obra de Scholen Aleichen
adaptación teatral de Joseph Stein
Parte cantada:
letra de Sheldon Harnick
música de jerry bock
traducción y adaptación al portugués por Ruth Salles
CARACTERES
Tevye, el lechero (léase Tevia).
Golda, su esposa.
Tzeitel, Hodel (léase Hôdal), Chava (léase Rava), Shprintze, Bielke, sus hijas.
Yente, el casamentero.
Motel, el sastre (léase Motel).
Perchik, el estudiante.
Lazar Wolf, el carnicero (léase Lêizar).
Mordcha, el posadero.
Rabino, el rabino.
Mendel, su hijo.
Avram, el librero.
Najum, el mendigo.
Yussel el Sombrerero.
El panadero y el pescadero.
Sacha y otros chicos rusos.
Jefe de Policía y guardias.
Fyedka (léase Fiedka).
Los padres de la modelo.
El violinista.
Gente.
Mujeres rumores: Rifka, Shandel (madre de motel), Mirala.
Primer hombre.
segundo hombre
Dos adolescentes.
ESCENAS
Ubicación: Anatevka, pequeño pueblo ruso.
Tiempo: 1905, en vísperas de la Revolución Rusa.
PRIMER ACTO
Prólogo.
Escena 1. Cocina en la casa de Tevye.
Escena 2. Fuera de la casa de Tevye.
Escena 3. Interior de la casa de Tevye.
Escena 4. Posada.
Escena 5. Calle frente a la posada.
Escena 6. Bancos fuera de la casa de Tevye.
Escena 7. Calle del pueblo y sastrería del motel.
Escena 8. Parte del terreno de Tevye.
Escena 9. La tierra de Tevye.
SEGUNDO ACTO
Prólogo.
Escena 1. Fuera de la casa de Tevye.
Escena 2. Calle del pueblo.
Escena 3. Fuera de la estación de tren.
Escena 4. Calle del pueblo.
Escena 5. Tienda de motel de sastre.
Escena 6. En algún lugar a las afueras del pueblo.
Escena 7. Granero.
Escena 8. Fuera de la casa de Tevye.
Epílogo.
PRIMERO SOBRE EL PRIMER ACTO
Prólogo
TEVYE (hablando a la audiencia): – Un violinista en el techo. Suena loco, ¿no? Pero en nuestro pequeño pueblo de Anatevka, se podría decir que cada uno de nosotros es un violinista en el techo, tratando de tocar música simple y alegre sin perder el equilibrio y rompernos el cuello. No es fácil. Puede preguntar por qué nos quedamos ahí arriba si es tan peligroso. Porque nos quedamos porque Anatevka es nuestra casa… ¿Y cómo mantenemos el equilibrio? A eso respondo con una palabra: tradición.
TODOS (cantando): “Tradición, tradición…tradición, tradición, tradición…tradición”.
TEVYE: – Fue gracias a nuestras tradiciones que pudimos mantener el equilibrio durante muchos, muchos años. Aquí en Anatevka tenemos tradiciones para todo: para comer, dormir, vestir. Si me preguntas cómo empezó esto, solo diré que no lo sé. Es una tradición y ya está. Debido a nuestras tradiciones, todos sabemos quiénes somos y qué espera Dios de nosotros.
PARTE DE CANTO
TEVYE Y OTROS PADRES:
“¿Quién día y noche lucha por la vida, paga la comida, reza?
Es el jefe de la casa y solo él tiene la última palabra”.
TODOS:
“Papi, papi… ¡Tradición! Papi, papi… ¡Tradición!”
GOLDA Y OTRAS MADRES:
“¿Y quién sabe formar nuestro hogar, con mucha paz, un hogar de amor?
Quien en la casa cuida y cría bien a los niños,
da tiempo al padre para leer la santa ley?
TODOS:
“Mami, mami… ¡Tradición! Mamá, mamá… ¡Tradición!”
HIJOS:
“A las tres entré a la escuela ya las diez me fui a trabajar.
Me trataron de novia. ¿Será bonito?
TODOS:
“Los niños, los niños… ¡Tradición! Los niños, los niños… ¡Tradición!”
HIJAS:
“A quien la madre enseña a coser y a cocinar,
y enseñar a recibir el marido que el padre quiere?
TODOS:
“Las hijas son las hijas… ¡Tradición! Las hijas son las hijas… ¡Tradición!”
(A continuación, todos cantan sus partes en un cuarteto. Luego viene el baile con el coro cantando “dai, dai, dai…”).
PARTE HABLADA
TEVYE: Y aquí en nuestro pequeño pueblo siempre tenemos algunos tipos muy especiales. Por ejemplo, Yente, el casamentero…
YENTE (atravesando la escena): – ¡Avram! Avram! Tengo una novia perfecta para tu hijo. ¡Una chica espantosa!
TEVYE: Y tenemos a Nahum el mendigo.
(Entran Nahum y Lázaro.)
NAHUM: – Limosna para los pobres, Lazar Wolf, limosna para los pobres…
LAZAR: – Aquí tienes un kopek, Nahum.
NAHUM: – ¿Solo uno? La semana pasada me diste dos.
LAZAR: – Tuve una mala semana.
NAHUM: – Entonces, si tu semana es mala, ¿soy yo el que sufre?
TEVYE: – Y lo más importante de todo: nuestro querido rabino.
MENDEL (entrando con el Rabino): – Rabino, ¿puedo hacerle una pregunta?
RABINO: – Sí, hijo mío.
MENDEL: ¿Hay bendiciones apropiadas para el zar?
RABINO: – ¿Una bendición para el zar? Claro que sí. ¡Que Dios bendiga y guarde al Zar… lejos de nosotros!
TEVYE: – También hay otras personas en nuestro pueblo. Mucha gente.
(El sacerdote ortodoxo, el jefe de policía y otros rusos pasan, saludándose unos a otros.)
TEVYE: – Su Excelencia el Jefe de Policía, Su Reverendísimo Padre Ortodoxo, el Ilustrísimo… muchos otros. No los molestamos, y ellos ni siquiera nos molestan... Y vivimos en perfecta paz. Aunque un día alguien vendió un caballo y entregó una mula, pero eso ya se resolvió y reina la armonía.
(Pasan dos hombres discutiendo.)
PRIMER HOMBRE: Era un caballo.
SEGUNDO HOMBRE: Era una mula.
CORO: - ¡Caballo! ¡Mula! ¡Caballo! ¡Mula! ¡Caballo! ¡Mula!
(canta): “¡Tradición! ¡Tradicion! ¡Tradicion! ¡Tradicion!"
TEVYE (diciendo silencio): – Tradición. Sin nuestras tradiciones, nuestras vidas serían tan inestables como... ¡como un violinista en el techo!
Escena 1
Cocina en la casa de Tevye. Golda, Tzeitel y Hodel están haciendo los preparativos para el Sabbat. Shprintze y Bielke entran cargando leña.
SHPRINTZEL: Mamá, ¿dónde ponemos la leña?
GOLDA: – ¡En mi cabeza! Por supuesto que está en la estufa, niña tonta... ¿Dónde está Chava?
HODEL: – En el establo, ordeñando las vacas.
BIELKE: ¿A qué hora viene papá?
GOLDA: Es hora del Sabbat, ya él ni siquiera le importa. Todo el día encima de su carreta como un príncipe.
TZEITEL: – Mamá, tú sabes muy bien que papá trabaja mucho.
GOLDA: ¡Tu caballo trabaja aún más!… Y no necesitas defender a tu padre ante mí. Lo conozco desde hace mucho tiempo... A veces me vuelve loco... Shprintze, trae más papas.
(Chava entra cargando una canasta. Tiene un libro debajo del delantal.)
GOLDA: – Chava, ¿terminaste de ordeñar?
CLAVE: – Sí, mamá. (Ella deja caer el libro.)
GOLDA: ¿Lo estabas leyendo de nuevo? ¿Por qué una niña tiene que leer? ¿Eso te dará un mejor esposo? Pásame ese libro, ¡vamos! (Chava la entrega.)
SHPRINTZE (entrando con una canasta de papas): – Mamá, viene Yente.
HODEL: – Tal vez finalmente te consiguió un prometido, Tzeitel.
GOLDA: Que los ángeles digan Amén.
TZEITEL: ¿Por qué tiene que venir ahora mismo, casi a la hora del Sabbat?
GOLDA: – ¡Todos fuera de aquí! Quiero hablar con Yente a solas.
BIELKE (tirando de la mano a Shprintze): – ¿Podemos jugar afuera?
GOLDA: – Sí, sí. ¡Y así!
TZEITEL: – Pero, mamá, los hombres que recibe… El último era muy viejo y completamente calvo.
GOLDA: Una pobre muchacha sin dote no puede ser tan exigente. Si quieres cabello, cásate con un mono.
TZEITEL: – Después de todo, mamá, todavía no he cumplido los veinte años y…
GOLDA (espantándola): – ¡Shoo, sho! ¡Adentro, vamos!
(Tzeitel se va al fondo de la casa, mientras Yente entra apoyada en su bastón.)
YENTE: – ¡Golda, querida! ¡Tengo novedades! Y tus hijas, esas joyas, ¿dónde están? Por ahí, ¿no? Encontraré un novio para cada uno de ustedes, ¡pueden dejarme! Solo que no deberías ser tan exigente. … Incluso el peor marido, Dios no lo quiera, es mejor que ningún marido. Y lo sé mejor que nadie. Yo, una viuda pobre, sin con quien hablar. Esto no es vida. Incluso mi esposo, que no era genial, era mejor que nada.
MOTEL (mirando por la puerta): – ¿Tzeitel está en casa?
GOLDA: – Está ocupado. Vuelve mas tarde.
MOTEL: – Quería decirle algo.
GOLDA: – Más tarde.
TZEITEL (apareciendo): – Ay, Motel, reconocí tu voz.
GOLDA: – Ve a terminar lo que estabas haciendo. (al Motel): – Más tarde, te lo dije.
MOTEL (saliendo): – Muy bien.
YENTE: ¿Qué quiere este pobre sastrecillo con Tzeitel?
GOLDA: – Son amigas de la infancia. Les gusta hablar, jugar. No son más que niños...
YENTE: – De estos niños salen otros niños. (con ojos suspicaces y luego soñadores) Ah, los niños son una bendición en nuestra vejez. Bueno, Golda, necesito poner la mesa para el Sabbat. Fue un placer hablar contigo, pero me iré. (Empieza a irse.)
GOLDA: – Pero dijiste que tenías noticias para mí…
YENTE: Oh, sí, estoy perdiendo la cabeza. Cualquier día se le cae el cuello, un caballo la patea en el barro, y adiós Yente. Sí, la novedad. Se trata de Lazar Wolf el carnicero. Un hombre bueno y distinguido. Y bien, ya sabes. Pero muy sola, pobrecita. En resumen: de todas las chicas del pueblo, eligió a Tzeitel...
GOLDA: – ¿Mi Tzeitel?
YENTE: – ¡No, el Tzeitel del Zar! ¡Claro que es tu Tzeitel!
GOLDA: – Hmm… Pero Tevye quiere un hombre alfabetizado. No le gusta Lazar.
YENTE: – Bueno, no le digas nada y mándalo a hablar con Lazar, quien encontrará la manera de convencerlo. Y no hace falta que me lo agradezcas, porque además del regalito que me hará Lazar, me gusta hacer feliz a la gente. Así que adiós, Golda. (Ella sale por la puerta.)
TZEITEL (entrando): – Madre, ¿qué quería?
GOLDA: Te lo diré cuando sea el momento adecuado. Acabo de lavar el piso.
(Golda se va. Hodel y Chava entran por la parte de atrás con un balde y un trapeador.)
HODEL: – ¿Yente te ha encontrado novia?
TZEITEL: – No tengo prisa por estos arreglos.
CHAVA: A menos que consiga Motel, el sastre…
TZEITEL: – Detén esta conversación.
HODEL: Pero, Tzeitel, tú eres el mayor. Ella tiene que conseguirte un prometido antes de conseguir uno para mí.
CHAVA: – Y luego uno para mí.
TZEITEL: – Bueno, Yente, Yente…
HODEL: – Yente, sí. Los jóvenes no pueden decidir estas cosas...
CHAVA: – Ella puede conseguir un novio maravilloso…
HODEL: – Interesante…
CHAVA: – Bienestar…
HODEL: – Importante…
PARTE DE CANTO:
HODELO:
“Yente, oh Yente, tráeme un joven, fuerte y capaz, un joven apuesto…
¡Yente, oh Yente, por favor tráeme un gran, gran amor!”
LLAVE:
“Yente, oh Yente, ya tengo mi velo. Trae mi bien con tu anillo...
¡Un hermoso anillo que pronto mostraré, que todos envidiarán!”
HODELO:
“Papá quiere un hombre alfabetizado”.
LLAVE:
"Mamá, rico tal vez como un rey..."
LAS DOS:
“Para mí, bueno, no me importa tanto, ¡siempre y cuando me ames muy bien!
Yente, oh Yente, tráeme un chico fuerte y capaz, chico guapo.
Noche tras noche solo así, quiero un amor para mí.”
TZEITEL (imitando a Yente, con un pañuelo en la cabeza):
“Hodel, oh Hodel, tu novio ya lo he tratado.
¡Es hermoso, sin embargo, tiene sesenta y dos años, querida! '¿Estás bien?
Pues serás feliz con él, y si no,
lo que vas a vivir… ¡No puedo decir!
Chava, oh Chava, tu prometido tengo.
¡Es hermoso, sin embargo, tan gordo que no cabe aquí, querida! '¿Estás bien?
Pues… De temperamento furioso, te va a pegar,
pero solo le viene furor si no bebe...
¿Soñaste con un rey?
LLAVE:
"Eso es todo lo que sé."
TZEITEL:
“El que no tiene un tesoro o una cuna de oro,
si encuentras a alguien, '¡está bien!
LLAVE:
“Yente, oh Yente, soy demasiado joven. Quiero pensar... Esperaré..."
HODELO:
“¡No entendí que casarme es tan malo o bueno para mí!”
LAS DOS:
“Oye Yente, mírame, por favor, un novio lleno de amor.
No es que realmente quiera…”
EL TRES:
“¡Estamos aterrorizados!
Yente, oh Yente, no quiero al chico, creo que es demasiado pronto...
Quien agita las brasas puede quemarse. El velo y el anillo esperarán.
¡Mi amor, sea quien sea, un día vendrá!”
escena 2
Fuera de la casa de Tevye. Tevye aparece tirando del carro. Se detiene y se sienta al costado del carro, hablando con Dios.
TEVYE (caminando con cansancio): – Hoy soy un caballo… Dios mío, ¿tenías que hacer que mi pobre caballo perdiera la herradura justo cuando se acercaba el Sabbat? Eso no fue bueno... Tú me elegiste, Tevye... me bendijiste con cinco hijas y una vida de pobreza. Pero, ¿qué tienes contra mi caballo? A veces pienso, cuando las cosas están muy tranquilas allá arriba, te dices a ti mismo: "A ver, ¿qué juego voy a jugar con mi amigo Tevye?"
GOLDA (saliendo de la casa): – Por fin llegó mi sostén. ¿A dónde fue tu caballo?
TEVYE: – Fue invitado por el herrero a pasar el sábado con él…
GOLDA: – Date prisa, el sol no se hace esperar, y tengo algo que decirte.
(Desaparece dentro de la casa.)
TEVYE (todavía hablando con Dios, mirando hacia arriba y gesticulando): Oh, Señor, como decía, no es que me queje. Pero confieso que, a pesar de tu ayuda, me muero de hambre. Hiciste mucha, mucha gente pobre. Sé que no es una vergüenza ser pobre, pero tampoco es un gran honor. Entonces, ¿sería tan terrible si tuviera una pequeña fortuna?
PARTE DE CANTO
TEVYE:
“Si yo fuera rico, (baile)
dag, say, dag, say, dag, say, say, dem,
todos los días todo, está bien, incluso sería alguien.
Qué trabajo más ligero tendría todos los días, porque el día viene y va,
si fuera rico, muy bien, lo sería, sí, sería alguien.
Haría la casa grande y todos me sonreirían.
Un buen techo y suelo de madera, eso sí.
Tendría escaleras para subir, otra solo para bajar,
Ae otra suelta, solo para ver.
tendría pollos y pavos y patos y gansos cantando en mi patio trasero;
toda la ciudad escuchando,
escuchando un silbato y un torbellino, como la trompeta en Jericó,
diciendo que aquí vive un hombre rico. (Suspira.)
Si yo fuera rico, (baila)
dag, say, dag, say, dag, say, say dem,
todos los días todo, está bien, incluso sería alguien.
Qué trabajo más ligero tendría todos los días, porque el día viene y va,
si fuera rico, muy bien, lo sería, sí, sería alguien.
Vería a mi Golda ataviada como la esposa de un rey,
y enviando como ya lo haces tan bien.
Vería a Golda sonriendo y charlando, ay, cómo está mi amor,
gritando a los sirvientes, ¡qué horror!
Vería llegar a los hombres más notables de la ciudad.
Yo daría mi consejo como un hombre sabio para hablar.
'Por favor Reb Tevye, perdón Reb Tevye',
con problemas para entrecerrar los ojos a cualquiera.
'bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla'
Y nadie cuestionaría si respondí correctamente o no.
Todo rico es siempre un Salomón.
Si fuera rico, podría quedarme allí en la sinagoga y rezar.
Leería las leyes de mi buen señor
y con los sabios para aprender la sagrada Torá, hasta que me la sepa de memoria. (Suspira.)
Para mí sería el mayor bien.
Si yo fuera rico (baila)
dag, di, dag, di, dag, di, di, dem.
Todos los días, todo está bien. Incluso sería alguien.
Qué trabajo más ligero tendría todos los días, porque el día viene y va.
Dios, tú hiciste la cierva y el león, tú decidiste que yo sería así.
Pero me vendría bien tener un poco de dinero.
(Aparecen el posadero, Mendel, Avram y otros.)
PARTE HABLADA
POSADERO: – Ah… ¡Ahí está! ¡Retrasaste mi pedido para el sábado!
TEVYE: – Reb Mordcha, tuve un pequeño accidente con mi caballo.
MENDEL: Tevye, retrasaste la orden del rabino.
TEVYE: – Lo sé, Reb Mendel.
AVRAM: – ¡Tevye, retrasaste mi pedido para el sábado!
TEVYE: – Noticias más importantes que la epidemia en Odessa.
AVRAM: – Hablando de noticias, hay noticias terribles dando la vuelta al mundo.
POSADERO: – ¿Qué noticias?
AVRAM: – En un pueblo llamado Rajanka, todos los judíos fueron expulsados, obligados a abandonar sus hogares…
(Todos se miran. Pasa el mendigo, gesticulando, preguntando)
MENDEL: ¿Pero por qué?
AVRAM: – No se explicó. Quizás el Zar quería sus tierras… quizás fue una epidemia.
POSADERO: Espero que el zar tenga una epidemia para él solo.
TODOS: – ¡Amén!
MENDEL (a Avram): – ¿Por qué nunca nos traes buenas noticias?
AVRAM: – Eso es lo que leí. Fue un decreto de las autoridades.
POSADERO: Bueno, espero que las autoridades tengan comezón en lugares imposibles de rascar.
TODOS: - Amén.
PERCHIK: ¿Por qué maldices? ¿Cual es el uso? Le das vueltas al tema, quejándote y hablando hasta la muerte.
MENDEL: Oye, tú no eres de aquí.
PERCHIK: – Soy de Kiev. Allí estudié en la Universidad.
POSADERO: ¿Ahí fue donde aprendiste a criticar a tus mayores?
PERCHIK: – Ahí es donde aprendí que hay muchas cosas que necesitamos saber sobre el mundo exterior.
TEVYE: Ellos tienen razón y tú tienes razón.
POSADERO: Oh, ¿tiene razón? Esta es muy buena. Adiós, Tevye. Buen Sabbat.
AVRAM y los demás (cada uno con su paquete): – Buen Sabbat, Tevye.
MENDEL: - Tevye, la orden del Rabino. mi queso
TEVYE: - Por supuesto. Perchik, eres un recién llegado. Como dijo Abraham: "Forastero soy en tierra extraña".
MENDEL: Fue Moisés quien dijo eso.
TEVYE: - Lo siento. Como dijo el rey David: “Soy tardo en el habla y tardo en la lengua”.
MENDEL: Ese también fue Moisés que dijo.
TEVYE: Para una persona que es lenta en el lenguaje, en realidad hablaba mucho.
MENDEL: ¿Y el queso?
TEVYE (viendo a Perchik mirando con avidez el queso): – Come un trozo.
PERCHIK: No tengo dinero y no soy un mendigo.
TEVYE: - Aquí. Es una bendición para mí poder dar.
PERCHIK: Está bien, lo tomaré. (Devora el queso.) Llegará el día en que la riqueza de los ricos pasará a nosotros, los pobres.
MENDEL: ¿Y quién logrará este milagro?
PERCHIK: Gente, gente común, como yo.
MENDEL: ¡Tonterías!
TEVYE: Y hasta que lleguen esos tiempos dorados, Reb Perchik, ¿cómo vas a vivir?
PERCHIK: – Enseñar a los niños. ¿Tiene hijos?
TEVYE: Tengo cinco hijas.
PERCHIK: Las niñas también necesitan aprender. Las niñas son personas.
MENDEL: Un radical...
PERCHIK: Me gustaría enseñarles. Abrir sus cabezas a grandes ideas.
TEVYE: – Soy un hombre muy pobre… ¿Comida a cambio de lecciones? (Perchik asiente.) Muy bien. Quédate con nosotros el sábado. No comemos como reyes, pero tampoco pasamos hambre.
MENDEL: ¡Buen Sabbat!
TEVYE y PERCHIK: – Buen Sabbat.
(Mendel se va. Los otros dos entran a la casa.)
escena 3
Dentro de la casa de Tevye. Entran Tevye y Perchik.
TEVYE: Buen Sabbat, hijas mías.
HIJAS (corriendo hacia él): – Buen Sabbat, papi.
TEVYE: – Hijas, este es Perchik. Perchik estas son mis hijas. (besándolos) Esto, esto, esto, esto, esto, es… (casi besa a Motel que entra) Esto no es mío, Perchik. Este es el motel Kamzoil.
GOLDA (entrando): – Entonces te hiciste el favor de entrar.
TEVYE: Esto también es mío. Golda, soy Perchik de Kiev. Él es el profesor. (a Shprintze y Bielke) – ¿Quieres tomar lecciones con él?
PERCHIK: – Y soy muy buena profesora… Una profesora excelente.
HODEL: – He oído que el rabino que se jacta de sí mismo tiene una congregación de un creyente.
PERCHIK: Tu hija tiene una lengua afilada y graciosa.
TEVYE: La gracia que heredó de mí. Dice la Sagrada Escritura...
GOLDA: — La Escritura espera. Trate de ir a lavarse las manos.
TEVYE: Y el idioma que heredó de su madre.
(Tevye comienza a rezar en voz baja.)
GOLDA: – Tevye, tengo un mensaje…
TEVYE: – Shhh… ¿No ves que estoy rezando? (Oración.)
GOLDA: – Lazar Wolf quiere verte. Dijo que es importante. Después del sábado…
TEVYE: No tengo nada que hablar con este carnicero. (Ore.) Si él piensa en comprar mi nueva vaca lechera (Ore...) puede quitarse esa idea de la cabeza. (Rezar…)
GOLDA: No seas tonta. Es un mensaje importante. Ve a hablar con él.
TEVYE: - Muy bien. Después del sábado.
(Él y Golda se van, todavía rezando. Las chicas ponen la mesa.)
TZEITEL: – Motel, Yente estuvo aquí. Si me encuentra un prometido, será demasiado tarde para nosotros.
MOTEL: – Vi a Yente con tu madre. Pero no te preocupes. Encontré a alguien que quiere vender su máquina de coser usada, y en unas pocas semanas ahorraré lo suficiente para comprarla, y entonces tu padre me causará una buena impresión.
TZEITEL: – Pero, Motel, unas pocas semanas es mucho tiempo. Tienes que pedirle a mi padre que se case conmigo hoy.
MOTEL: – Pero voy a dar una mala impresión: un pobre sastre, sin máquina de coser…
TZEITEL: – Y yo no soy más que la hija de un pobre lechero. ¡Habla con mi padre!
TEVYE (entrando): – ¿Dónde están todos? Ya es tarde.
MOTEL: – Reb Tevye…
TEVYE: – Sí, hijo mío, ¿qué pasó?
MOTEL (tratando de armarse de valor): – Reb Tevye…
TEVYE: – Sí, Motel, ¿qué pasa? ¡Habla!
MOTEL: – Buen Sabbat, RebTevye. (Tzeitel está decepcionado.)
TEVYE: Buen Sabbat a todos. ¡Niños, alrededor de la mesa!
(La familia, Motel y Perchik se reúnen alrededor de la mesa. Golda enciende el candelabro. Reza en silencio.)
PARTE DE CANTO
GOLDA y TEVYE (hay un coro detrás cantando en “um…”):
“Que el Señor os proteja y defienda, os proteja siempre del mal.
Sea tu nombre luz en Israel.”
“Con el amor de Esther y Ruth, solo merecerás elogios.
Que el Señor, el Protector, te dé coraje… Hmm…………..”
TEVYE y CORO:
“Larga vida te conceda…”
GOLDA:
“… ¡Escucha nuestra oración del Sabbat por ti!”
GOLDA y CORO:
“¡Sed buenas esposas y madres!”
TEVYE:
“¡Dios les dé esposos amorosos y buenos!”
MUJERES y GOLDA, HOMBRES y TEVYE:
“Que el Señor te guarde y te defienda, que te guarde del dolor.
Dales, oh Señor…”
HOMBRES y TEVYE:
“…paz y mucho amor…”
MUJERES y GOLDA:
“… ¡Paz también!”
TODOS ELLOS:
“¡Escucha nuestra oración! Amén."
escena 4
A estalagem, na noite seguinte. Várias pessoas estão sentadas em mesas, Avram, Mendel, etc. Lazar espera impacientemente, tamborilando na mesa, olhando para a porta.
LAZAR: – Reb Mordcha.
ESTALAJADEIRO: – Sim, Lazar Wolf.
LAZAR: – Uma garrafa do teu melhor conhaque e dois copos.
AVRAM: – O melhor conhaque, Reb Lazar?!
ESTALAJADEIRO: – Vai haver alguma festa?
LAZAR: – Pode ser. Talvez até um casamento.
ESTALAJADEIRO: – Casamento? Que maravilha. Posso organizar o baile e tudo o mais, com uma gratificação, naturalmente.
LAZAR: Naturalmente.
(Entram russos.)
RUSSO: – Boa noite, estalajadeiro.
ESTALAJADEIRO: – Boa noite. Que quereis beber? Vodka? Gim?
RUSSO: – Vodka (ao outro russo): – Senta-te, Fyedka.
ESTALAJADEIRO: – É para já!
(Tevye entra. Lazar, que estava prestando atenção na porta, vira-se, indiferente.)
TEVYE: – Boa noite.
ESTALAJADEIRO: – Boa noite, Tevye.
MENDEL: – Que fazes aqui tão cedo?
TEVYE: – Ele quer comprar minha vaca leiteira nova. Boa noite, Reb Lazar.
LAZAR: – Ah, Tevye… senta-te. Bebe alguma coisa. (Despeja bebida.)
TEVYE: – Não vou ofender-te recusando. (Bebe.)
LAZAR: – Como vão as coisas contigo, Tevye?
TEVYE: – Como Deus manda. E contigo?
LAZAR: – O mesmo. (Despeja bebida.) E teu cunhado na América?
TEVYE: – Acho que vai indo muito bem.
LAZAR: – Tevye… acho que sabes o motivo porque eu queria ver-te.
TEVYE (bebe.): – Sei, Reb Lazar, mas não adianta falarmos sobre isso.
LAZAR (aborrecido): – Por que não?
TEVYE: – E por que sim? Que motivo eu tenho para querer me ver livre dela?
LAZAR: – Bem, fora ela, tens uma porção de outras.
TEVYE: – Pois é, e se hoje queres uma, amanhã vais querer duas.
LAZAR: – Duas? Que faria eu com duas?
TEVYE: – O mesmo que farias com uma.
LAZAR: – Tevye, estou falando sério. Ando muito sozinho.
TEVYE: – Sozinho? Que queres dizer com isso?
LAZAR: – Então não sabes?
TEVYE: – Estamos falando de minha vaca leiteira nova, que queres comprar de mim.
LAZAR (olha estarrecido para Tevye, depois desata a rir): – Uma vaca leiteira! E então eu não estaria mais sozinho! (continua a rir.)
TEVYE (olhando espantado para ele): – Qual é a graça?
LAZAR: – Eu estava me referindo à tua filha Tzeitel!
TEVYE (aborrecido): – Minha Tzeitel?
LAZAR: – Sim, Tzeitel. Eu a vejo aqui toda terça-feira, e gosto dela. E, bem sabes, eu tenho meu açougue, uma casa própria, um empregado. Vamos selar esse compromisso, Tevye, e nem preciso de um dote por ela. E até pode aparecer alguma coisa em teu bolso.
TEVYE: – Êi, que desaforo é esse (hic)? Meu bolso? Minha filha não é alguém que eu venda por dinheiro.
LAZAR: – Está bem. Não se fala mais nisso. Eu serei bom para ela, Tevye. Já resolveste?
TEVYE (para o público, pensando): – Resolver… Se quisermos conversar com ele, será só sobre fígado de boi… Por outro lado… não é todo mundo que pôde estudar. E, com um açougueiro, minha filha não vai passar fome. O problema é que ele é muito mais velho que ela… Por outro lado… gosta dela e vai tentar fazê-la feliz. (volta-se para Lazar): – Resolvi. Está combinado!
LAZAR: – Oh, Tevye, que maravilha! Vamos comemorar! (Serve bebida.) À nossa!
TEVYE: – Ao nosso compromisso! À nossa prosperidade, saúde e felicidade.
PARTE DE CANTO
TEVYE:
“L’chaim! L’chaim! À vida!”
TEVYE e LAZAR:
“À vida! À vida! L’chaim!”
TEVYE:
“Brinda ao pai que um bem te deu!”
LAZAR:
“À noiva brindo eu!”
AMBOS:
“Sim, à vida! L’chaim! L’chaim! À vida! À vida! À vida! L’chaim!”
TEVYE:
“A vida sabe nos confundir…”
LAZAR:
“… beija e vem ferir.”
AMBOS:
“Sim, à vida! L’chaim!”
TEVYE:
“Deus quer muita alegria, mesmo quando sofrem nossos corações.”
LAZAR:
“Ó Deus, ouve a cantoria, temos bons motivos para mais canções!”
AMBOS:
“L’chaim! L’chaim! À vida!”
TEVYE:
“A Tzeitel, a filha…”
LAZAR:
“… a noiva! A taça cheia tu vais virar!”
TEVYE:
“Viro, a meditar.”
AMBOS:
“Sim, à vida! L’chaim!”
PARTE HABLADA
LAZAR: – Reb Mordcha, bebidas para todos.
ESTALAJADEIRO: – Sim, Lazar Wolf.
MENDEL: – Vamos comemorar o quê?
LAZAR: – Meu noivado.
TODOS: – Com quem? Com quem?
LAZAR: – Com Tzeitel, a filha mais velha de Tevye.
TODOS: – Parabéns! Parabéns!
PARTE DE CANTO
TODOS:
“A Lazar Wolf!”
TEVYE:
“A Tevye!”
TODOS:
“A Tzeitel, a filha…”
LAZAR:
“… a noiva!”
TODOS:
“A vossa vida amor contém; de amor se vive bem!
Sim, à vida! L’chaim! L’chaim! À vida! À vida! À vida! L’chaim!
Um casamento nos faz cantar aos dois que vão casar.
Sim, à vida! L’chaim!”
OS DA ESQUERDA:
“Vamos brindar, sim, com bebida forte pela boa sorte que a vós chegou.”
OS DA DIREITA:
“Sabemos bem que quando o bem nos vem
é sempre um bom momento de beber também!”
TODOS:
“A nós! A vós! À sorte!”
OS DA DIREITA:
“Saúde…”
OS DA ESQUERDA:
“… e um longo…
OS DO CENTRO:
“… viver!”
TODOS:
“Se a boa sorte não suceder, vinde aqui beber! Sim, à vida! L’chaim!
Dai dai dai… etc…”
RUSSOS:
“Aaaaaaa… Za va sha zdaróvia. Que vos guarde Deus, nazdróvia,
com saúde e com uma vida em paz.”
UM RUSSO:
“Za va sha zdaróvia. Que vos guarde Deus, nazdróvia.”
RUSSOS (dançando e falando):
“Za cha, za cha, za cha, za cha,
(cantando):
com saúde e com uma vida em paz!
(falando):
Za cha, za cha, za cha. Hei!
(cantando):
Que os dois mereçam um futuro bem melhor
e que reconheçam dando graças ao Senhor.
(solo): “Ah……………..Ah…………….”
RUSSOS:
“Za va sha zdaróvia, que vos guarde Deus, nazdróvia. Ah….ah… Hei!
com saúde e com uma vida em paz! Hei!”
(Nesta dança, todos os outros podem cantar junto, num alegre “finale”.)
PARTE HABLADA
TEVYE: – À vida!
escena 5
Rua do lado de fora da estalagem. Saem pela porta da estalagem o violinista, Lazar, Tevye e outros, exclamando “À Vida!”, todos meio bêbados.
LAZAR: – Tu sabes, Tevye, que depois do casamento, vamos ser parentes. Serás meu pai!
TEVYE: – Teu pai? Sempre quis ter um filho, mas que fosse mais moço que eu…
(Todos se dispersam, rindo. Ficam só o russo e Tevye. Entra então o chefe de polícia e se faz uma pausa de profundo silêncio.)
CHEFE DE POLÍCIA: – Boa-noite.
RUSSO: – Boa-noite, Chefe.
CHEFE DE POLÍCIA: – Que estais comemorando?
RUSSO: – Tevye vai casar sua filha mais velha.
CHEFE DE POLÍCIA: – Meus parabéns, Tevye.
TEVYE: – Muito obrigado, Excelência.
CHEFE DE POLÍCIA: – Ah, Tevye, tenho uma notícia que preciso te dar, como amigo, porque és uma pessoa séria, honesta, apesar de seres um cão judeu.
TEVYE: – Obrigado, Excelência. Não é sempre que se recebe um elogio como esse. E qual é a notícia?
CHEFE DE POLÍCIA: – Recebemos ordens de realizar, daqui a alguns dias, uma demonstração extra-oficial neste distrito.
TEVYE: – Um “progrom”?! Um massacre do nosso povo?!
CHEFE DE POLÍCIA: – Não! Nada de sério. Só um fingimento de pancadaria, uma baderna, de jeito que se um inspetor aparecer vai ver que estamos cumprindo nosso dever. Não sei porque tem de haver esse problema entre as pessoas, mas achei que devia te avisar para que avises os outros.
TEVYE: – Muito obrigado, Excelência. Tu és um homem bom. Se permites que eu diga, é pena que não sejas judeu.
CHEFE DE POLÍCIA: – É por isso que gosto de ti, Tevye. Estás sempre brincando. E parabéns, de novo, por tua filha.
TEVYE: – Obrigado, Excelência. Adeus.
(O chefe de polícia sai pela direita. O russo também.)
TEVYE (trocando as pernas, fala e brinda com Deus): – Oh, Deus, porque tens de me mandar uma notícia dessas logo hoje? Eu sei que somos o povo escolhido. Mas, de vez em quando não dava para escolheres outro? … De qualquer maneira, obrigado por me mandares um noivo para minha Tzeitel… L’ Chaim!
(Entra o violinista, cerca Tevye, e os dois dançam juntos e saem.)
escena 6
Perchik, sentado num banco, está dando aula a Shprintze e Bielke, enquanto elas descascam batatas sentadas no chão, à direita. À esquerda, Hodel está lavando baldes numa bomba d’água.
PERCHIK: – Agora, meninas, vou contar uma história da Bíblia que fala de Labão e Jacó, e depois discutimos a história juntos. Certo? (Elas acenam que sim com a cabeça.) Bem, Labão tinha duas filhas, Lia e a bela Raquel. Jacó amava a mais moça, Raquel, e pediu para casar com ela. Labão concordou, desde que ele trabalhasse para ele durante sete anos.
SHPRINTZE: – Labão era um homem mesquinho?
PERCHIK: – Ele era um patrão, um empregador!… E depois que Jacó trabalhou por sete anos, que aconteceu? Ele enganou Jacó e lhe deu por esposa sua filha feia, a Lia. De modo que, para casar com Raquel, Jacó foi obrigado a trabalhar mais sete anos. Assim, a Bíblia nos ensina, claramente, a jamais confiar num empregador, entendestes?
SHPRINTZE e BIELKE: – Sim, Perchik.
GOLDA (vindo do celeiro com cesta): – O pai ainda não se levantou, não é? Então, chega de aula. Temos de fazer o trabalho do pai. Até quando será que ele vai dormir? Ele chegou em casa à noite passada trocando as pernas e caiu na cama como um morto. Não consegui arrancar uma só palavra dele. Deixai isso aí e limpai o celeiro.
HODEL (depois que a mãe sai.): – Interessante tua aula, Perchik. Só não sei se o Rabbi ia concordar com tua interpretação.
PERCHIK: – Nem o filho do Rabbi, eu suponho.
HODEL (olhando Chava, que está ali perto batendo manteiga.): – Minhas irmãs têm línguas compridas. (Chava sai com a batedeira, pela esquerda.)
PERCHIK: – E o que sabes dele além de ser filho do Rabbi? Faria diferença se ele fosse o filho do sapateiro ou do funileiro?
HODEL: – Pelo menos eu sei… que ele não têm idéias estranhas de virar o mundo de cabeça para baixo.
PERCHIK: – Claro. Qualquer idéia nova seria estranha para ti. Tu tens espírito. Mas e teu cérebro? Não é uma boa ferramenta.
HODEL: – Temos um antigo costume: um rapaz fala com respeito com uma moça. Mas, com certeza isso é muito tradicional para o pensador avançado que és.
PERCHIK: – Os costumes estão mudando em toda parte, menos aqui. Aqui, os homens estudam, as mulheres ficam na cozinha. Rapazes e moças não podem se tocar nem se olhar.
HODEL: – Eu estou te olhando!
PERCHIK: – Tens coragem!… Sabes que na cidade os jovens se amam sem precisar de uma casamenteira? Eles seguram na mão um do outro e até dançam, assim. (Ele dá com ela uns passos de dança russa.) Aprendi em Kiev. Gostas?
HODEL: – É muito bom…
PERCHIK: – Pronto. Acabamos de mudar um costume antigo.
HODEL: – Foi ótimo… Quer dizer, obrigada… Quer dizer…
TEVYE (entra sem ver direito, meio tonto): – Quem está aí? Bielke? Shprintze?
HODEL: – Sou Hodel, Papai.
TEVYE: – Ahn… Vai chamar Tzeitel para mim. (Hodel sai.) E como foi a aula, Reb Perchik?
PERCHIK (olhando Hodel sair): – Acho que começamos bem.
GOLDA (aparecendo): – Até que enfim! Que aconteceu esta noite além de beberes como um camponês? Viste Lazar Wolf? Que disse ele? Que respondeste?
TEVYE: – Paciência, mulher. Como diz a Sagrada Escritura, notícias boas ficam, e notícias ruins se recusam a ir embora. E também diz…
GOLDA: – Aaah!… Esse homem é de matar!
(Tzeitel aparece vinda do celeiro, junto com Hodel e Chava.)
TEVYE: – Tzeitel, minha ovelhinha, mereces parabéns, porque vais casar!
GOLDA: – Casar! Eu sabia!
TZEITEL: – Casar, Papai?
TEVYE: – Lazar Wolf pediu-te em casamento.
TZEITEL (desnorteada): – O açougueiro?
GOLDA (encantada): – Oh, Deus, obrigada! Minha primeira filha, noiva. Minha Tzeitel!
HODEL e CHAVA (saindo pela direita): – Sinto muito, Tzeitel.
GOLDA: – Sinto muito? Ora essa! E tu, Reb Perchik, não vais dar os parabéns a ela?
PERCHIK: – Parabéns, Tzeitel, por te casares com um homem rico.
TEVYE: – Lá vem ele de novo! Que há de mal em ser rico?
PERCHIK: – Não é razão para alguém se casar. O dinheiro é a praga do mundo.
TEVYE: – Pois que o Senhor me lance essa praga, e que eu nunca me cure dela!
GOLDA: – Só queremos o bem de nossa filha, não percebes, rapaz?
PERCHIK (observando Tzeitel): – Percebo até bem demais.
TEVYE: – Mas, que foi, Tzeitel, estás tão quieta…
TZEITEL (começando a chorar): – Oh, Papai! Eu não quero casar com ele! Eu não posso casar com ele, não posso…
GOLDA: – Mas, que há de errado com Lazar? Ele te ama.
TZEITEL: – Oh, Mamãe, oh, Papai, se é questão de dinheiro, eu faço qualquer coisa. Arranjo um emprego de criada, cavo poços, carrego pedras, mas não quero casar com ele, por favor…
TEVYE: – Mas firmamos um compromisso. E compromisso é compromisso.
TZEITEL: – E isso é mais importante que eu? Não me obrigues, Papai. Serei infeliz a vida inteira…
TEVYE (resignado): – Está bem. Não vou obrigar-te.
TZEITEL: – Oh, Papai, muito obrigada…
GOLDA: – É… Parece que estava escrito que não terás conforto na vida…
MOTEL (entrando, sem fôlego): – Reb Tevye, posso falar-te?
TEVYE: – Agora, não, Motel, temos problemas.
MOTEL: – É sobre isso mesmo. Acho que posso ajudar.
GOLDA: – Com certeza. Assim como um curativo ajuda um cadáver.
TEVYE (prestando atenção em Tzeitel): – Deixa, mulher. Ele tem língua. Que fale!
MOTEL: – Reb Tevye, ouvi dizer que estás arranjando um noivo para Tzeitel.
TEVYE (irônico): – Ele também tem ouvidos.
MOTEL: – Tenho um noivo para ela que serve sob medida. Como uma luva.
TEVYE: – Pára de falar como alfaiate e diz logo quem é.
MOTEL: – Quem é? Quem é?… Eu mesmo…
TEVYE (olha espantado para ele e depois se volta para o público): – Ele??? Ele mesmo?! Só pode estar louco! (para Motel): – Deves estar louco! És tudo, então? O noivo, a casamenteira, os convidados?
MOTEL: – Por favor, não precisas gritar, Reb Tevye. Sei que é fora do costume…
TEVYE: – Fora do costume? Só isso?!!!
MOTEL: – É que os tempos estão mudando, Reb Tevye. E o fato é que tua filha e eu juramos nos casar um com o outro há mais de um ano.
GOLDA: – Juraram se casar um com o outro há mais de um ano? Que loucura!
TZEITEL: – É verdade, Mamãe. É verdade, Papai.
PARTE DE CANTO
TEVYE (olha para os dois, depois se volta para o público):
“Os dois juraram casar… Incrível! Absurdo!
(aos dois):
Vós dois jurastes casar? Não pode ser!
Onde pensais estar? Moscou? Paris?
(para el publico):
Pensam talvez estar na América?
Um pobre alfaiate, um nada! Coitado! Um nada!
Quem ele pensa ser? Rei Salomão?
Não pode ser feito assim, agora, aqui.
Dessa maneira não vou permitir. Tradição!
Os casamentos quem faz é o pai. Não se pode mudar.
Isso começa sempre assim, depois nunca mais,
não, nunca mais vai terminar.”
PARTE HABLADA
TEVYE: – Não passas de um pobre alfaiate…
MOTEL: – É isso mesmo, Reb Tevye, um pobre alfaiate também pode ser feliz, e prometo que tua filha não vai passar fome.
TEVYE (para o público): – Ele está começando a falar como um homem… Por outro lado, que tipo de marido pode ser um pobre alfaiate?… Por outro lado, ele trabalha com seriedade, trabalha duro… Por outro lado, ele não tem nada de seu… Por outro lado, se as coisas não podem estar piores para ele, é sinal de que vão melhorar…
PARTE DE CANTO
TEVYE:
“Os dois juraram casar. Incrível! Absurdo!
Os dois juraram casar. Juraram…
Mas, vede o olhar dos dois, que brilha de tanto amor.
No olhar dos dois… amor!”
PARTE HABLADA
TEVYE: – Tradição… Ah… Filhos modernos… (para a família): – E então, quando será o casamento?
TZEITEL: – Obrigada, Papai!
MOTEL: – Obrigado, Papai!
(Vão saindo pela esquerda. Fica só o par de noivos.)
TZEITEL: – Motel, foste maravilhoso!
MOTEL: – Foi um milagre! Foi um milagre!
PARTE DE CANTO
MOTEL:
“Foi um milagre tão miraculoso, Deus foi com Daniel de novo,
e pegou-lhe a mão e entrou com ele então lá na cova do leão!
Foi um milagre tão miraculoso! Deus não zangou, mas ajudou.
Tal como foi há muito tempo em Jericó, a muralha virou pó.
O Faraó, Moisés curvou. Foi um milagre.
A água do Mar Vermelho se abriu. Foi um milagre também.
Um milagre bem maior, bem maior foi o que o Senhor concedeu:
com o barro em sua mão de amor, fez o homem, filho seu!
Foi um milagre tão miraculoso, um alfaiate Deus pegou,
deu-lhe uma volta e depois o carregou
para a terra em que Davi venceu enfim Golias, sim. Foi um milagre, sim!
Matar nossa fome com o maná do céu foi um milagre, sim.
E o milagre vem também para mim: um alfaiate recebe assim
o maior dos bens de seu Senhor, que me deu o teu amor!”
Cena 7
Rua da aldeia e loja do alfaiate Motel.
PADEIRO: – Pão! Pão fresco!
MULHER: – Já soubeste da novidade? A filha de Tevye não vai casar com Lazar Wolf, mas sim com Motel!
TODOS: – Não!
MENDEL: Tzeitel vai casar com Motel?
MULHER: – Vai, sim!
(Todos entram na loja de Motel, cercam-no exclamando “Parabéns”, “Mazeltov”.)
ESTALAJADEIRO: – Que aconteceu?
AVRAM: – A Tzeitel de Tevye vai-se casar…
ESTALAJADEIRO: – Eu sei. Com Lazar Wolf, o açougueiro.
TODOS: – Não!
AVRAM: – Não, com Motel, o alfaiate.
ESTALAJADEIRO: – O alfaiate? Isso é terrível! (entra na loja): – Mazeltov, Motel.
MOTEL: – Yussel, tens um chapéu de casamento para mim?
YUSSEL (o chapeleiro): – Tenho, mas é caro.
MOTEL: – Se eu consegui a noiva, consigo o chapéu. (vendo Chava): – Chava! Podes tomar conta da loja só por uns minutos? Volto já.
CHAVA: – Claro que posso.
MOTEL: – Obrigado, Chava.
(Todos saem da loja gritando “Mazeltov”. Motel sai com o chapeleiro. Fyedka e mais três russos entram ao mesmo tempo, envolvendo Chava, sem a deixar entrar, imitando os outros, e falando errado de propósito.)
RUSSOS: – Mazeltev, Mizoltov, Chava…
CHAVA: – Por favor, preciso entrar.
SACHA: – Por quê? Estamos dando os parabéns por tua irmã.
RUSSOS: – Mazeltuv, Chava.
FYEDKA (calmamente): – Está bem, agora chega!
SACHA: – Qual é o problema, Fyedka?
FYEDKA: – Só disse que chega!
SACHA: – Escuta aqui…
FYEDKA: – Vai saindo, Sacha! (Os russos hesitam) – Todos fora daqui, já! (Eles olham espantados para Fyedka e vão embora. Fyedka se dirige a Chava): – Sinto muito, Chava. Eles não fizeram por mal.
CHAVA: – Não? (Ela entra na loja, e Fyedka entra atrás dela.) Queres alguma coisa?
FYEDKA: – Sim. Gostaria de conversar contigo. (Ela hesita.) Eu te vi muitas vezes na livraria. Nesta aldeia, poucas moças gostam de ler. (De repente lhe estende o livro que estava segurando.) Queres que te empreste este livro? É muito bom.
CHAVA: – Não, obrigada.
FYEDKA: – Por quê? Só porque não sou judeu? Não pensei que tivesses preconceito conosco, assim como os russos em geral têm com teu povo.
CHAVA: – Que sabes daquilo que penso ou sinto?
FYEDKA: – Deixa que eu fale de mim. Sou um camarada simpático, encantador, sincero, ambicioso, até brilhante, e bem modesto.
CHAVA: – Acho que não devíamos estar conversando assim.
FYEDKA: – É que às vezes faço coisas que não devo. … Vamos! Pega o livro… É de Heinrich Heine. Por acaso ele era judeu, eu acho.
CHAVA: – Isso não tem importância.
FYEDKA: – É mesmo. Bem, depois que me devolveres o livro, vou perguntar se gostaste e vamos conversar sobre ele, sobre a vida, sobre o que pensamos das coisas, e vai ser muito bom.
MOTEL (entrando): – Muito obrigado, Chava. (a Fyedka): – Oh, Fyedka, desejas alguma coisa?
FYEDKA: – Não, obrigado, eu já ia saindo. (a Chava): – Um bom dia para ti, Chava!
CHAVA: – Um bom dia para ti também…
FYEDKA (todo amável): – Fyedka.
CHAVA: – Um bom dia para ti, Fyedka.
(Saem, um para cada lado. Motel experimenta o chapéu de casamento.)
Cena 8
Parte do quintal de Tevye. À noite. Tzeitel, vestida de noiva, entra seguida de seus pais, irmãs e outros. Motel entra de cartola, seguido de seus pais e outros. Convidados entram. Todos têm na mão velas acesas. Os homens formam um grupo à direita, as mulheres à esquerda, os noivos no centro. Motel cobre com um véu rendado a cabeça de Tzeitel. Quatro homens entram carregando um dossel, seguidos pelo Rabbi. O dossel fica sobre as cabeças de Motel e Tzeitel. Os convidados cantam “Amanheceu”, enquanto o casamento se realiza:
O Rabbi ergue o véu de Tzeitel. Como se estivesse rezando, ele move os lábios sobre uma taça de vinho, que oferece aos noivos. Cada um toma um pequeno gole. Tzeitel caminha então vagarosamente em torno de Motel. Motel põe o anel no dedo de Tzeitel. O Rabbi deposita a taça de vinho no chão. A canção termina. Pausa de um momento. Motel pisa na taça. No instante em que a taça se quebra, todos exclamam “Mazeltov”. Abre-se o espaço, aparecendo todo o terreno com mesinhas ao fundo. Dança hebraica do casamento.
PARTE DE CANTO
GOLDA:
“Este é o bebê que eu embalava? Este, o menino que brincava?”
TEVYE:
“Ah, quando foi que os dois cresceram? Quando foi?”
GOLDA:
“Quando ela se tornou tão bela? Quando ele se tornou tão alto?”
TEVYE:
“Pois não foi ontem que nasceram todos dois?”
NIÑOS:
“Amanheceu… Anoiteceu… O tempo correu…
As sementinhas viram flores, crescem de noite, ninguém viu.”
MUCHACHAS:
“Amanheceu… Anoiteceu… O tempo correu…
Uma estação atrás da outra fazem chorar e fazem rir.”
GOLDA:
“Como ensiná-los para a vida? Quais os conselhos a dizer?”
TEVYE:
“Agora aprendem um com o outro a viver.”
PERCHIK:
“Eles parecem tão ligados…”
HODELO:
“… como quem vive de amar.”
PERCHIK e HODEL:
“Será que vamos nós também casar?”
MUCHACHAS:
“Amanheceu… Anoiteceu… O tempo correu…
Uma estação atrás da outra fazem chorar e fazem rir.”
PARTE HABLADA
TODOS (exclamam ao quebrar-se a taça): – Mazeltov!
(Aqui poderia haver a dança da garrafa no chapéu.)
Cena 9
Terreno de Tevye. Mulheres sentam-se à esquerda e homens, à direita. O Rabbi senta-se ajudado por Mendel. O estalajadeiro sobe num banco e faz sinais pedindo silêncio. O barulho continua.
TODOS: – Pchiu… Pchiu… Silêncio… Reb Mordcha quer falar!
ESTALAJADEIRO: – Amigos, estamos aqui para compartilhar da alegria dos recém-casados, Motel e Tzeitel! Que eles vivam juntos e em paz por muitos e muitos anos, Amém…
RABBI: – Amém.
TODOS: - Amén.
ESTALAJADEIRO: – Quero anunciar que os pais da noiva estão dando de presente ao casal o seguinte: uma cama de penas nova… um par de travesseiros de penas de ganso…
MULHERES: – Oh oh oh! Penas de ganso!
ESTALAJADEIRO: – … e este par de castiçais….
TODOS: – Mazeltov!
ESTALAJADEIRO: – E aqui está Lazar Wolf, que tem tudo, menos uma noiva… (risos gerais) e que quer, sem ressentimentos, anunciar seu presente aos recém-casados. Vem até aqui, Lazar Wolf!
LAZAR: – Como disse Reb Mordcha, não guardo ressentimentos. O que está feito está feito… Dou de presente cinco frangos, cada frango para cada um dos primeiros cinco Sabás de sua vida de casados.
TEVYE: – Reb Lazar, és um homem correto. Em nome dos noivos, aceito teu presente. Diz um famoso ditado…
LAZAR: – Reb Tevye, já que não me casei com tua filha, não tenho obrigação de ouvir teus ditos e ditados. Ainda por cima, quebraste um compromisso.
MENDEL: – Agora, não, Lazar. Deixa disso.
TEVYE: – Uma vez açougueiro, sempre açougueiro…
LAZAR: – Mas que o compromisso foi quebrado, foi, sim, senhor.
(Começa um zum-zum, como se fosse haver um tumulto.)
ESTALAJADEIRO: – Gostaria de cantar uma canção…
YENTE: – Compromisso é compromisso…
ESTALAJADEIRO: – Vou cantar para todos…
PERCHIK: – Silêncio! Por que tanta confusão? Ora essa, compromisso, que coisa mais insensata. Motel e Tzeitel quiseram se casar porque se amam.
AVRAM: – Amor?!
MENDEL: – É um radical!
YENTE: – E o que acontece com a casamenteira?
RABBI (tentando apaziguar): – Meus filhos… Meus filhos…
ESTALAJADEIRO: – Vamos lá! Música! Uma dança! É um casamento!
(A música começa, mas ninguém dança. Então, Perchik atravessa para o lado das mulheres.)
PERCHIK: – Hodel, queres dançar comigo?
MENDEL (levanta-se): – Mas é pecado homem dançar com mulher. . É no que dá levar um homem rude para dentro de casa.
TEVYE: – Não é um homem rude. Só tem idéias um pouco diferentes. Pergunta ao Rabbi se é pecado.
TODOS: – Rabbi! Rabbi!
RABBI: – Bem… dançar não é, por assim dizer, proibido, mas…
PERCHIK: – O Rabbi respondeu. Vem, Hodel. (Eles começam a dançar uma dança alegre, muito à vontade.)
TODOS: – Oh oh oh!
TEVYE: – E eu vou dançar com minha mulher. Vem, Golda.
(Motel atravessa e pega Tzeitel para dançar. Todos dançam, menos Lazar e Yente, que saem, furiosos. Quando a dança está no auge, chega o chefe de polícia com seus guardas. Faz-se uma pausa de silêncio absoluto.)
CHEFE DE POLÍCIA: – Vim na hora errada, Tevye. Sinto muito, mas as ordens foram para esta noite. Para toda a aldeia. Podem continuar com a música.
(Os russos começam a virar mesas e cadeiras, quebrar pratos, jogar os presentes no chão. Perchik se atraca com um deles, mas leva uma pancada de porrete e cai no chão. Os convidados fogem.)
HODEL (corre para acudir Perchik): – Perchik, não!
CHEFE DE POLÍCIA (para seus homens): – Chega! Já basta! (para Tevye): – Sinto muito, Tevye, tu me entendes.
TEVYE (com uma reverência caçoísta): – Claro que entendo, Excelência. (aos seus): – Que estais esperando? Vamos arrumar tudo!
(Eles começam a pôr tudo em ordem, a pegar as coisas do chão. Tzeitel pega os castiçais, um dos quais está quebrado. Várias pessoas estão olhando da cerca, inclusive Fyedka. Chava ergue os olhos, olha bem para ele e continua a arrumação. Eles vão entrando em casa, saindo de cena.)
SEGUNDO ATO
Prólogo
TEVYE (falando com Deus): – Foi um dote esquisito, esse que deste à minha filha Tzeitel no dia de seu casamento. E era necessário?… De qualquer maneira, Tzeitel e Motel já estão casados há quase dois meses. Eles trabalham duro, são pobres como ratos de sinagoga… mas tão felizes que nem reparam na própria miséria. Motel continua falando numa máquina de costura. Sei que estás muito ocupado, meu Deus – guerras, revoluções, enchentes, pestes, todas essas coisinhas que levam as pessoas para Ti – mas será que não podias deixar de lado tuas catástrofes por um segundo e arranjar a tal máquina para ele? Daria muito trabalho? Ah, e quando estiveres na vizinhança, olha a perna esquerda do meu cavalo… Estou te incomodando demais?… Desculpa… Como diz a Escritura Sagrada… mas quem sou eu para te falar da Escritura Sagrada?
Escena 1
Do lado de fora da casa de Tevye. Aparece Hodel, com ar petulante, seguida de Perchik.
PERCHIK: – Por favor, não te zangues, Hodel.
HODEL: – E por que eu iria me zangar? Se precisas ir embora, vai.
PERCHIK: – Eu tenho de ir. Esperam por mim em Kiev amanhã de manhã.
HODEL: – Já disseste isso. Então, adeus.
PERCHIK: – Grandes mudanças estão para acontecer neste país. Mudanças tremendas. Mas não podem acontecer sozinhas…
HODEL: – E é claro que pensas que tu, pessoalmente, tens de…
PERCHIK: – Não sou só eu. Muita gente. Judeus, gentios, muita gente odeia o que está havendo por aí, não compreendes?
HODEL: – Compreendo, é claro. Tens de ir embora. Então, adeus.
PERCHIK: – Hodel, teu pai e o povo de Anatevka pensam que o que houve no casamento de Tzeitel foi uma trovoada passageira que passou e que tudo vai ficar em paz de novo. Não vai… Coisas horríveis estão acontecendo em todo o país… massacres, violência, aldeias inteiras esvaziadas porque o povo foi expulso. E isso está se alastrando e vai chegar até aqui. Estás entendendo?
HODEL: – Sim, eu… eu acho que sim.
PERCHIK: – Eu tenho um trabalho grandioso a fazer. Mas, antes (ele hesita, depois toma coragem)… tenho um assunto a ser discutido contigo. Uma questão política.
HODEL: – E qual é?
PERCHIK: – Casamento.
HODEL: – E isso é uma questão política?
PERCHIK: – No sentido teórico, sim. A relação entre um homem e uma mulher, conhecida como casamento, é baseada em crenças mútuas, atitudes semelhantes e uma filosofia relativa à sociedade…
HODEL: – E afeto…
PERCHIK: – E afeto… Essa relação tem valores sociais positivos. Reflete união e solidariedade…
HODEL: – E afeto…
PERCHIK: – Sim, eu sou a favor do afeto, compreendes?
HODEL: – Compreendo. Acho que estás me pedindo em casamento.
PERCHIK: – No sentido teórico, sim.
HODEL: – Eu bem que tinha esperanças.
PERCHIK: – Então, aceitas? Podemos nos considerar comprometidos, embora eu tenha de partir? (Ela concorda com a cabeça.) Ah, Hodel, estou muito feliz, muito feliz.
HODEL: – Eu também, Perchik. Mas, que estás pensando?
PARTE DE CANTO
PERCHIK:
“Sempre pensei assim: já tenho tudo então; agora vejo que não.
A meta que tracei foi tudo que sonhei, mas sinto agora amor.
Por ti eu sou capaz de tudo, eu vou viver por ti, meu bem.
Tu és tudo para mim, e mais que tudo até: além da meta a cumprir,
contigo eu sei qual é minha razão de existir.
Eu já pensava: haverá alguém que queira compartilhar vida dura assim?”
HODELO:
“Só agora tu me vês a esperar por ti?”
PERCHIK:
“Onde estaremos amanhã… não sei.”
HODELO:
“Mas, seja onde for, lá será meu lar…”
PERCHIK:
“… simples como a vida quer…”
AMBOS:
“… com teu amor.”
PERCHIK:
“Por ti eu sou capaz de tudo; eu vou viver por ti, meu bem.
Tu és tudo para mim, e mais que tudo até: além da meta a cumprir,
contigo eu sei qual é minha razão de existir.” (abraçam-se)
PARTE HABLADA
HODEL: – E quando nos casamos, Perchik?
PERCHIK: – Mando-te buscar assim que puder. Vai ser uma vida dura, Hodel.
HODEL: – Vai ser menos dura… quando estivermos juntos.
TEVYE (aparecendo): – Boa tarde.
PERCHIK: – Boa tarde, Reb Tevye, tenho más notícias. Preciso ir embora daqui.
TEVYE: – Que pena, Perchik. Todos nós vamos sentir tua falta.
PERCHIK: – Mas também tenho uma notícia boa. Podes me dar os parabéns.
TEVYE: – Parabéns? Por quê?
PERCHIK: – Ficamos noivos.
TEVYE: – Noivos?
HODEL: – É, sim, Papai, ficamos noivos.
TEVYE: – Não, nada disso. Sei que gostas dele e que ele gosta de ti, mas ele está indo embora, e tu vais ficar. Por isso, boa viagem, Perchik. Desejo que sejas muito feliz, e minha resposta é não.
HODEL: – Por favor, Papai, tu não entendeste.
TEVYE: – Entendo muito bem. Dei minha permissão a Motel e Tzeitel, e vós achais que tendes direito a uma também. Sinto muito, Perchik, gosto de ti, mas estás indo embora, portanto boa sorte, e minha resposta ainda é não.
PERCHIK: – Reb Tevye, nós não estamos pedindo tua permissão, apenas tua bênção. Nós vamos nos casar.
PARTE DE CANTO
TEVYE (indignado):
“Não posso acreditar! A bênção? Por quê?
O pai já não manda, então? Não posso, não!
Ao menos, Tzeitel e Motel pediram, rogaram!
E agora, eu queira ou não, te casarás.
Que queres de mim, então? Pois vai casar!
E arranca-me a barba e até o chapéu. Tradição!
Nem mesmo pediram licença a seu pai!
E a tradição onde vai?
Quando eu dei um pouco de corda, aonde foi tudo parar? Aonde foi?”
PARTE HABLADA
TEVYE: – Aonde foi parar? Nisto! Um homem me conta que vai casar. Ele não me pede. Só participa. Mas, primeiro, abandona a noiva.
HODEL: – Ele não está me abandonando, Papai.
PERCHIK: – Assim que eu puder, chamo por ela, e nós nos casamos. Eu amo tua filha, Reb Tevye.
TEVYE (para o público): – Ele ama. Amor. É um novo costume. Por outro lado, nossos velhos costumes já foram novos um dia, não foram? Por outro lado, eles decidiram sem os pais, sem casamenteira. Mas, afinal, Adão e Eva tiveram casamenteiro? (olha para o céu)… Sim… tiveram… Então vai ver que o casamenteiro destes dois é o mesmo.
PARTE DE CANTO
TEVYE:
“O pai não manda mais, não! Absurdo! E mais: pedir que eu abençoe.
Não pode ser! Eu prendo-a no quarto, então. Eu devo… mas, não!
Felizes os dois, eu sei, se amam.”
PARTE HABLADA
TEVYE: – Está bem, meus filhos. Tendes minha bênção e minha permissão.
HODEL: – Oh, muito obrigada, Papai. Não imaginas como estou feliz.
TEVYE: – “Muito obrigada, Papai…” É… Mas, que vou dizer à tua mãe?
PERCHIK: – Quem sabe tu dizes a ela que vou visitar um tio rico, ou coisa assim…
TEVYE: – Por favor, Perchik, eu sei lidar com minha mulher. (Os dois saem.)
– Olá Golda! (timidamente, ao ver que ela vem chegando) Eu estava agora mesmo conversando com Holde e Perchik.
GOLDA: – E daí?
TEVYE: – Eles parecem gostar tanto um do outro…
GOLDA: – E daí?
TEVYE: – Decidi permitir que fiquem noivos. … Preciso entrar agora e…
GOLDA: – Quê?! Noivos? Assim? Sem nem me pedir?
TEVYE (bancando o zangado): – Pedir para ti? Eu é que sou o pai.
GOLDA: – E quem é ele? Mais pobre impossível. Ele não tem absolutamente nada!
TEVYE (hesitante): – Eu não diria isso. Soube que tem um tio riquíssimo. (muda de assunto) É um bom sujeito, Golda. Meio doido, mas gosto dele. E o mais importante é que os dois se amam. Que podemos fazer? É um mundo novo… Amor. Golda…
PARTE DE CANTO
TEVYE:
“Tu me amas?”
GOLDA:
“Eu o quê?”
TEVYE:
“Tu me amas?”
GOLDA:
“Se eu te amo?”
Com as filhas a casar e ameaças a rondar,
a aflição te causou mal estar. Vai deitar.
Talvez comeste muito.”
TEVYE:
(fala) “Só estou fazendo uma pergunta. (canta) Tu me amas?”
GOLDA:
“Que bobagem!”
TEVYE:
“Mas tu me amas?”
GOLDA:
“Se eu te amo? Há anos estou a cozinhar, a lavar, para ti,
e te dei filhas, ordenhei. Tanto tempo depois, tu falas de amor assim?”
TEVYE:
(fala) “Golda, (canta) te vi só no dia e na hora de casar. Eu tremi.”
GOLDA:
“Eu também…”
TEVYE:
“Tive medo…”
GOLDA:
“Eu também…”
TEVYE:
“Mas meus pais disseram que aprenderíamos a nos amar,
e eu pergunto: (fala) Golda, (canta) tu me amas?”
GOLDA:
“Não casei?”
TEVYE:
(fala) “Eu sei, (canta) mas tu me amas?”
GOLDA:
“Se eu te amo? Por vinte e cinco anos todos dois a lidar, a lutar,
numa só cama a dormir, não é amor? É, sim!”
TEVYE:
“E me amas?”
GOLDA:
“Sim, pensando bem…”
TEVYE:
“E eu te tenho amor também.”
AMBOS:
“Não muda nada, mas é bom saber, tanto tempo depois, é bom saber!”
escena 2
Rua da aldeia. Várias pessoas passam; Yente e Tzeitel, vindo uma de cada lado, encontram-se no meio do palco.
PEIXEIRO: – Peixe! Peixe fresquinho!
YENTE: – Ó Tzeitel! Tzeitel, querida! Imagina quem eu acabei de ver: tua irmã Chava com aquele tal de Fyedka! E não é a primeira vez que os vejo juntos.
TZEITEL: – Viste Chava com Fyedka?
YENTE: – E eu ia inventar? Ah, e hoje eu estava por acaso no Correio, quando chegou uma carta para Hodel. (Entrega-a.) É de seu noivo, Perchik.
TZEITEL: – Hodel vai ficar tão feliz. Ela estava ansiosa, esperando… Mas, está aberta!
YENTE: – Abri sem querer… (Tzeitel sai. Yente, vendo-a sair, corre para uma mulher): – Rifka, tenho cada novidade pra contar!…
PARTE DE CANTO
YENTE:
“Soube que Perchik, aquele doido, no casamento de Tzeitel,
começou o baile, e ele foi dançando com Hodel em seus braços.
Pois bem, agora Perchik está preso em Kíev!”
OUTROS: (falam) “Não!”
YENTE: (fala) “Sim!”
PARTE HABLADA
RIFKA: – Shandel! Shandel! Nem imaginas o que aconteceu!
PARTE DE CANTO
RIFKA:
“Viste o Perchik, aquele doido, no casamento de Tzeitel,
a dançar com Hodel?
Pois bem, agora Hodel está presa em Kíev!”
OUTROS:
“Não! É demais! É demais!”
PARTE HABLADA
SHANDEL: – Mirala! Mirala! Nem te conto!
PARTE DE CANTO
SHANDEL:
“Ouvi dizer que Perchik, que veio de Kíev,
dançou no casamento de Tzeitel e Motel.
Pois eu ouvi que Motel está preso por dan- (fala) -çar no casamento!”
OUTROS: (falam) “Não!”
SHANDEL: (fala) “Em Kíev!”
(O grupo sai pela direita; Mendel atravessa até o grupo à esquerda.)
PARTE HABLADA
MENDEL: – Rabbi… Rabbi… Já soubeste das últimas?
PARTE DE CANTO
MENDEL:
“Aquele Perchik, de idéias tão malucas,
ao se casar a Tzeitel, fez Tevye dançar com Golda.
Pois eu ouvi que Tevye está preso e Golda foi pra Kíev!”
OUTROS: (falam) “Não!”
MENDEL: (fala) “É demais!”
OUTROS: (falam) “Não foi, não!”
MENDEL: (fala) “Foi, sim!”
(Grupo sai pela esquerda. Avram atravessa para o grupo à direita. Yente vem da esquerda e para no fim do grupo a fim de escutar.)
PARTE HABLADA
AVRAM: – Já sabeis das notícias? São terríveis!
PARTE DE CANTO
AVRAM:
“Aquele Perchik…”
OUTROS: (falam) “Sim?”
AVRAM:
“… armou tanta desordem…”
OUTROS: (falam) “Foi?”
AVRAM:
“… no casamento, pois agora sei…”
OUTROS: (falam) “O quê?”
AVRAM:
“… que Golda está presa…”
OUTROS: (falam) “Ih!”
AVRAM:
“… e Hodel foi pra Kíev.”
OUTROS: (falam) “Oh!”
AVRAM:
“Motel hoje dança…”
OUTROS: (falam) “Não!”
AVRAM:
“… e Tevye endoidou…”
OUTROS: (falam) “Oh!”
AVRAM:
“… Sprintze tem sarampo…”
OUTROS: (falam) “Ai…”
AVRAM:
“… Bielke tem cachumba!”
OUTROS: (falam) “Ui!”
YENTE:
“É no que dá mulher dançar com homem!”
escena 3
Cena dramática, porém calma. Do lado de fora da estação do trem. De manhã. Hodel aparece pela esquerda e cruza o palco indo sentar-se no banco. Tevye vem atrás, carregando sua mala.
HODEL: – Papai, não precisas esperar pelo trem. Vai atrasar teu serviço.
TEVYE: – Só mais uns minutinhos. … Está muito encrencado aquele teu herói? (Hodel faz que sim com a cabeça.) Foi preso? (Ela faz que sim com a cabeça.) E condenado?
HODEL: – Foi, mas não fez nada de errado. Ele não liga para si mesmo. Tudo o que faz é pela humanidade.
TEVYE: – Mas, se ele não tivesse feito nada de errado, não estaria agora em apuros.
HODEL: – Papai, como podes dizer isso? José do Egito, Abraão e Moisés fizeram alguma coisa de errado? Pois estiveram em grandes apuros também.
TEVYE: – E por que não me contas onde ele está agora, esse teu José do Egito?
HODEL: – É longe, Papai, terrivelmente longe… Na Sibéria.
TEVYE: – Si-bé-ria?! E ele pede que deixes teu pai e tua mãe, que vás ao seu encontro naquela terra vasta e gelada e que cases com ele lá?
HODEL: – Não, Papai, ele não me pediu isso. Eu é que quero ir. Não quero que ele fique lá sozinho. Quero ajudá-lo em seu trabalho. É o trabalho mais grandioso que alguém pode fazer.
TEVYE: – Mas, Hodel, filhinha…
PARTE DE CANTO
HODELO:
“Como fazer-te, pai, compreender o que eu vou fazer?
Que para bem distante eu irei, longe do lar que amei.
Antes havia alegria em mim, sendo quem sempre fui,
junto daqueles que me querem bem e neste lar que amei.
Quem podia adivinhar que meus sonhos iam mudar?
Sei que outra hoje sou. Onde ele for, eu vou.
Deixa-me triste escolher assim, entre o lar e meu bem,
pensando nele e não só em mim, longe do lar que amei.
Mesmo vivendo sempre bem aqui, devo ir, devo ir.
Eu não podia me imaginar longe a viajar, mas ele será meu lar.”
PARTE HABLADA
TEVYE: – E haverá, lá naquele ermo, alguém para realizar vosso casamento, minha filha?
HODEL: – Papai, prometo que casaremos debaixo de um dossel.
TEVYE: – É… deve haver por lá algum rabino preso também. Ou dois. … Bem, dá lembranças minhas a esse teu Moisés. Sempre achei que ele era um homem bom. Diz a ele – não te esqueças – que eu tenho certeza de que ele sempre vai tratar bem minha filha.
HODEL: – Papai, só Deus sabe quando vamos nos ver de novo.
TEVYE: – Então deixamos isso nas mãos d’Ele. (aponta para o céu, beija a filha e vai saindo. Pára, olha para trás, depois para o céu.): – Senhor, toma conta dela. Cuida para que ela ande agasalhada. (Ele sai. Hodel fica sentada no banco da estação.)
escena 4
Rua da aldeia, alguns meses depois. Passam algumas pessoas.
AVRAM: – Reb Mordcha, já sabes da última? Chegou um pacote novo em casa de Motel e Tzeitel.
ESTALAJADEIRO: – Um pacote novo? Vamos dar os parabéns a Motel.
AVRAM: – Rabbi, já sabes da última? Chegou uma encomenda nova em casa de Motel e Tzeitel.
RABBI: – É mesmo?
MENDEL: – Mazeltov!
YUSSEL: – Mazeltov!
PADEIRO: – Mazeltov!
(Shandel passa depressa, com Rifka atrás dela.)
RIFKA: – Shandel, aonde vais com tanta pressa?
SHANDEL: – À casa de meu filho Motel. Chegou uma encomenda nova para ele.
OUTROS: – Mazeltov, Mazeltov, Mazeltov, Shandel! (etc.)
(Abre-se a loja do alfaiate.)
escena 5
Loja do alfaiate Motel. Pessoas se reúnem ao seu redor, dando-lhe parabéns.
TODOS: – Mazeltov, Motel… Acabamos de saber… Parabéns… Que maravilha!
MOTEL: – Obrigado, muito obrigado…
AVRAM (quando Tzeitel aparece): – Parabéns, Tzeitel.
TZEITEL (espantada com a novidade): – Tu conseguiste!
MOTEL: – Consegui! Não é linda?
TZEITEL: – É, sim. Já a experimentaste?
MOTEL (mostrando dois pedaços de pano de cores diferentes costurados um no outro): – Olha! Fiz em menos de um minuto. E olha como os pontos são uniformes e juntinhos uns dos outros.
TZEITEL: – Que beleza!
MOTEL: – De hoje em diante, as roupas que eu fizer ficarão perfeitas, costuradas à máquina. Agora, nada de roupas feitas à mão.
ESTALAJADEIRO: – O Rabbi, o Rabbi!
MOTEL: – Olha só, Rabbi, minha máquina de costura nova.
TZEITEL: – Rabbi, existe alguma bênção para máquinas de costura?
RABBI: – Existe bênção para tudo. (Reza.) Amém.
TODOS: – Amém. (A maioria sai.)
GOLDA: – E o bebê? Como vai o bebê?
TZEITEL: – Vai muito bem, Mamãe.
(Fyedka entra. Há uma pausa de constrangimento.)
FYEDKA: – Boa tarde. Vim buscar a camisa.
MOTEL: – Boa tarde. A camisa está pronta. (Entrega-a.)
TZEITEL: – Viste nossa máquina de costura nova?
FYEDKA: – Vi, sim. Parabéns! (após mais um instante de constrangimento) Um bom dia para todos!
MOTEL: – Obrigado, Fyedka. Até logo!
(Fyedka sai da loja para a rua, e Chava sai atrás, enquanto Motel fica explicando o funcionamento da máquina para Golda e Tzeitel.)
FYEDKA: – Chava, deixa-me falar com teu pai. Deixa-me tentar.
CHAVA: – Tenho certeza de que seria a pior coisa a fazer. Eu vou falar com ele. Prometo.
FYEDKA (vendo Tevye chegar, estende-lhe a mão): – Boa tarde.
TEVYE (estendendo a mão sem vontade): – Boa tarde.
FYEDKA (olhando para Chava): – Até logo. (Vai embora.)
TEVYE: – Que estavas falando com ele?
CHAVA: – Nada, estávamos só conversando. Papai, Fyedka e eu já nos conhecemos há bastante tempo e…
TEVYE: – Chava, eu ficaria bem feliz se fosses amiga dele à distância. Tu não podes esquecer quem és e quem é essa criatura.
CHAVA: – Ele tem nome, Papai, e não é uma criatura, é um homem.
TEVYE: – É claro que tem nome e que é um homem. Quem disse que não? Só que é um tipo diferente de homem. Como dizem as Escrituras, “Cada um procure os de sua própria espécie”. (Ele vai entrando na loja, mas Chava o detém pelo braço.)
CHAVA: – O mundo está mudando, Papai.
TEVYE: – Pois para nós algumas coisas nunca vão mudar.
CHAVA: – Nós não pensamos assim.
TEVYE: – Nós?!
CHAVA: – Fyedka e eu… Queremos nos casar.
TEVYE: – Tu perdeste o juízo? Não sabes o que isso significa, casar fora de nossa fé? Não quero que converses sobre isso de novo. Nunca mais fales no nome dele e nem o vejas de novo. Nunca mais! Entendeste?
CHAVA: – Sim, Papai, entendi.
(Golda sai da loja com Shprintze e Bielke.)
GOLDA: – Ah, estais aí? Vamos para casa. É hora do jantar.
TEVYE: – Vim ver a máquina nova de Motel.
GOLDA: – Numa outra hora, Vamos, já é tarde.
TEVYE: – Fica quieta, mulher, antes que eu me zangue. E, quando eu fico zangado, nem as moscas se atrevem a voar.
GOLDA: – Estou morrendo de medo, mas vou deixar para desmaiar depois do jantar… Vamos logo.
TEVYE (severo): – Golda. Eu sou o homem da casa. Eu sou a cabeça da família. Quero ver a máquina nova de Motel agora! (Dá um passo para a loja, abre a porta, espia para dentro, fecha a porta e volta para junto de Golda.) Pronto! Agora, vamos para casa.
(Eles saem. Chava fica olhando para eles quando se afastam.)
escena 6
Em algum lugar nos arredores da aldeia. Tevye deixa-se cair na carroça.
TEVYE: – Por quanto tempo este meu miserável cavalo vai-se queixar de sua perna? (Olha para o céu.) Querido Deus, se eu posso andar com duas pernas, por que ele não pode andar com três?… Sei que ando muito aborrecido por causa do meu cavalo. Ele é uma de tuas criaturas e tem os mesmos direitos que eu: o direito de se sentir mal, de ter fome, de trabalhar como um cavalo… E eu, querido Deus, estou me sentindo mal e cansado de tanto puxar esta carroça. Eu sei, eu sei, tenho de continuar puxando…
GOLDA (de fora da cena e depois entrando, desorientada): – Tevye! Tevye!
TEVYE (estranhando seu estado): – Que foi? Que aconteceu?
GOLDA: – É Chava. Ela foi embora de casa esta manhã. Com Fyedka.
TEVYE: – Quê?!!!
GOLDA: – Procurei por ela em toda parte. Fui à igreja cristã e falei com o padre ortodoxo. Ele me contou… que os dois se casaram.
TEVYE: – Casaram-se?!!! (Ela faz que sim com a cabeça.) Vai para casa, Golda. Temos outras filhas em casa. Tens trabalho a fazer, e eu também.
GOLDA: – Mas… e Chava?
TEVYE: – Chava morreu para nós! Temos de esquecê-la. Vai para casa.
(Golda sai. Tevye canta.)
PARTE DE CANTO
TEVYE (com grande tristeza):
“Chavaleh, passarinho meu, eu não compreendo o que aconteceu.
Tudo aqui esmaeceu.
Eras feliz, sempre a cantar, feliz passarinho meu, Chavaleh, Chavaleh.
Chavaleh, passarinho meu, foste sempre a favorita do lugar,
tão bonita a brincar.
Boa, amorosa e tão gentil. E assim meu amor te viu, Chavaleh, Chavaleh.”
PARTE HABLADA
CHAVA (entrando em cena): – Papai… quero conversar contigo… Pára, e me escuta pelo menos, Papai… eu te suplico que nos aceites.
TEVYE (como que falando consigo mesmo): – Aceitá-los? Como posso aceitá-los?
Posso eu renegar tudo aquilo em que acredito?… Por outro lado, posso renegar minha própria filha?… Por outro lado, como vou virar as costas para minha fé, para meu povo? Se eu me curvar tanto, vou acabar quebrando… Por outro lado… não há outro lado. Não, Chava. Não… não… não.
CHAVA: – Papai… Papai…
PARTE DE CANTO
CORO (por trás, sem ser visto, enquanto Chava sai lentamente):
“Tradição… Tradição… Tradição…”
Cena 7
Celeiro. Yente entra pela esquerda com dois meninos adolescentes, dois estudantes meio sem graça com a situação.
YENTE: – Golda, estás aí? Trouxe aqueles dois meninos de quem falei contigo a respeito. (Aparece Golda com Shprintze e Bielke.) Golda querida, aqui estão eles. São maravilhosos, estudados, de boas famílias, cada um é uma jóia. Não podiam ser melhores para tuas filhas.
GOLDA: – Não sei, Yente. Elas são muito crianças ainda.
YENTE: – E algum destes parece um avô, por acaso? Não te preocupes, eles ficam noivos e seu futuro já está garantido e selado.
GOLDA: – Quem para qual delas?
YENTE: – Qual é a diferença? Faz tua escolha.
(Lazar Wolf, Avram, Mendel, o Rabbi, o estalajadeiro e outros aparecem.)
AVRAM: – Golda, Reb Tevye está aí?
GOLDA: – Aqui, não, mas está dentro de casa. Que aconteceu?
AVRAM (às meninas): – Chamai vosso pai! (Elas saem.)
YENTE (aos meninos): – Voltai para casa. Depois vou falar com vossos pais. (Eles saem.)
AVRAM (vendo Tevye aparecer): – Reb Tevye, viste o chefe de polícia hoje?
TEVYE: – Não, por quê?
LAZAR: – Correm uns boatos pela aldeia. Como tu o conheces bem, talvez ele te tenha dito o que é verdade e o que não é.
TEVYE: – Que boatos?
AVRAM: – Uma pessoa que veio de Zolodin me contou que saiu uma lei em Petrogrado, e que todos (fica falando baixinho e pára quando o chefe de polícia aparece com dois homens. Pausa de silêncio profundo.)
TEVYE: – Bem-vindo, Excelência. Quais são as novidades que correm por este mundo?
CHEFE DE POLÍCIA: – Estou vendo que tens companhia.
TEVYE: – São meus amigos.
CHEFE DE POLÍCIA: – Tudo certo. O que eu tenho a dizer é também para seus ouvidos. Tevye? De quanto tempo precisas para vender tua casa e todos os teus pertences?
(Os outros sufocam um grito. Atordoados, olham para Tevye.)
TEVYE: – E por que eu venderia minha casa? Está atrapalhando a passagem de alguém?
CHEFE DE POLÍCIA: – Vim aqui avisar que todos vós tereis de sair de Anatevka. Primeiro achei que tu ias ser poupado, porque tua filha Chava se casou com um…
TEVYE: – Minha filha morreu! … Mas, este cantinho do mundo sempre foi nosso lar. Por que temos de ir embora?
CHEFE DE POLÍCIA (irritado): – Não sei. Anda uma confusão pelo mundo. Gente armando desordens.
TEVYE (ironicamente): – Gente como nós?
CHEFE DE POLÍCIA: – Vós não sois os únicos. Todo o vosso povo vai ter de deixar as aldeias de Zolodin, de Rabalevka. O distrito inteiro vai ser evacuado. Tenho aqui uma ordem que diz que tereis de vender vossas casas e partir dentro de três dias.
TEVYE: – E tu, que nos conheces há tanto tempo, vais cumprir esta ordem?
CHEFE DE POLÍCIA: – Não tenho nada a ver com isso, compreendes?
TEVYE: – Compreendo.
AVRAM: – E se nos recusarmos a partir? Seremos expulsos?
LAZAR: – Saberemos nos defender!
ESTALAJADEIRO: – Fiquemos em nossas casas, em nossas terras!
MENDEL: – Lutemos!
CHEFE DE POLÍCIA: – Contra nosso exército? Eu não aconselho.
(Todos imprensam o chefe de policia e seus homens e os vão empurrando.)
TEVYE: – Este pedaço de chão ainda é meu. Fora daqui! Fora de minha casa!
CHEFE DE POLÍCIA (vai-se retirando e olha para trás): – Tendes três dias!
LAZAR WOLF: – Depois de uma vida inteira, um pedaço de papel e somos expulsos!
ESTALAJADEIRO: – Quem sabe o povo de Zolodin tem um plano. Vamos nos unir a eles.
AVRAM: – Devemos nos defender! Olho por olho, dente por dente!
TEVYE: – Que ótimo. Desse jeito, o mundo inteiro vai ficar cego e desdentado.
MENDEL: – Rabbi, estamos esperando o Messias há tanto tempo. Não seria esta uma boa hora para ele aparecer?
RABBI: – Teremos de esperar por ele em outro lugar. Enquanto isso, vamos começar a empacotar nossas coisas.
LAZAR WOLF: – Ele tem razão.
MENDEL: – Três dias…
ESTALAJADEIRO: – Que vou fazer com mais de cem garrafas de vodka?
AVRAM: – Para onde ir com minha mulher, seus pais e nossos três filhos?
YENTE: – Bem, Anatevka não era exatamente um jardim do Éden…
GOLDA: – Tens razão. Afinal, o que conseguimos aqui?
PARTE DE CANTO
GOLDA:
“Um pouco disto aqui e mais aquilo ali.”
YENTE (fala): “Um pote…”
LAZAR (fala): “Um tacho…”
MENDEL (fala): “Um gorro…”
AVRAM (fala): “Um prato…”
TEVYE (fala): “Alguém já devia ter posto fogo neste lugar há anos.
MENDEL (fala): “O banco…”
AVRAM (fala): “A árvore…”
GOLDA (fala): “E o fogão?…”
LAZAR (fala): “Ou a casa?…”
MENDEL (fala): “Quem passar por Anatevka nem vai se dar conta de que isso existiu.”
GOLDA (fala): “A lenha toda…”
YENTE: (fala): “Um pano velho…”
TODOS (cantando):
“Que vou deixar? Vou deixar minha Anatevka.
Anatevka, Anatevka,
onde nós, mal nutridos, trabalhamos; onde o Sabá foi sempre bom.
Anatevka, Anatevka,
familiar e valente Anatevka, onde eu conheço o mundo inteiro.
Eu serei lá longe um forasteiro, sim,
a buscar os rostos que perdi em Anatevka.
Eu pertenço a Anatevka. Se ela cai, cai de pé.
Anatevka, querida aldeia minha, vou partir.”
PARTE HABLADA
GOLDA: – Ei… isto é apenas um lugar.
MENDEL: – Nossos antepassados foram expulsos de muitos, muitos lugares assim: num minuto.
TEVYE: – Talvez seja por isso que sempre usamos chapéu…
Cena 8
Do lado de fora da casa de Tevye. Motel e Tzeitel estão empacotando coisas. Shprintze e Bielke surgem com trouxas.
SHPRINTZE: – Lá na América, onde vamos morar?
MOTEL: – Em casa do tio Abrão, mas ele ainda não sabe.
SHPRINTZE (a Tzeitel): – Eu queria que fôsseis conosco, vós dois e o bebê.
TZEITEL: – Vamos ficar em Varsóvia até termos dinheiro para nos juntarmos a vós.
GOLDA (surgindo com taças na mão): – Motel, cuidado com isto. Meu pai e minha mãe – que descansem em paz! – nos deram de presente no dia de nosso casamento.
TZEITEL: – Vinde, meninas, ajudai-me a empacotar o resto das roupas! (As três vão para dentro de casa.)
YENTE: – Golda, querida, tenho novidades. Lembras o que te disse ontem? Que eu não sabia aonde levar estes velhos ossos? Pois agora sei, e vou chegar lá nem que seja me arrastando! Adivinha para onde vou? Todo ano, na Páscoa, o que dizemos? “No ano que vem, em Jerusalém”.
GOLDA: – Vais para a Terra Prometida?!!!
YENTE: – Adivinhaste! E sabes por quê? Sonhei com meu marido, meu Aarão, e ele me disse: “Yente, vai para a Terra Prometida!” Comumente eu não dava ouvidos ao que ele me dizia, porque era um bom homem, mas não tinha miolos. Mas, no sonho, é um sinal! De modo que para lá vou eu. E, como casamenteira, vou ajudar nosso povo a crescer e se multiplicar. É minha missão. De modo que adeus, Golda. (As duas se abraçam.)
GOLDA: – Boa viagem e vai em paz.
YENTE: – Quem sabe um dia nos reencontramos em melhores ocasiões…
(Ela sai. Golda se senta, embrulhando tristemente um par de taças de prata. Tevye aparece com um pacote de livros, que põe na carroça. Ele vê que Golda está distraída.)
TEVYE: – Anda mais depressa, Golda. Temos de partir. E, em pouco tempo, Motel, Tzeitel e o bebê irão para junto de nós, tu vais ver. Motel é um homem de verdade.
GOLDA: – Partir… Parece fácil. E Hodel e Perchik?
TEVYE: – Queres que eles nos visitem em todo Sabá, vindo da Sibéria? Pelo que ela escreve na carta, ele está na prisão, ela trabalha, e logo ele será solto e juntos vão virar o mundo de pernas pro ar. Ela não podia estar mais feliz. E as outras meninas estarão conosco.
GOLDA (lentamente): – Nem todas…
TEVYE (com voz cortante): – Todas. Vamos, Golda, anda logo.
LAZAR (passando): – Adeus, Tevye, estou indo para Chicago, na América. Minha falecida mulher – que descanse em paz – tem um irmão lá. Eu o detesto, mas parente é parente.
(Eles se abraçam, e Lazar vai embora. A família está terminando de arrumar a carroça, quando surgem Chava e Fyedka.)
TZEITEL: – Chava! (Correm uma para a outra e se abraçam.)
GOLDA: – Chava…
(Tevye continua arrumando a carroça de costas para eles.)
CHAVA: – Papai, viemos dizer adeus. Vamos para Cracóvia.
FYEDKA: – Não podemos viver entre pessoas que fazem o que fizeram convosco.
CHAVA: – Queríamos que soubésseis disso. Adeus, Papai, Mamãe.
TZEITEL: – Adeus, Chava, Fyedka.
TEVYE (olhando para Tzeitel): – Que Deus vos guarde e abençoe!
TZEITEL (animando-se, repete, apontando para o pai): – Que Deus vos guarde e abençoe!
CHAVA (sorrindo agora): – Se quiserdes, escrevo para vós, na América.
GOLDA: – Vamos ficar em casa do tio Abrão. Adeus! (Chava e Fyedka partem.)
TEVYE: – Tinhas de gritar isso tão alto, para todo mundo ficar sabendo? Vamos. Temos de pegar um trem e depois um navio. Adeus, Tzeitel, toma conta do bebê! Adeus, Motel, trabalha duro e vai logo para junto de nós! (Tzeitel e Motel, com o bebê, abraçam os outros e partem.)
TODOS: – Adeus! Adeus! Adeus!
(Tevye, puxando ou empurrando a carroça, segue por último com sua família, atrás da multidão que vai passando, deixando a aldeia. Atrás de Tevye, aparece o violinista tocando seu tema. Tevye pára, olha para trás e acena para ele. O violinista põe o violino debaixo do braço e segue atrás do grupo.)
FINAL
Sobre a escolha e o envio da peça
Para escolher uma peça com objetivo pedagógico, estude bem que tipo de vivência seria mais importante para fortalecer o amadurecimento de seus alunos. Será um drama ou uma comédia, por exemplo. No caso de um musical, é importante que a classe seja musical, que a maioria dos alunos toquem instrumentos e/ou cantem. Analise também o número de personagens da peça para ver se é adequado ao número de alunos.
Enviamos o texto completo em PDF de uma peça gratuitamente, para escolas Waldorf e escolas públicas, assim como as respectivas partituras musicais, se houver. Acima disso, cobramos uma colaboração de R$ 50,00 por peça. Para outras instituições condições a combinar.
A escola deve solicitar pelo email [email protected], informando o nome da instituição, endereço completo, dados para contato e nome do responsável pelo trabalho.