obra de Ruth Salles
Obra navideña basada en un cuento de Selma Lagerlöf (1858 – 1940). San José va a buscar brasas para hacer un fuego y calentar a María y al Niño Jesús en la cueva, pero solo encuentra un pastor maleducado y poco dispuesto. La transformación del pastor.
CARACTERES:
Coro de Pastores que cantan; José, Pastor, María; Ángeles, ovejas (piense si las puertas pueden ser representadas por estudiantes)
El Pastor, con las ovejas, está del lado izquierdo de la escena; el coro de pastores puede estar en el centro, al fondo, ocultando el pesebre, donde están María y el pesebre; José sale por detrás del coro y va hacia el lado derecho tocando las puertas pidiendo fuego; los ángeles también deben estar escondidos detrás del coro de pastores.
JOSEPH (llamando a la primera puerta, exclama):
– ¡Buenas almas, ayúdenme! ¡Dame un puñado de brasas para hacer fuego! La noche es tan fría, y no tengo nada… (Espera un rato y llama a la segunda puerta):
– ¡En el nombre de Dios, ayúdame! ¡Solo pido un poco de fuego para calentar a mi familia!
CORO DE PASTORES (canta, mientras José llama a una o dos puertas más, luego se vuelve, abatido, hacia el lado opuesto):
“Un hombre iba de puerta en puerta,
pidiendo fuego, para decir
que hoguera en la noche fria
debería encenderse.
Una hoguera en la noche fría
para que la familia se caliente,
preguntó el hombre, preguntó,
nadie quería responder”.
JOSÉ (mira a lo lejos, con la mano en la frente, y ve al Pastor en el extremo opuesto, con la oveja durmiendo acurrucada frente a él):
“Veo un incendio en el campo. Es un
pastor velando por sus ovejas. (carcajadas):
- ¡Ella! ¡El pastor!
PASTOR (se levanta, enojado):
– ¿Quién viene a molestarme a esta hora?
(recoge una piedra del suelo):
¡Vaya, una buena piedra ahuyentará a quienquiera que sea!
(levanta el brazo y trata de lanzar la piedra, pero falla; el brazo cae y la piedra cae al suelo)
- ¿Pero como? ¿Qué es esto? ¿Que esta pasando?
(mira sorprendido a José, que está llegando, y pregunta):
– ¿Qué quieres, hombre?
JOSÉ:
– ¡Pastor, en nombre de Dios, ayúdame! dame
algo de ese fuego. la noche es asi
frío, y no tengo nada...
PASTOR (riendo, levemente):
“Bueno, si puedes atravesar el medio de la
ovejas sin asustar ni despertar a ninguna…
Te doy un montón de carbones.
(El Pastor vuelve a sentarse, pero espía a José. José pasa entre las ovejas, y ni siquiera se mueven.)
PASTOR (para sí, asombrado):
- ¿Pero como? como lo consiguió?
(a José): – Después de todo, ¿quién eres tú, hombre, y para qué quieres este fuego?
JOSÉ:
– Pastor, mi mujer acaba de tener un hijo,
y los dos estan congelados...
PASTOR (todavía gruñón):
- Está bien. Está bien. Pero yo no tengo
sin pala para recoger las brasas.
(se encoge de hombros, con desdén)
Si quieres, recoge las brasas con las manos.
(José se agacha y recoge un puñado de brasas en sus manos, sin quemarse.)
PASTOR (admirado):
- ¿Pero como? ¡Qué cosa tan extraña… no se quemó!
JOSÉ:
– Gracias, buen hombre. (Se aleja.)
PASTOR (siguiéndolo):
- ¡Oye! ¡Señor! ¡Señor! ¿Qué noche es esta, en
que la piedra no duele, las ovejas no
asustar, el fuego no quema, y hasta el
cosas propias parecen sentir amor?
JOSÉ:
– Ven conmigo, y verás.
(Los dos recorren el escenario, se escucha la flauta de fondo; terminan su recorrido frente al pesebre, que ahora está a la vista. José señala el pesebre mostrándoselo al párroco.)
PASTOR:
– Hmm… Todo lo que veo aquí es una mujer con un niño.
JOSÉ:
– Pastor, realmente tiene los ojos cerrados.
PASTOR (mira al cielo y se frota los brazos, frío):
- ¡Que noche! (mira la cuna y empieza a emocionarse):
– Que cueva tan fría… Que madre tranquila… Que niño tan pequeño…
(José se agacha, pone las brasas en el suelo y comienza a avivarlas para hacer fuego.)
PASTOR:
—¡Pero, señor, esta brasa por sí sola no calentará a nadie!
(Resuelto de repente, el pastor se inclina, se quita su gran manto y cubre con él a la madre y al niño. Cuando se levanta, los ángeles ya están a la vista.)
PASTOR (levantando los brazos y dirigiéndose a José):
- ¡Oh Señor! Mis ojos se abrieron!
¿Qué es lo que estoy viendo? ¡Cuántos ángeles!
(arrodillarse ante el pesebre)
TODOS (cantan, incluso las ovejas, que se levantan):
“- ¡Id, id, oh pastores!
Se acerca la luz del día.
fui a ver al chico
nacido allí en Belén.
Pasen, pasen, oh pastores,
a través de este portal sagrado.
vine a ver al chico
en el pesebre acostado.
Él viene, por nuestro bien,
nacido tan pobre en Belén.
Él viene, por nuestro bien,
nacido tan pobre en Belén.”
Final