror
a la herejía que abandonó,
así tú, herejía y exceso mío,
¡Que el mundo te odie y yo también!
Mi amor lo consagro a la bella Helena.
¡Que mi fuerza la honre sola! (Lisandro se va.)
HERMIA (despertándose):
— ¡Ay, socorro, socorro! ¡Una serpiente!
Lysander, ¡qué terrible pesadilla!
soñé que una serpiente devoraba
mi corazón, y tú, Lisandro, ríete,
disfrutando de mi cruel prueba.
Pero… ¡Lisandro! Lisandro, ¿dónde estás?
- El se fue. ¿Porque? ¿Y donde?
Sin decir nada… – ¡Amor mío, contesta!
– ¡Ay, qué pavor! tengo que encontrarlo
¡Mejor morir que no encontrarlo más! (Hermia sale.)
TERCEIRO ATO
Escena 1
Trecho do bosque. Titânia dorme atrás de uma cerca de rosinhas silvestres. Entram Marmelo, Serrote, Novelo, Flauta, Trombudo e Faminto; entra Puck; por fim, as fadas.
NOVELO: – Estamos todos reunidos?
MARMELO: – Sim, todos. Aqui, temos um lugar maravilhoso para ensaiar. Este trecho servirá de palco; atrás daquela cerca de rosinhas silvestres serão os bastidores. Quem não estiver em cena vai para lá.
NOVELO: – Pedro Marmelo…
MARMELO: – Que tens a dizer, valente Novelo?
NOVELO: – Nesta comédia de Píramo e Tisbe há coisas que jamais poderão agradar. Primeiro: Píramo terá de sacar da espada para se matar, espetáculo insuportável para as senhoras. Que respondes a isso?
TROMBUDO: – Santo Deus!!! Elas vão ficar apavoradas!
FAMINTO: – Acho melhor suprimirmos a mortandade.
NOVELO: – De forma alguma. Tenho uma idéia que vai pôr as coisas nos eixos. Marmelo, escreve um Prólogo, de forma que se explique que não fazemos nenhum mal com as espadas e que Píramo não morre de verdade. E, para maior tranqüilidade, é bom dizer que eu, Píramo, não sou Píramo, mas sim Novelo, o tecelão. Isso os deixará sem medo de todo.
MARMELO: – Ótimo! Vou escrever esse Prólogo.
TROMBUDO: – O leão não causará medo às senhoras?
SERROTE: – Também já pensei nisso.
NOVELO: – Mestres, é bom refletir sobre o caso. Trazer um leão – Deus nos acuda! – para o meio de senhoras é uma coisa pavorosa, pois não há ave de rapina mais temível do que um leão com vida.
NOVELO: – Nesse caso, basta que Serrote dê um jeito de mostrar o rosto através do pescoço do leão, dizendo: “Lindas senhoras, não deveis ter medo. Minha vida pela vossa. Não penseis que venho aqui como um leão. Longe de mim tal coisa; sou um homem como os demais.” Nesta altura, ele revelará seu verdadeiro nome, dizendo francamente que é Serrote, o marceneiro.
MARMELO: – Muito bem; faremos desse modo. Mas ainda temos duas outras coisas difíceis. Uma é trazer o luar para dentro da sala, porque, como sabeis, Píramo e Tisbe se encontram à luz da lua.
FLAUTA: – Haverá luar na noite de nossa representação?
NOVELO: – Um calendário! Um calendário! Vede no almanaque! Procurai o luar! Procurai o luar!
MARMELO (procurando no almanaque): – O luar… o luar… Não teremos luar. Vai ser noite de lua-nova!
NOVELO: – O jeito é Faminto entrar em cena com uma lanterna acesa, declarando que vem para desfigurar ou para representar a pessoa do luar.
MARMELO: – É mesmo! Boa idéia! Mas ainda temos outro problema: precisamos de um muro no salão, porque a história diz que Píramo e Tisbe conversavam por uma fresta do muro.
FLAUTA: – Não será possível trazer um muro. Que dizes tu, Novelo?
NOVELO: – Digo que é melhor Trombudo fazer o papel de muro, com um pouco de gesso ou argamassa na roupa, devendo abrir os dedos nesta posição (demonstra), para que Píramo e Tisbe falem através da fresta.
MARMELO: – Desse jeito ficará bem. Agora, Píramo, dá início! Depois de recitares tua parte, vai para trás da cerca; o mesmo farão os outros, de acordo com as respectivas deixas.
(Entra Puck por trás.)
DISCO:
– Que trapalhões estúpidos são estes,
falando alto perto de onde dorme
a rainha das fadas?… Que é isso?
Ah… é um teatro! Estão representando…
Serei espectador; talvez ator,
se achar motivo para ser ator.
MARMELO: – Fala, Píramo! – Tisbe, vem para a frente!
NOVELO:
– “Tisbe, tal como flores horrorosas…”
MARMELO: – Odorosas, Novelo! ODOROSAS!
NOVELO:
– “… flores odorosas,
tens o hálito, querida, perfumado.
Mas, ouço vozes; um momento, espera-me;
depressa voltarei para o teu lado.”
PUCK (de lado):
– Nunca se viu um Píramo como este!
(Novelo vai para trás da cerca e nem percebe que Puck lhe põe uma cabeça de burro.)
FLAUTA: – Sou eu que falo agora?
MARMELO: – Isso mesmo! Vamos logo!
FLAUTA (tentando afinar a voz):
– “Ó Píramo radiante, ao branco lírio igual,
tão rubro quanto a rosa em cândida roseira.
És um corcel altivo em rápida carreira.
No túmulo de Nico eu devo te encontrar.”
MARMELO: – “Túmulo de Nino”, homem, “túmulo de NI-NO”! Mas ainda não é hora de dizeres isso. – Píramo, entra! Tua deixa já passou; é “em rápida carreira”.
FLAUTA: – Certo. Então repito:
“És um corcel altivo em rápida carreira.”
(Entra Puck, invisível, seguido de Novelo, que está com cabeça de burro.)
NOVELO:
– “Se eu fosse belo, ó Tisbe, a ti pertenceria.”
MARMELO: – Que monstruosidade! Socorro! Estamos enfeitiçados! Fugi, mestres! (saem todos correndo, menos Novelo e Puck)
DISCO:
– Vou perseguir-vos sem vos dar sossego,
por vales, montes, pela mata espessa,
ora como cavalo, ora morcego,
ou porco, ou sapo, ou urso sem cabeça;
como coruja, leão, macaco ou burro,
relincho forte e rujo, guincho e zurro. (ele sai atrás dos outros.)
NOVELO: – Por que será que eles correram? Com certeza é para me pregar alguma peça e me meter medo.
TROMBUDO (voltando pé ante pé): – Novelo, como estás mudado! Que tens em tua cabeça?
NOVELO: – Só vejo tua cabeça de burro. Não é isso, seu maroto?
(Sai Trombudo e volta Marmelo, lentamente.)
MARMELO: – Zeus te abençoe, Novelo, Zeus te abençoe! Estás transformado!
(Sai Marmelo.)
NOVELO: – Já entendi a brincadeira. Eles acham que sou burro para me aborrecer com o que dizem. Mas, façam o que fizerem, não arredarei o pé daqui. Vou passear de um lado para o outro, e até vou cantar, para que eles percebam que eu não ligo. (Ele canta em ritmo saltitante e marcado.):
“O bem-te-vi avisa
tempo nublado e chuvoso,
e o canário, de voz bonita,
bem amarelinho, ah, como é formoso!”
TITÂNIA (acordando): – Que anjo me acordou em meu leito de flores?
NOVELO (continua a cantar):
“O sabiá sabia,
e o curió e o azulão,
que podem cantar de dia
sem que ninguém proíba e diga NÃO!”
TITANIA:
– Canta outra vez, gentil mortal, oh, canta!
A tua voz seduz os meus ouvidos.
Tua figura, então, como me encanta!
Estou completamente apaixonada!
NOVELO: – Quer parecer-me, gentil senhora, que tens para isso bastante razão. No entanto, hoje em dia, razão e amor quase não andam juntos.
TITÂNIA: – És tão sábio quanto belo.
NOVELO: – Nem tanto assim; se eu soubesse o bastante para sair deste bosque teria tudo de que preciso.
TITANIA:
– Ah, não quero que saias deste bosque.
Pois eu te amo. Logo, vem comigo.
Por onde passo envolve-me o verão.
Fadas e elfos ponho a teu serviço,
e teu peso mortal eu suavizo.
– Vinde Flor-de-ervilha e Teia-de-aranha!
– Vinde, Mariposa e Grão-de-mostarda!
FLOR-DE-ERVILHA:
– Eu aqui estou!
TEIA-DE-ARANHA: – E eu!
MARIPOSA: – E eu!
GRÃO-DE-MOSTARDA: – E eu!
TITANIA:
– Sede amáveis com este cavalheiro.
Trazei-lhe amoras e bons figos verdes.
Da cera das abelhas fazei tochas,
acendei-as na luz dos vagalumes,
iluminando assim a noite escura.
Inclinai-vos, rendendo-lhe homenagem!
ELFOS e FADAS:
– Salve, senhor mortal! Nós te saudamos!
NOVELO: – Agradeço a Vossas Senhorias. – Como te chamas, cavalheiro?
TEIA-DE-ARANHA: – Teia-de-aranha.
NOVELO: – Fico feliz de te conhecer mais de perto, meu bom mestre Teia-de-aranha. Quando eu me cortar no dedo, terei a ousadia de te utilizar (*). – Teu nome, graciosa dama?
FLOR-DE-ERVILHA: – Flor-de-ervilha.
NOVELO: – Peço-te que me recomendes à senhora Vagem, tua mãe, e ao mestre Grão-de-bico, teu pai. – Teu nome, senhor, por obséquio?
GRÃO-DE-MOSTARDA: – Grão-de-mostarda.
NOVELO: – Caro mestre Grão-de-mostarda, conheço perfeitamente tua paciência. O covarde e agigantado Rosbife já devorou muitos cavalheiros de tua casa. Podes ter certeza de que teus parentes já me deixaram muitas vezes de lágrimas nos olhos, caro mestre Grão-de-mostarda.
TITANIA:
– A lua tem os olhos rasos d’água…
Vinde! Amarrai a língua do meu bem
e levai-o em silêncio. Eu vou também. (Saem todos.)
………………………………………………………………………………………
(*) – Antigamente acreditava-se que teia de aranha servia para cicatrizar ferimentos.
escena 2
Parte do bosque. Entra Oberon; Puck; entram Demétrio e Hérmia; entram Helena e Lisandro
OBERÓN:
– Estou louco por saber
se Titânia despertou
e qual foi a criatura
que primeiro ali passou
e por quem, perdidamente,
ela já se apaixonou. (ao ver chegar Puck)
Mas vem chegando aí meu mensageiro!
– Que há de novo, espírito brejeiro?
DISCO:
– Titânia apaixonou-se por um monstro!
Enquanto ela dormia entre as flores,
uns artesãos estavam ensaiando
a peça que eles vão representar
nas bodas de Hipólita e Teseu.
O mais idiota deles sai de cena;
vai para trás da moita. Num instante,
ponho-lhe na cabeça uma cabeça
de burro. Logo o tonto volta à cena.
Quando os outros o vêem, fogem todos.
Eu fui atrás e os assustei sem trégua.
O ator transformado fica em cena;
então Titânia acorda e se apaixona
perdidamente pelo belo burro.
OBERÓN:
– Isto saiu melhor que a encomenda.
Mas, como te ordenei, puseste o sumo
da flor no ateniense adormecido?
DISCO:
– É fato consumado. E perto dele
dormia a pobre jovem desprezada.
Portanto, ao despertar, terá que vê-la!
OBERON (vendo entrarem Demétrio e Hérmia):
– Silêncio! Eis o nosso ateniense.
DISCO:
– A moça é a mesma. Mas o homem, não.
DEMETRIO:
– Por que rejeitas quem te ama tanto?
HERMIA:
– Apenas não te amo. Mas, reponde:
Onde é que está Lisandro?
DEMÉTRIO: – Eu não sei dele.
E se soubesse, se eu o devolvesse,
que recompensa me darias, Hérmia?
HERMIA:
– O privilégio de não mais me veres!
Fujo de ti! Jamais tu me procures,
esteja meu Lisandro vivo ou morto! (Sai Hérmia.)
DEMETRIO:
– É inútil segui-la nesse estado.
Descansarei aqui por uns instantes. (Demétrio deita-se e adormece.)
OBERON (a Puck):
– Que fizeste? Que engano cometeste?
Sobre os olhos fiéis puseste o sumo
da flor e transformaste o amor sincero!
DISCO:
– Assim quis o destino. Para um homem
fiel, há milhões fracos e perjuros.
OBERÓN:
– Vai, Puck! Vai mais rápido que o vento,
percorre o bosque e traze aqui Helena,
que doente de amor suspira triste.
Enquanto isso, encantarei Demétrio.
DISCO:
– Já vou, meu rei, vê como vou ligeiro,
mais rápido que a flecha de um guerreiro. (Sai Puck.)
OBERON (espremendo o sumo em Demétrio):
– Flor ferida por Cupido,
penetra nestas pupilas!
PUCK (tornando a entrar):
– Chefe de elfos e fadas,
Helena já vem chegando.
E o jovem que encantei
vem correndo logo atrás,
implorando seu amor.
Que tolos são os mortais!
OBERÓN:
– Fica de lado! De tanto
que falam, vão acordar
o que dorme sossegado.
DISCO:
– Então logo serão dois
querendo o amor de uma só.
Divertem-me sobretudo
as confusões do absurdo.
(Entram Helena e Lisandro. Oberon e Puck ficam observando.)
LISANDRO:
– Achas que meu amor é caçoada?
Não vês que estou sofrendo apaixonado?
ELENA:
– A tua audácia aumenta a cada instante.
Tais homenagens deves tu a Hérmia.
LISANDRO:
– Eu perdi a razão quando a amava.
ELENA:
– Tu perdeste a razão foi ao deixá-la.
LISANDRO:
– Demétrio ama Hérmia e não te ama.
DEMÉTRIO (acordando):
– Helena!!! Ó deusa! Ó divina dama!
Perto de tuas mãos, a neve é escura.
Oh, deixa-me beijar estas alvuras!
ELENA:
– Que horror! Estão todos conjurados
para fazer de mim divertimento.
Fazeis juras de amor quando bem sei
que me odiais com todo o sentimento.
Rivais, os dois, por vosso amor a Hérmia,
rivalizais para insultar Helena.
LISANDRO:
– Demétrio, tu procedes muito mal.
Deixa de agir assim se amas Hérmia.
Eu renuncio a meu amor por ela.
Tu, também, renuncia à bela Helena,
a quem eu hei de amar até a morte.
DEMETRIO:
– Lisandro, fica tu com tua Hérmia.
Eu amarei Helena eternamente.
Aí vem tua amada.
HÉRMIA (entrando): – Meu Lisandro!
Tua voz me guiou até aqui.
Por que me abandonaste tão sozinha?
LISANDRO:
– O amor me impeliu a outra parte.
HERMIA:
– Mas, que amor ?
LISANDRO: – O amor da bela Helena.
Por que me buscas se te odeio tanto?
HERMIA:
– Impossível! Não dizes o que pensas!
ELENA:
– Hérmia faz parte, então, dos conjurados.
Agora vejo os três bem combinados
para uma diversão às minhas custas.
– Tu, Hérmia, esqueceste uma amizade
tão antiga e te uniste a estes homens
para me atormentar e me insultar.
HERMIA:
– Eu nunca te insultei. Pelo contrário.
Parece-me que tu é que me insultas.
ELENA:
– Não fizeste Lisandro elogiar-me
e Demétrio também? Tu não tens pena
de mim, que não consigo ser amada?
HERMIA:
– Não entendo o que dizes.
HELENA: – És fingida.
Fazes sinais aos outros, se me viro.
LISANDRO:
– Fica comigo, amor!
HELENA: – E continuas!
HERMIA:
– Pára com isso, meu Lisandro! Pára!
DEMETRIO:
– Pedir não adianta. Vou forçá-lo!
LISANDRO:
– A força ou o pedido dão na mesma.
Eu juro, Helena, que te amo tanto…
DEMETRIO:
– E eu digo, Helena, que eu te amo mais!
LISANDRO:
– Podes mais do que eu? Pois vem provar!
DEMETRIO:
– E vou mesmo!
HÉRMIA: – Mas o que é isso agora?
LISANDRO:
– Vai já embora, gata insuportável!
HERMIA:
– Ficaste tão grosseiro… Estás brincando?
ELENA:
– Claro que está brincando! E tu também.
HERMIA:
– Então não és o meu Lisandro amado?
Não sou Hérmia? Não falas seriamente.
LISANDRO:
– Falo, sim, Hérmia. Amo só Helena.
HERMIA:
– Pobre de mim… – Helena, foste tu,
ladra de amor, que apareceste à noite
e roubaste o amor do meu Lisandro!
ELENA:
– Agora tu perdeste a compostura!
Hipócrita! Fantoche! Para trás!
HERMIA:
– Eu, fantoche? Por que? Porque és mais alta?
Varapau enfeitado é o que tu és!
ELENA:
– Ai! Socorro! Quando ela se enraivece
é perigosa, embora tão pequena.
HERMIA:
– Eu, pequena? Pois já te mostro!
LISANDRO: – Sai,
pigméia, anã, bolota de carvalho!
DEMETRIO:
– Não te ocupes em defender Helena.
Eu não permito familiaridades.
LISANDRO:
– Pois então, vem comigo, e nós veremos
quem tem maior direito sobre Helena! (Ele sai com Demétrio)
ELENA:
– Aqui é que eu não fico. Vou-me embora! (Helena sai)
HÉRMIA :
– Não sei o que dizer de tudo isso… (Hérmia sai)
OBERÓN:
– Olha só o que fizeste, negligente,
ou por engano ou voluntariamente.
DISCO:
– Rei, acredita em mim! Foi um engano!
O traje ateniense de Lisandro
me confundiu. Se bem que me diverte
a briga desses quatro na floresta.
OBERÓN:
– Os dois jovens vão logo se atracar.
A noite cresce. Robim, vai correndo,
espalha uma neblina densa e escura
e faz com que se percam um do outro.
Imita a voz de um, depois do outro,
para que pensem que discutem juntos;
mas afasta um do outro até que o sono
venha vencê-los. Eis aqui a erva
cujo sumo vai libertar Lisandro
do encantamento. Passa-a em seus olhos.
Quando acordarem, pensarão que tudo
foi um sonho. Então, voltando para Atenas,
os quatro amantes estarão unidos
por um amor mais forte do que a morte.
Enquanto isso, vou ver a rainha,
pedir a ela que me dê o pajem.
Seu amor pelo burro eu desencanto,
e a paz reinará por todo canto.
DISCO:
– Senhor, é bom agirmos bem depressa,
pois já se ergue ao longe a luz da aurora.
OBERÓN:
– Pois, vai! Nós não podemos perder tempo. (Oberon sai)
DISCO:
– Sobe e desce, desce e sobe,
vou levá-los cá e lá.
Todo mundo teme Robim.
Subo logo, desço já.
– Aí vem um!
LISANDRO (entrando):
– Orgulhoso Demétrio, onde estás?
PUCK (escondido):
– Aqui, vilão! De espada em punho! Em guarda!
LISANDRO:
– Ao ataque!
PUCK (escondido): – Pois segue-me!
(Sai Lisandro atrás da voz. Entra Demétrio.)
DEMÉTRIO: – Lisandro!
Tu fugiste, covarde? Tu te escondes?
PUCK (escondido):
– Tu ameaças mas não me apareces.
Medroso! Não desonro minha espada.
Com uma vara vou te dar lambadas!
DEMETRIO:
– Onde estás?
PUCK (escondido): – No lugar de nosso encontro.
(Saem Puck e Demétrio. Volta Lisandro.)
LISANDRO:
– Ele foge de mim e me provoca.
Corri atrás, mas ele é tão ligeiro…
Vou descansar um pouco. Está escuro…
Quando nascer o dia eu hei de achá-lo.
(Lisandro adormece. Voltam Puck, invisível, e Demétrio.)
DEMETRIO:
– Onde é que estás?
PUCK (escondido): – Covarde, estou aqui!
DEMETRIO:
– Tu caçoas de mim… Vais pagar caro,
assim que te enxergar à luz do dia!
O cansaço me obriga a um descanso…
(Demétrio adormece. Volta Helena.)
ELENA:
– Noite escura, abrevia tuas horas!
Que o dia mostre o rumo para Atenas!
Sono, tu, em que esqueço minhas dores,
vem! Vem roubar Helena de si mesma! (Ela se deita e adormece)
DISCO:
– Três ainda? Falta um.
Dois de cada fazem quatro.
Lá vem ela, triste e bela.
Cupido é sem compaixão;
todos perdem a razão.
HÉRMIA (voltando):
– Que os céus guardem Lisandro, se lutarem.
Eu estou tão cansada, tão aflita…
Minhas pernas se negam a seguir-me.
Vou descansar até romper o dia. (Hérmia adormece.)
PUCK (espremendo o sumo nos olhos de Lisandro):
– Dorme… dorme… Nos teus olhos
eu derramo este sumo
que desmancha o encantamento.
Diz o dito popular:
“Cada ovelha com seu par”.
E Lisandro, ao acordar,
vai voltar à sua dama.
E assim cada João
há de ter sua Joana.
QUARTO ATO
Escena 1
O bosque. Lisandro, Demétrio, Helena e Hérmia dormem nos cantos. Entram Titânia e Novelo com elfos e fadas; Oberon permanece atrás, escondido; entra Puck; entram Teseu, Hipólita, Teseu e séqüito.
TITANIA:
– Vem! Vem sentar-te aqui. Eu quero tanto
beijar tuas orelhas belas… longas…
NOVELO: – Onde está Flor-de-ervilha?
FLOR-DE-ERVILHA: – Estou aqui!
NOVELO: – Flor-de-ervilha, vem coçar minha cabeça. Onde está o senhor Teia-de-aranha?
TEIA-DE-ARANHA: – Aqui estou!
NOVELO: – Meu bom senhor Teia-de-aranha, traze-me um favo de mel. Onde está Monsieur Grão-de-mostarda?
GRÃO-DE-MOSTARDA: – Aqui, senhor! Que ordenas?
NOVELO: – Meu caro monsieur, quero que ajudes o cavalheiro Teia-de-aranha a me coçar a cabeça. Estou precisando ir ao barbeiro, pois sinto que estou com o rosto maravilhosamente peludo.
TITÂNIA: – Meu amado, que vais querer para a ceia?
NOVELO: – Uma medida de forragem, aveia seca e um bom feixe de feno. Não há o que se compare ao feno perfumado! Mas, por obséquio, não permitas que tua gente me perturbe. Sinto-me tomado de uma grande exposição de dormir.
TITANIA:
– Pois dorme, meu amor. Vou embalar-te…
– Ide! Deixai-me aqui com o meu amado…
(Saem as fadas. Titânia e Novelo adormecem atrás da roseira. Entra Puck.)
OBERÓN:
– Bem-vindo, Robim. Vês que linda vista?
Começo a sentir pena dela agora.
Eu a encontrei há pouco, atrás do bosque.
Ela pediu perdão na mesma hora
e acabou me dando o lindo pajem.
Vou já desencantar os olhos dela.
E tu, meu gentil Puck, tira o burro
da cabeça daquele pobre tonto.
E ele irá para Atenas só pensando
no pesadelo mau que andou sonhando.
Em primeiro lugar livro Titânia:
– Sê como devias ser.
Vê como devias ver.
O cálice de Diana
tem força sobre Cupido,
cujo poder é vencido.
– Minha doce rainha, acorda agora!
TITANIA:
– Meu Oberon, tive visões estranhas…
Parece-me que andei amando um burro.
OBERÓN:
– Silêncio… Agora vamos de mãos dadas.
PUCK (desencantando Novelo):
– Tu voltarás a ser o mesmo tonto.
OBERON (a Titânia):
– Hoje somos amigos novamente.
E amanhã nós dançaremos juntos
nas bodas de Teseu, abençoando-o.
Agora, que estes cinco que aqui dormem
sejam imersos num torpor profundo.
TITANIA:
– Música, música, encanta este sono!
(Música em surdina. Saem Titânia, Puck e Oberon. Ouvem-se ao longe trompas de caça. Entram Teseu, Hipólita, Egeu e séquitos.)
TESEO:
– Já cumprimos os ritos. É bem cedo.
Que vá alguém… (vendo os que dormem) Mas… que estranho achado!
EGEO:
– Senhor, é minha filha adormecida,
e Lisandro e Demétrio e mais Helena.
TESEO:
– Devem ter vindo cedo para os ritos.
Egeu, responde, não é hoje o dia
em que Hérmia resolve seu destino?
EGEO:
– Sim, meu senhor.
TESEU: – Ordena aos caçadores
que os despertem com o soar das trompas.
(Trompas e gritos atrás. Os quatro acordam e se levantam.)
TESEO:
– Bom-dia, amigos!
LISANDRO: – Meu senhor, perdão!
TESEO:
– Como estão lado a lado dois rivais?
LISANDRO:
– Só posso responder com o mesmo espanto,
meio acordado e meio adormecido.
Só sei que minha bem-amada Hérmia,
veio ao bosque encontrar-me.
HÉRMIA (aliviada): – Meu amor!
LISANDRO:
– Nós tentamos fugir da lei de Atenas.
EGEO:
– Basta, basta, senhor! Ouvi bastante.
– Demétrio, ele quis roubar-te a noiva!
Quero invocar a lei para o culpado!
DEMETRIO:
– A bela Helena revelou-me a trama.
Eu os segui, e Helena me seguiu.
Mas, eu não sei… algum poder estranho
fez derreter-se meu amor por Hérmia.
Agora apaixonei-me por Helena,
e sei que vou amá-la eternamente.
TESEO:
– Belos amantes, tão afortunados…
– Egeu, tua vontade eu ultrapasso.
Vai unir três casais o eterno laço!
Vinde ao templo em Atenas, celebrar!
(Saem Teseu, Hipólita, Egeu e séquitos.)
LISANDRO:
– Parece que foi tudo como os montes
se confundindo às nuvens do horizonte…
HERMIA:
– Pareço ter os olhos divididos
e vejo tudo em dobro.
HELENA: – E eu encontrei
meu amor como a jóia prometida.
DEMETRIO:
– Será mesmo que estamos acordados?
Parece que dormimos… que sonhamos…
Teseu esteve aqui?
HÉRMIA: – Sim, e meu pai.
ELENA:
– E Hipólita.
LISANDRO: – E chamam-nos ao templo.
DEMETRIO:
– Então estamos todos acordados.
Vamos segui-los e, pelo caminho,
contemos nossos sonhos uns aos outros. (Saem os quatro.)
NOVELO (acordando):
– Quando chegar minha vez, chamai que eu responderei. Minha próxima deixa é: “Formosíssimo Píramo!” – Êi! Marmelo! Flauta! Trombudo! Faminto! Serrote! Gente, foram todos embora e me deixaram dormir. Tive uma visão extraordinária… um sonho… Quem quiser explicar esse sonho não passa de um burro. Parece que eu era… parece que eu tinha… Não há orelha de homem grande o bastante para poder ouvir o que ouvi. Vou pedir a Marmelo que escreva uma balada a respeito. Terá o título de “O Sonho de Novelo”, por ser um sonho muito enovelado, e eu a cantarei no fim da peça, diante do duque! (Sai Novelo.)
Cena 2
Atenas. Casa de Marmelo. Entram Marmelo, Flauta, Trombudo e Faminto; entra Serrote; surge Novelo.
MARMELO: – Já foi alguém à casa de Novelo, para ver se ele voltou?
FAMINTO: – Até agora não se tem notícia; ele foi mesmo enfeitiçado!
FLAUTA: – Se ele não voltar, a comédia não vai poder ser representada.
MARMELO: – É mesmo; em Atenas não existe ninguém como ele para fazer o papel de Píramo.
FLAUTA: – É a mais pura verdade; ele é, simplesmente, o maior talento entre os artesãos de Atenas.
TROMBUDO: – E a melhor pessoa, também; sua voz é de uma docência…
MARMELO: – “Doçura”, homem, é o que queres dizer! Docência, Deus nos acuda, sei lá o que é!
SERROTE (entrando): – Mestres, o duque vem vindo do templo, onde casaram, juntamente com ele, mais dois ou três senhores e senhoras. Se nossa peça não tivesse ficado apenas no ensaio, seríamos hoje gente importante.
FLAUTA: – Ah, nosso valente Novelo! Quero que me enforquem se o duque não seria capaz de lhe dar uma renda vitalícia de seis pences diários pela representação de Píramo!
NOVELO (entra): – Onde estão esses alegres corações?
MARMELO: – É Novelo!! Que felicidade! Ganhamos o dia!
NOVELO: – Mestres, tenho coisas maravilhosas para vos contar. Mas, não me pergunteis nada!
MARMELO: – Querido Novelo, conta o que te aconteceu!
NOVELO: – Nã-nã-não. Ainda não. Ide buscar as roupas e vamos para o palácio; que todos repassem seus papéis, porque nossa peça foi escolhida! Que Tisbe se apresente de roupa limpa; Quem vai fazer o papel de Leão não deve cortar as unhas, para que pareçam garras. É conveniente não comermos alho nem cebola, pois precisamos exalar um doce hálito… E, agora, adiante! Marchai! Adiante! (Saem todos.)
QUINTO ATO
Cena Única
Atenas, palácio de Teseu. Teseu, Hipólita e séqüitos; Filóstrato; depois, Helena, Hérmia, Lisandro e Demétrio; os artesãos; depois, Puck, Oberon, Titânia, elfos e fadas.
HIPÓLITO:
– Que história estranha os quatro amantes contam…
TESEO:
– Aos loucos e aos amantes arde o cérebro!
Com idéias fantásticas entendem
mais coisas do que a rígida razão.
Os poetas, os loucos e os amantes
são todos feitos de imaginação.
HIPÓLITO:
– Mas, tudo o que contaram nesta noite
é bem mais convincente que fantástico!
TESEO:
– Aí vêm eles! (Entram Lisandro, Hérmia, Demétrio e Helena.)
TESEU: – Alegria e amor a todos!
E que a felicidade vos conduza!
LISANDRO:
– Que ela conduza vossos régios passos!
TESEO:
– Vejamos: pelo espaço de três horas,
que vai da ceia à hora do repouso,
que diversões teremos, ó Filóstrato!
FILÓSTRATO (entregando-lhe um papel):
– Aqui, senhor!
TESEU (lendo): – Agora então teremos…
“Cena bem curta, embora demorada,
sobre Píramo e Tisbe; farsa trágica.”
Farsa trágica, demorada e curta?
Não tem nexo! Parece gelo quente!
FILÓSTRATO:
– É a peça mais curta que conheço,
mas, apesar de dez palavras, longa.
Pois nela toda não há frase certa
e nem ator capaz. Depois, é trágica,
pois Píramo, no fim de tudo, mata-se.
Ao ver o ensaio hoje, chorei muito;
lágrimas mais alegres do que o riso.
TESEO:
– Quem é que representa?
FILÓSTRATO: – Uns homens rudes,
que trabalham com as mãos nesta cidade.
Estão cansados de decorar tudo.
TESEO:
– Pois vamos assistir!
FILÓSTRATO: – Mas, meu senhor,
a peça não é digna de vós!
TESEO:
– Eu não a julgo indigna. Foi ditada
pelo dever, pela simplicidade.
Vai buscá-los! – Sentai-vos, todos vós!
(Sai Filóstrato. É tocado o tema de Novelo. Volta Filóstrato.)
FILÓSTRATO:
– Senhor duque, o Prólogo está pronto.
TESEO:
– Manda-o entrar.
(Fanfarra de trombetas. Entra Marmelo no papel de Prólogo.)
PRÓLOGO:
– Se ofendemos, é com boa vontade.
Querer mostrar nosso talento simples
é o começo real do nosso fim.
(Entram Novelo no papel de Píramo, Flauta no papel de Tisbe, Faminto no papel de Luar, Trombudo no papel de Muro e Serrote no papel de Leão.)
PRÓLOGO:
– Senhor duque, amável auditório,
este é Píramo. Esta, a amada Tisbe.
Este, cheio de cal é o muro ignóbil
que separava nossos namorados.
Através dos buracos, eles falam-se.
Este homem, que traz uma lanterna,
representa o luar. Porque, ao luar,
os amantes não temem se encontrar
no túmulo de Nino. E lá namoram.
Esta temível fera é o leão.
Certa noite… Tisbe chegou primeiro,
e o leão a fez correr de medo.
Caiu seu manto, que o leão agarra
e, com a sangrenta boca, mancha e rasga.
Píramo chega e, ao ver o manto em sangue,
com sua faca fere-se e se mata.
Tisbe, escondida atrás de uma amoreira,
pega a faca e traspassa-se ligeira.
O muro, os namorados, o luar
e o leão agora vão falar.
(Saem Prólogo, Píramo, Tisbe, Leão e Luar. Fica só o Muro.)
MURO:
– Eu me chamo Trombudo e represento
um muro especial, com bons buracos,
por onde falam os dois namorados.
Esta pedra, este barro, este reboco
provam que sou um muro de verdade.
DEMETRIO:
– Barba e cal poderiam dizer mais?
TESEO:
– Silêncio… Junto ao muro chega Píramo!
PÍRAMO:
– Noite terrível! Noite escura e fria,
que sempre está onde não está o dia!
Oh, noite! Ai, ai… será que Tisbe
já se esqueceu do que foi combinado?
Oh, muro, tu que me separas dela,
amável muro, mostra teus buracos,
para que eu possa olhar através deles! (O muro abre os dedos.)
PÍRAMO:
– Muito obrigado! E que Zeus te proteja!
Que vejo eu? Nenhuma Tisbe vejo!
Enganaste-me, tu, malvado muro!
Malditas sejam tuas pedras duras!
TESEO:
– Se fosse mais sensível, esse Muro
não devia também amaldiçoar?
PÍRAMO:
– Não, meu senhor. Ele não pode; “pedras duras” é a deixa de Tisbe. Ela deve entrar agora, e eu devo espiá-la através do muro. Será exatamente como eu disse. Lá vem ela.
TISBE (entrando):
– Ó muro!
Por estar separada do meu Píramo,
quantas vezes chorei…
Meus lábios já beijaram tuas pedras
cimentadas com cal e alguns pêlos.
PÍRAMO:
– Ouço uma voz. Vou olhar pelos buracos,
ouvir Tisbe e ver sua bela face!
– Tisbe!
TISBE:
– És tu, amor?
PÍRAMO: – Eu sou o próprio amor!
Oh, beija-me através do humilde muro!
TISBE:
– Mas não beijo teus lábios. Só buracos.
PÍRAMO:
– Vais ver-me lá no túmulo de Nino?
TISBE:
– Sim, vou lá sem demora, viva ou morta! (Saem Píramo e Tisbe.)
MURO:
– Eu, o muro, já fiz a minha parte.
E agora o muro se mantém à parte.
LEÃO (entra seguido do Luar):
– Vós, damas, que temeis qualquer ratinho,
ouvireis um leão aqui rugindo.
Porém eu sou Serrote, o marceneiro.
Não sou leão e nem sequer leoa.
Pois, vindo aqui como um real leão,
de mim ninguém teria compaixão.
LISANDRO:
– O leão mais leal que já foi visto.
TESEO:
– Vamos ouvir o que nos diz o luar.
LUAR:
– A lanterna é a luz.
A luz é da lua.
A lua dá o luar.
O luar sou eu.
DEMETRIO:
– Explicação sensata e suscinta.
HIPÓLITO:
– Silêncio, amigo. Aí vem vindo Tisbe.
TISBE (entrando):
– Eis a tumba de Nino. Onde está Píramo?
LEÃO: – Rrrrrrrrrrróóóó!!!! (Tisbe foge.)
LISANDRO: – Bem rugido, Leão!
TESEU: – Boa fuga, Tisbe!
HIPÓLITA: – Bem iluminado, Luar!
(O Leão sacode o manto de Tisbe e sai.)
DEMÉTRIO: – Bem estraçalhado, Leão!
PÍRAMO (entrando):
– Luar, agradeço por brilhares tanto.
Assim posso ver Tisbe e seu encanto.
– Que vejo? Oh, dor!
Ai, meu amor!
Que visão horrorosa!
Oh, querida! Oh, formosa!
Que estou a ver?
Não pode ser!
Em sangue o manto?
Corra-me o pranto!
Pois um leão matou
Tisbe que tanto amou!
A faca eu tiro
e mato Píramo!
A voz se cala.
O luar se apaga. (cai)
HIPÓLITA (ao ver sair o Luar):
– Mas, se o luar se apaga,
como é que Tisbe vai encontrar Píramo?
TESEO:
– Sempre há a luz das estrelas. Mas, silêncio!
Aí vem Tisbe!
TISBE (entrando):
– Dormes, amor?
Estás morto! Oh, dor!
Teus lábios de lírio,
nariz de cereja,
faces amarelas
como primaveras…
Tinhas verdes os olhos como os alhos…
Cale-se a minha voz e venha a faca,
que me fere no peito e que me mata!
Adeus!… Adeus!…
Assim vou eu!… (cai)
TESEU: – O Luar e o Leão foram poupados para enterrar os mortos.
DEMÉTRIO: – E o Muro também.
NOVELO (levantando-se): – Não, eu vos garanto. O muro foi derrubado. Agora… agrada-vos ver o Epílogo ou uma dança?
TESEU: – Epílogo, não, por favor. Vossa peça não necessita de desculpas, pois quando morrem os atores não há ninguém para ser censurado. Que venha a dança!
(Aqui, a dança dos artesãos, que pode representar seu sucesso após a atrapalhada peça. E depois de aplaudir os artesãos, todos se retiram)
TESEO:
– A noite já deu doze badaladas.
Vamos dormir. É quase hora das fadas.
Por quinze dias mais festejaremos;
mas, por agora, vamos! Descansemos! (saem todos)
PUCK (entrando, depois que todos saem):
– Agora, ruge o leão,
uiva o lobo para a lua;
ressona o trabalhador
e pia, pia a coruja.
Nós, os elfos, como um sonho,
corremos na noite escura
a este lar consagrado,
que nenhum sopro perturba.
Eu fui mandado na frente
com vassoura preparada;
todo pó remanescente
será varrido da casa.
OBERON (entrando com Titânia e seus séquitos):
– Fazei brilhar leve luz
junto à lareira apagada.
Salte leve como a ave
cada espírito encantado.
– Dançando bem suavemente,
cantai, ó elfos e fadas!
TITANIA:
– Cantai primeiro a toada
de forma cadenciada,
depois dançai de mãos dadas,
abençoando esta casa!
FADAS e ELFOS (cantam e depois dançam):
“Vamos dançar e cantar,
serenar e abençoar este lar’
alegrar, derramar amor
e tirar todo mal, afastar a dor!” (Saem Oberon, Titânia e séquitos.)
DISCO:
– Se nós, sombras que passamos,
vos causamos desagrado,
pensai no que estou pensando:
por estardes cochilando,
tivestes visões de fadas.
E, se este tema vadio
vos foi como um sonho vão,
eu, o honrado Puck, vos digo:
tentaremos corrigi-lo;
dai-nos o vosso perdão!
Estendei-me vossas mãos…
É nelas que me deponho.
Não foi tudo mais que um sonho
de uma noite de verão.
FINAL
TRECHOS DE MÚSICAS ESCOLHIDAS PARA A PEÇA
“SONHO DE UMA NOITE DE VERÃO”
NOTA:
Estas escolhas foram feitas em 1975, para a primeira apresentação desta peça.
ENTRADA DO PRIMEIRO ATO: “Prelúdio”, de Henry Purcell, Volume I – pág. 3. (até o compasso 10b)
ENTRADA DO SEGUNDO ATO: “Hornpipe”, de Henry Purcell, Volume I – pág. 5. (até o compasso 8)
ENTRADA DO TERCEIRO ATO: “Canção de Novelo, o Tecelão”, de Luiz Roberto Oliveira (além de ser simplesmente cantada por Novelo, no meio do terceiro ato, ela é tocada como introdução ao terceiro ato, formando o tema dos artesãos).
ENTRADA DO QUINTO ATO: “Dance for the green Men”, de Henry Purcell, Volume II – pág. 8 (até o compasso 12a ou 12b)
DANÇA DAS FADAS, QUINTO ATO: “Dance for the Fairies”, Henry Purcell, Volume I – pág. 14 (à vontade, conforme a dança)
DANÇA DOS ARTESÃOS: Pode ser com o tema de Novelo.
PARTES CANTADAS: “Rondeau”, de Henry Purcell, Volume I – pág. 9 (só para canto, até o compasso 24), para o “Acalanto das Fadas” no Segundo Ato, Cena 2, página 16.
“Canção de Novelo, o Tecelão”, já citada acima, a ser cantada no Terceiro Ato, Cena 1, páginas 23 e 24.
“Dance for the Fairies”, já citada acima, (só para canto, até o compasso 8), para o “Canto Final das Fadas” no Quinto Ato, página 47.
Sobre a escolha e envio da peça
Para escolher uma peça com objetivo pedagógico, estude bem que tipo de vivência seria mais importante para fortalecer o amadurecimento de seus alunos. Será um drama ou uma comédia, por exemplo. No caso de um musical, é importante que a classe seja musical, que a maioria dos alunos toquem instrumentos e/ou cantem. Analise também o número de personagens da peça para ver se é adequado ao número de alunos.
Enviamos o texto completo em PDF de uma peça gratuitamente, para escolas Waldorf e escolas públicas, assim como as respectivas partituras musicais, se houver. Acima disso, cobramos uma colaboração de R$ 50,00 por peça. Para outras instituições condições a combinar.
A escola deve solicitar pelo email [email protected], informando o nome da instituição, endereço completo, dados para contato e nome do responsável pelo trabalho.